Comentario de Textos |
El "afecto" del analista
Reconstrucción (extendida) de la intervención en el panel de cierre de las
"VI Jornadas de Psicoanálisis y Psicosis Social" 2,
realizadas el 14 de abril 2012 en la Facultad de Psicología,
Universidad de Buenos Aires (UBA)2° parte
La "prueba del afecto"
Veamos ahora como plantea Colette Soler (CS) esta cuestión del "afecto" apropiado a la condición de psicoanalista. El libro en cuestión es "Los afectos lacanianos" 67, publicado el año pasado, en Francia por PUF, y en Argentina por Letra Viva (en la traducción de Luciano Lutereau y Agustín Kripper). El capítulo relevante para este debate es el de "los afectos analíticos", en particular, los "afectos de fin de análisis", que "son afectos de posición respecto a lo real".
Para CS el final de un análisis no se puede reducir a un balance de saber o no saber sino que requiere de "una respuesta ética a ese balance" 68. El análisis permite sacar a la luz los efectos de destino de la estructura: falta en ser, castración, destitución subjetiva, relación imposible, goce que haría falta que no fuese, etc. Pero "en el eje del saber, las revelaciones que se producen por la asociación libre nunca son conclusivas a falta de un término que valga como respuesta última" 69. Por eso, para CS el fin de análisis requiere un paso más, una aceptación, una respuesta del ser a lo que el inconsciente descubre, una posición, no respecto a las normas o los valores del discurso, sino "una posición respecto de lo real" 70, que es cómo Lacan habría definido la ética, y como, en cierto sentido, se planteaba el propio Freud la resolución al impasse del rechazo de la castración: "Nos consolamos con la seguridad de haber ofrecido al analizado toda la incitación posible para reexaminar y variar su actitud frente a él" 71 (subrayado mío). Lo que para Freud era la "actitud" del paciente, para CS es una "posición ética".
CS toma nota de la existencia de diferentes respuestas a esta problemática, desde los eventuales "estallidos de depresión grave" 72 planteados por Freud en "Análisis terminable e interminable", hasta "la satisfacción específica que marca el fin de análisis" 73 (subrayado mío) que Lacan introduciría en 1976 en el "Prefacio a la edición inglesa del Seminario 11". Subrayo el "específica" en esta cita porque es un término que CS introduce dentro de la cita original de Lacan que ella está parafraseando, donde solo se habla de "la satisfacción que marca el fin de análisis" 74. Veremos en qué sentido ese agregado marca el acento de la lectura que hace CS, acento que volveremos a encontrar en el manejo de otras citas y referencias, y que constituirá el punto de discusión.
En contraste con las tesis del duelo (planteada por Lacan, pero antes por Balint y por Melanie Klein) y del estancamiento de la "reacción terapéutica negativa" freudiana, para CS, la insatisfacción deprimente que se produce en el análisis "no es su afecto final" 75: "el cierre de la experiencia (del análisis) va acompañado de lo que yo podría llamar una reacción terapéutica positiva que depende de una aceptación, aunque fuese de las negatividades de la estructura" 76 (subrayado mío). Esta aceptación depende menos de la estructura que del sujeto y "pone término a la búsqueda del analizante", con el consiguiente "alivio" o "satisfacción" 77.
En otros términos: "no basta con un analizado para producir un analista, además se necesita una posición que no todo análisis produce" 78. Para producir esa posición, es necesario un "plus". El asunto, entonces, es precisar el carácter "específico" de esa satisfacción planteada como "final" y correlacionada con esa "respuesta ética".
Según CS, en la "Nota italiana" 79, Lacan plantearía la cuestión del fin de análisis y la "respuesta ética" requerida, bajo el modo de una "conversión del horror en entusiasmo" 80. Una vez cernida la causa del " horror de saber", el analizante "sabrá ser un desecho" 81 y, por esa vía, accederá al "entusiasmo" en tanto afecto propio de un fin de análisis capaz de producir un analista. Citando a Lacan, CS subraya que si el analizado "no es conducido al entusiasmo, bien puede haber habido un análisis allí, pero de ser analista no tiene ninguna posibilidad" 82.
