Michel Sauval - Psicoanalista Jacques Lacan, Seminario "La angustia", Lectura y comentarios de Michel Sauval

Notas y comentarios
Sesión del 21 de noviembre de 1962

Ordenamiento general

Este capítulo lleva por título "La angustia, signo del deseo", y está dividido en tres secciones.
De los 5 subtítulos del epígrafe

El capítulo comienza con un problema del inconsciente: "no se sabía", y términa con otro problema de inconsciente: el deseo que no se sabe.

La primera sección del capítulo desenvuelve algunos de los problemas que plantea la enseñanza en psicoanálisis y las dificultades que presenta el abordaje de la angustia. Esta enseñanza se hace necesaria para acercarnos, a través de la recopilación que constituye la literatura analítica, a la experiencia. En esta "posición comunicante", "adquieren su importancia los elementos significantes", los matemas y elementos formales que Lacan ha ido introduciendo. Esto implica descartar el método del catálogo (marcado por una "profunda aporía", conduce a callejones sin salida) y del análogo (que conduce a la antropolgía y al junguismo), y optar por el método de la llave: "la dimensión de la llave es connatural a toda enseñanza, analítica o no", en la medida en que responde al "ideal de simplicidad".

En el comienzo de la segunda sección se completa la referencia al ideal de reducción simple, en su asociación con "el rasgo unario", que "está antes que el sujeto", y con la "presencia del Otro", que también "es anterior a todo lo que podemos elaborar o comprender", para retomar la fórmula "el deseo del hombre es el deseo del Otro" (ver comentarios sobre ese genitivo).

Así llegamos a la discusión sobre la noción de deseo en Hegel y en Lacan, que es el núcleo de esta sección y de todo el capítulo (ver comentarios sobre el deseo en Hegel y Lacan).
La fórmula del deseo en Hegel es d(a):d(A)<a que se lee "el deseo de deseo es deseo de un deseo que responde a la llamada del sujeto (...) Allí donde soy reconocido, no soy reconocido sino como objeto".
La fórmula del deseo en Lacan es d(a)<i(a):d() que se lee "este deseo es deseo en tanto su imagen-soporte es el equivalente del deseo del Otro".
Las otras dos fórmulas promete abordarlas mas adelante.
La tercera se escribe d(x):d(A)<x y evidencia que "la angustia es lo que da la verdad de la fórmula de hegeliana". Es Kierkegaard quien aporta la verdad de la fórmula hegeliana.
La cuarta fórmula tiene dos expresiones d(0)<0:d() y d(a):0>d(0) y según Lacan es la verdad de la angustia, según resulta de remitirla a la segunda

La tercera sección presenta las conclusiones respecto de este debate con Hegel.
Lo común es que "es un objeto a el que desea".
La diferencia es que el nivel analítico no requiere de la transparencia de la autoconciencia. La existencia del inconsciente marca de finitud nuestra falta. El deseo del Otro implica una determinación absoluta. Esto se escribe en la división subjetiva. Hay un resto de la división, un residuo, que es el a. El sujeto barrado $ y el objeto a quedan del lado del Otro. Lo que queda de mi lado y me constituye como inconsciente es A barrado , el Otro en la medida en que no lo alcanzo.

Finalmente, tenemos la relación entre amor y deseo. El modo de la conquista del otro no es del "te amo, aunque tú no quieras", sino "yo te deseo, aunque no lo sepa" (ver comentarios).

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