Volveremos, paso a paso, sobre esa cita, sobre esa "conducción al entusiasmo", y sobre esa "conversión del horror en entusiasmo". Pero completemos primero el planteo de CS
Dado que "este afecto de entusiasmo es muy necesario para sustentar el deseo del analista" 83, se comprenderá la pertinencia de "hacer de ese entusiasmo el índice necesario del analista" 84 (subrayado mío). Consecuentemente, "el dispositivo del pase cambia", pues ya no se trataría solo de saber si el análisis es terminable o si se ha podido llegar hasta el punto de producir un analizado que "sepa ser un desecho", "sino de seleccionar según el efecto de afecto de ese saber" 85 (subrayado mío). Parafraseando al autor de la "Nota italiana", CS concluye de modo muy concreto: "si haber ceñido su "horror de saber" no ha conducido al candidato al entusiasmo "devuélvalo a sus caros estudios", dice Lacan" 86 (las partes sin itálicas son las citas de Lacan que CS enlaza en su conclusión). Esta sería la aplicación de Lacan al dispositivo del pase, de lo que CS llama "la prueba del afecto" 87.
JAM vs Soler / Soler vs JAM
Tenemos, entonces, que para CS el entusiasmo es "el índice necesario del analista", en tanto que para JAM, el entusiasmo "no sienta bien al analista" . La afirmación de CS se basa, principalmente, en la "Nota italiana", y la de JAM, en "Del sujeto por fin cuestionado". ¿Qué ha pasado aquí? ¿Acaso CS no conoce el texto de los "Escritos"? ¿Acaso JAM no conoce la "Nota italiana"?
Cada cita de Lacan puede dar lugar a contradicciones en el propio Lacan, y sería esterilizante pretender chequear y dar cuenta de todas ellas cada vez que vamos a utilizar alguna referencia. Esa exigencia habrá de adecuarse a la lógica y coherencia de nuestro propio planteo. Pero justamente por eso, ante desarrollos que culminan en afirmaciones tan taxativas como los de JAM o CS, cabe preguntarnos por qué ninguno de los dos consideró pertinente tomar en cuenta la referencia que usó el otro.
Para poder afirmar que el entusiasmo "no sienta bien al analista", ¿no correspondería tomar alguna posición respecto a la cita de la "nota italiana"? La contradicción es flagrante puesto que dicha cita es explícita en cuanto, no solo una "conveniencia", sino hasta una necesidad de cierto "entusiasmo", para la producción del analista.
Pero también cabría preguntar si, antes de constituir al "entusiasmo" en "el signo del analista" 88, ¿no convendría registrar la desconfianza que el propio Lacan plantea respecto al contexto de "época" que supondría el "rastro" de algún "grano de entusiasmo" en un escrito? De hecho, y como analizaremos más adelante, la "nota italiana" tiene todo un contexto político e histórico respecto al cual no se ve porqué no podría valer la relativización planteada por Lacan (y anotada por JAM), en "Del sujeto por fin cuestionado".
Para avanzar en esta contradicción vamos a comenzar analizando más en detalle la "nota italiana", para ver si la lectura de CS es tan precisa y si podemos concluir, tan taxativamente como ella, con que ese afecto sea el "índice necesario del analista".
En particular, veamos qué dice Lacan respecto de las dos cuestiones que estructuran el razonamiento de CS:
la eventual "insuficiencia" del análisis para que haya analista (en palabras de CS: "no basta con un analizado para producir un analista" 89)
la función del entusiasmo en la producción del analista (en palabras de CS: la "conversión del horror en entusiasmo" 90).
Soler "conducción"!!
Como vimos, la referencia de CS para esa "insuficiencia" es una frase de la "Nota italiana" que CS traduce, en la edición castellana de su libro, del siguiente modo: "Si no es conducido al entusiasmo, bien puede haber habido un análisis allí, pero de ser analista no tiene ninguna posibilidad" (subrayado mío), con la siguiente aclaración en nota a pie de página número 21: "Lacan, J., "Note italienne", en "Autres écrits", op. ci., p. 309".
La nueva traducción 91 de dicha "Nota italiana" que nos ofrece "Otros Escritos" comienza esa frase del siguiente modo: "Si él no lo ha llevado al entusiasmo…" 92 (subrayado mío). Por su parte, la clásica traducción de Carmen Gallano y Vicente Mira 93, que circula desde hace años (con la correspondiente autorización de JAM), comienza así: "Si ello no le lleva al entusiasmo…" (subrayado mío). En francés es « s’il n’en est pas porté à l’ enthousiasme… » 94 (subrayado mío).
¿Por qué los traductores de CS prefirieron innovar con "es conducido" en lugar del "lo ha llevado" o "le lleva"? No parece ser un simple "error" 95, puesto que el supervisor de dicha traducción, Pablo Peusner, conocía muy bien la versión de Gallano y Mira 96. O es una decisión consciente, o un lapsus político; en cualquiera de los casos, muy revelador sobre el sentido y alcance que, como veremos, CS (y sus seguidores) le da a esta promoción del entusiasmo como "índice necesario del analista".
En efecto, los recubrimientos semánticos que hay entre "conducir" y "llevar" de ningún modo pueden eliminar la diferencia que implica los usos del primero en el sentido de "guiar" ("guiar un vehículo" o "mandar, dirigir una empresa o una actuación"), sobre todo en un país como Argentina (lugar de publicación de la edición castellana del libro de CS) donde ese sentido del verbo "conducir" es tan difundido 97. Esa diferencia de matices resulta más evidente si recordamos que el verbo usado en francés es "porter" (que proviene de portãre 98) cuya traducción literal al castellano es "portar" 99 (que da lugar a compuestos como "soportar", "transportar", etc.). Como se ve, es mucho más sensata la elección (tanto de Gallano y Mira, como la de Esperanza) del verbo "llevar".
Lo sorprendente del asunto es que este forzamiento del "conducir" calza, a su vez, sobre otro problema, en cierto modo más grave. Como lo señalé en mis subrayados anteriores, en el texto en francés hay un "en" ("s’il n’en est pas porté…") que es completamente omitido en el libro de CS ("si no es conducido…."), y que es traducido de modos diferentes por Gallano-Mira y por Esperanza. Los primeros traducen utilizando el pronombre neutro "si ello no le lleva…". En cambio Esperanza prefiere darle carácter masculino a dicho pronombre: "si él no lo ha llevado…". ¿A qué o quién refieren ese "ello" (Gallano y Mira) o ese "él" (Esperanza) que CS omite?
Esto nos remonta a la frase anterior, donde siguen las sorpresas: la edición Seuil de "Autres écrits" modificó el texto original (o que considerábamos como tal hasta ahora). En la página 309 podemos leer: « C’est ce que l’analyste a dû lui faire au moins sentir. S’il n’en est pas porté à l’enthousiasme… » 100, cuando, desde su primera publicación en 1978 (en « Lacan en Italie») hasta ahora, en las diferentes publicaciones de la "Note italienne" siempre había figurado lo siguiente: « C’est ce que l’analyse a dû lui faire au moins sentir. S’il n’en est pas porté à l’enthousiasme… » 101. De hecho, así es cómo fue tomado en la traducción de Gallano y Mira (autorizada por JAM) desde 1990: "Es lo que el análisis ha debido, al menos, hacerle sentir. Si ello no le lleva al entusiasmo…" 102.
¿A qué se debe esta modificación del texto de la carta de Lacan en "Autres écrits"? Si solo se trata de una "errata", ¿por qué los traductores al castellano de la edición Paidós de "Otros escritos" no la hicieron valer como tal 103, y en cambio la han tomado por válida, escribiendo: "Es lo que el analista ha debido…" 104?
Si para saber "ser un desecho", el analista "debe haber cernido la causa" de su "horror de saber", es evidente el contrasentido que implica decir que eso sea lo que "ha debido, al menos, hacerle sentir" su "analista" en lugar de su "análisis". Escribir "analista" implicaría una común medida entre "la causa de su horror" , del analizante, y la de su "analista" (amén de la pregunta que surgiría respecto de cómo un "analista" podría "hacerle sentir" cosas a sus analizantes). En cambio si, como escribe Lacan, la "causa" que "debe haber cernido" es la de "su horror, del propio, el suyo, separado del de todos, horror de saber" 105, entonces eso es algo que solo puede correr por cuenta de su "análisis".
Paradójicamente, el forzamiento, en la edición castellana del libro de CS, de traducir "conducido", a pesar de ser anterior, cronológicamente, a la edición Paidós de "Otros escritos", se alinea cabalmente con las implicaciones de la modificación que ahí se hace de la frase anterior. En efecto, si es del "analista" de quien depende que el analizante "sienta" que es un "desecho", y así alcance el "entusiasmo" (que atestiguaría su conversión en analista), el verbo "conducir" resulta muy adecuado para dar cuenta de esa operación. Y la omisión lisa y llana del "en" francés es tanto o más "conveniente" que el forzamiento al que se ve obligada Esperanza con ese masculino "él" del pronombre de tercera persona.
En suma, ya hemos visto como JAM promueve el "desapego" en sus "analizados". Ahora comenzamos a intuir como CS "conduce" a los suyos hacia el "entusiasmo".
En ambos casos (tal como lo confirma la nueva "versión" de la "Note italienne" de "Autres écrits" editada por Seuil con el acuerdo de JAM), la función del analista en la "guía" de sus analizantes parece ser decisiva.
Análisis y autorización
Veamos un poco más en detalle cómo plantea Lacan la eventual insuficiencia del análisis respecto a la producción del analista. Antes de llegar a la cita que utiliza CS, Lacan relaciona esa insuficiencia con la autorización del analista: "No-todo ser que habla podría autorizarse a hacerse analista. Prueba de ello es que el análisis es ahí necesario, aunque no es suficiente" 106 (subrayado mío).
Aquí nos enfrentamos con más problemas de traducción. En francés dice «Pas-tout être à parler ne saurait s’autoriser à faire un analyste. A preuve que l’analyse est nécessaire, encore n’est-elle pas suffisante» 107 (subrayado mío). Gallano y Mira ya habían percibido que no es lo mismo decir « faire un analyste » que « se faire analyste », que es lo que correspondería a la traducción que propone Esperanza, y por eso se atuvieron a una traducción más literal: "hacer un analista". Ahora bien, la introducción de ese "se" reflexivo en la traducción de Esperanza no cae del cielo. Es la consecuencia directa del modo en que traduce la fórmula de la autorización del analista, que aparece unos renglones antes.
En francés es "l’analyste ne s’autorise que de lui même" 108. La traducción de esta fórmula, escrita por primera vez en la segunda versión (la publicada en Scilicet) de la "Proposición del 9 de octubre de 1967 sobre el psicoanalista de la Escuela", ha sido motivo de extensos y minuciosos debates. Sin embargo, y a pesar del carácter "oficial" (es decir, aval de JAM) que tuvo la traducción de Diana Rabinovich publicada en 1987: "El analista solo se autoriza a partir de él mismo " 109, por razones todavía no elucidadas, la misma fue progresiva y sistemáticamente sustituida, tanto entre los discípulos como entre los enemigos de JAM, por una variedad de otras expresiones 110, todas ellas concluyendo de este modo: "sí mismo". Esa sustitución de "él mismo" por "sí mismo" es ahora convalidada y sancionada con la nueva traducción que hace Esperanza, tanto de la "Nota italiana" ("El analista no se autoriza sino por sí mismo" 111), como de la nueva versión de la "Proposición…" que se incluye en esta edición de "Otros escritos" ("el psicoanalista no se autoriza sino a sí mismo" 112)
"Si mismo", en francés, es "soi même", que no es lo que escribe Lacan. No es lo mismo el pronombre reflexivo "soi" que el pronombre de la tercera persona "lui". Si decimos "sí mismo" entonces todo gira en torno a la "persona" de aquél que se pretende analista, es decir, quien "se" considera, a "sí mismo", como tal. Recordemos que "sí mismo" es la expresión que suele usarse en psicología como equivalente de los términos "Selbst" en alemán y "self" en inglés.
Si el analista se autorizara por "sí mismo ", entonces no tendría sentido la aclaración que Lacan agrega pocos renglones después, cuando señala que su tesis no implica "que cualquiera sea analista", porque, "en lo que ella enuncia, es del analista de lo que se trata, ella supone que lo haya" 113 (subrayado mío). En francés es "c’est de l’analyste qu’il s’agit, elle suppose qu’il y en ait" 114 (subrayado mío). Nótese el mismo "en" que ya vimos en la frase en la que se planteaba que "ello ha de llevarlo al entusiasmo".
La tesis de Lacan es, en cierto sentido, "circular" (como tantas otras "definiciones" de Lacan, por ejemplo, la del significante: "un significante es lo que representa a un sujeto para otro significante"). Su fórmula diferencia dos "analistas": el que se autoriza y aquello en lo que se autoriza. Hay un "analista", el primero, el que se autoriza, para el que vale "el" ("el analista"), y otro, segundo (en lo que el primero habrá de autorizarse), para el que vale "ello" ("que lo haya"). Es necesario que "haya" analista para que "el analista" pueda autorizarse como tal. El que "haya analista" es la fórmula que Lacan introduce en el seminario XV del "acto analítico": "'il y a du psychanalyste", donde el "du", no es la contracción de la preposición "de" y el pronombre "el", en "del", sino un artículo partitivo, que es una figura del francés que no existe en castellano. Ese artículo partitivo siempre acompaña a sustantivos que no serían medibles. Lacan dice "du psychanalyste" como se dice "du pain" (pan) o "du fromage" (queso), es decir, como una partición de esa referencia (aunque la manera de obtener "du psychanalyste", obviamente, no sea la misma que la requerida para obtener "du fromage"). Dicha partición indica que, del mismo modo que a partir de "du pain" ("pan") no obtenemos forzosamente "un pain" ("un pan"), la autorización del analista no hace de este un "uno", es decir, "un" psicoanalista. El partitivo efectúa en la lengua lo que Lacan inscribe en la lógica con el no-todo 115. En otros términos, por esta misma relación de autorización, el analista es "no todo" analista, o lo que es lo mismo, no es "un" analista. La idea de "un" analista conlleva la pertenencia a "una" supuesta clase, para el caso, la de los psicoanalistas. De ese modo, en un solo paso quedan asociados la identidad – ser psicoanalista – y la pertenencia a la institución garante 116. Entonces, si aunque necesario, el análisis no es forzosamente suficiente para que haya analista, ¿qué mas debe ocurrir?
"Deseo de saber" / "Horror de saber"
En primer lugar que, respecto a una humanidad que no desea el saber, " ese deseo le venga", en la medida en que, por esa vía , ya "sea el desecho" de dicha humanidad. ¿Qué tipo de "deseo" y de "desecho" ("rebut") se trata? y ¿cómo se articulan ese deseo y el desecho?
¿"Deseo de saber"? Es lo que, a partir de una deducción aparentemente obvia, algunos muy rápidamente transforman en una pretendida "cita" como, por ejemplo, en el "Anuncio de las VIII Jornadas de Escuela de la EPFCL-F7" 117, donde atribuyen a la "nota italiana" la siguiente frase: "No hay analista sin que el deseo de saber le surja" (subrayado mío). Pero en la "nota italiana" no dice "deseo de saber". Como vimos, dice "que ese deseo le venga", donde "ese" refiere al deseo que la humanidad no tiene respecto al saber de la ciencia. La deducción fácil es que si la humanidad no tiene deseo respecto al saber, y al analista debe venirle "ese deseo", entonces "ese" deseo debería ser un "deseo de saber". La experiencia enseña que los razonamientos apurados suelen hacernos perder de vista detalles substanciales, por caso, las características que hacen de "ese deseo ", propiamente, un "deseo inédito" (que es como caracteriza Lacan al deseo del analista). El primer malentendido que acecha es confundirlo con el deseo de saber que podría tener la ciencia. Lacan señala que la relación entre el saber científico y ese "deseo inédito" está mediada, pues se transmite "solo a los desechos de la docta ignorancia" 118. Entre el saber de la ciencia y el "deseo inédito" tenemos la etapa intermedia de la "docta ignorancia", que es una primera forma de rechazo del saber de la ciencia. Y para llegar a ser "desecho" de esta "docta ignorancia", el analista tendrá que "haber cernido la causa de su horror, el propio, separado del de los demás, horror de saber" 119.
En otros términos, la relación del "deseo inédito" con el saber, no es una relación directa, como lo sugiere la expresión "deseo de saber", sino una relación mediada por el "horror de saber". De lo que se trata es de ir más allá del rechazo de saber de la "docta ignorancia", y la vía para ello es cernir la causa de nuestro propio "horror de saber". Es decir, no se trata de ser "desecho" del saber sino del rechazo de saber.
Esta precisión respecto del estatuto del "desecho" tiene importancia, tanto para medir los forzamientos que hemos venido señalando respecto a ciertas traducciones y citaciones, como para terminar de preguntarnos, ahora, cómo se presenta la cuestión del entusiasmo.
"Conversión del horror en entusiasmo"
Cómo vimos anteriormente (en el punto "Soler conducción"), el fragmento que relaciona el "horror" con el entusiasmo es el siguiente (siguiendo la traducción de Gallano y Mira): "…debe haber circunscrito la causa de su horror, el suyo propio, el de él, separado del de todos, horror de saber. Desde ese momento, sabe ser un desperdicio. Es lo que el análisis ha debido, al menos, hacerle sentir. Si ello no le lleva al entusiasmo bien puede haber habido análisis, pero analista ni por asomo" 120
Eso es todo. Lacan no explicita porqué, o como, el saber "ser un desecho " habría de llevar al analista al "entusiasmo", ni aquí, ni en otro tramo de la "Nota italiana". Tampoco retoma esa referencia al "entusiasmo" en algún otro escrito. Ese paso se presenta como un salto, como un hueco que, en tanto tal, convoca o incita a ser cubierto y/o explicado
Es lo que pretende hacer CS, caracterizando ese "pasaje" del "horror" al "entusiasmo" como una "conversión" ("transformación de una cosa en otra"). Y para explicar esta "conversión del horror en entusiasmo" recurre a la "satisfacción" del fin de análisis que Lacan plantea en el "Prefacio a la edición inglesa del seminario XI": "el espejismo de la verdad (…) no tiene otro término que la satisfacción que marca el fin del análisis" 121. Para CS, el "resorte de esa satisfacción" 122 proviene de la "seguridad" que tenga el analista de que "al final el beneficio sea posible".
¿Qué "seguridad"?, ¿al "final" de qué?, y ¿qué "beneficio"?. La "seguridad" es la que el analizante obtendría en " su propia experiencia" de análisis, en la medida en que, llegado al final, esta "le haya demostrado que el desvalimiento transferencial es reductible" 123. Dicha "demostración" es el "soporte" de la "satisfacción", del alivio, que conlleva ese final.
Pero si el fin de análisis implica un término a los "espejismos de la verdad", ¿qué testimonio podría dar el analizante "de lo que no podría exponerse en términos de saber" 124? Para CS esto "se muestra indirectamente por medio de un cambio de satisfacción que cobra valor de conclusión" 125 (subrayado mío).
CS distingue "los afectos del sentido (transferenciales, que dependen del estatuto de la verdad), de los efectos ligados a la caída de sentido, que son afectos de lo real" 126. En consecuencia, y tras el largo tiempo de "oscilación entre la verdad y lo real" que constituiría el proceso analítico, encontraremos que "la satisfacción que marca el fin no tiene otra definición que poner fin a otra satisfacción, la del espejismo del trayecto hacia la verdad. Por ende, es un cambio de satisfacción , el fin de la que ha sostenido todo el proceso del análisis" 127 (subrayados míos). Ese "cambio " sería la "especificidad" 128 que, según CS, caracterizaría a esta "satisfacción conclusiva": "es más que el signo de la conclusión: la reemplaza, vale por ella" 129.
A tal punto, que debería ser esa misma satisfacción la que de testimonio por el analizante en el dispositivo del pase, puesto que él no podría "atestiguar" de ese final "sin retornar a la verdad que miente" 130. Ahora bien, ¿cómo "reconocerla"? He aquí la función del "entusiasmo", tomado de la cita de Lacan, como posible indicador de que el analizante ha ceñido la causa de su "horror de saber". En ese sentido, ese "entusiasmo" sería a expresión de la "significación que marca el fin del análisis", y la "conversión " del horror en entusiasmo, el correlato de ese "cambio de satisfacción" que brindaría el valor de "conclusión".
Pero una analogía no alcanza a ser una explicación. El "cambio de satisfacción" no constituye una explicación para la postulada "conversión del horror en entusiasmo", del mismo modo que ni el primero ni la segunda son planteos propios de Lacan. En ambos casos se trata de desarrollos que propone CS, allí donde Lacan deja huecos. Desarrollos que, por otra parte, tampoco son del todo originales. Ya se han propuesto otras "transformaciones" o "cambios" para responder a las preguntas que abren estas citas de Lacan.
Es el caso, por ejemplo, de Silvia Lippi quien, en "Una alegría "inesperada" del análisis" 131, también propone una "conversión", análoga a la de CS, aunque desarrollada por la vía del sentido. Lippi plantea que el "non-sens" ("no sentido" , "sin sentido"), en torno al que prosigue el análisis una vez que el analizante acepta la castración bajo la forma de la pérdida, no es una pura y simple ausencia de sentido, sino que "se hace portador de un sentido nuevo, que se traduce en alegría (allegrezza)" 132 (subrayado mío). Lo llamativo del planteo de Lippi es que redobla el "entusiasmo" de la "Nota italiana" con el término "alegría", al que apela para asociar el sentido que le da Spinoza en su "Ética", a saber, el sentido de "pasaje" de "una menor a una mayor perfección". Lippi considera que, por esa vía, la "alegría" se emparenta con "la satisfacción que el sujeto encuentra en el fin de análisis, según las palabras de Lacan en 1976 en el ‘Prefacio al Seminario XI’" 133.
La conclusión de Lippi es tan taxativa como la de CS, ya que su artículo finaliza planteando dicha "alegría" como una "capacidad de asumir lo nuevo" que habría de "acompañar el fin de todo recorrido ("parcours") analítico exitoso ("réussi")" (subrayado mío). Sus pertenencias institucionales son diferentes, pero ambas culminan en una misma operación: la tipificación del fin de análisis para la selección de los analistas.
En suma, ni CS ni Lippi han avanzado en el entendimiento de la razón del "entusiasmo" de la " nota italiana". La pregunta sigue abierta a que alguien pueda demostrar, de un modo más consistente, que dicho "entusiasmo" es una noción importante para articular el fin de análisis con la producción del psicoanalista.
Quizás sea útil precisar un poco la historia y los avatares políticos e institucionales que acompañaron a esta carta dirigida a tres personas convocadas a hacer lo que nadie hizo hasta ahora.
Repasemos, entonces, el contexto del "entusiasmo" de dicha "nota".
Contexto del "entusiasmo"
Hasta donde sé, el "grupo italiano" es el único, por fuera de la EFP, al que Lacan le propuso, personal y directamente, implementar el pase. La "nota" parece ser uno de los textos más "militante" de Lacan en cuanto al pase (o, quizás, para ser más justos, el más utilizado por los "militantes" del pase). Luego de aludir a las dificultades que habría encontrado su instrumentación en la EFP, Lacan alienta la esperanza de que el "grupo italiano" pudiera llevar dicha experiencia a mejor puerto: "lo que el grupo italiano ganaría al seguirme sería un poco más de seriedad que la que yo logro con mi prudencia" 134.
La carta fue escrita por Lacan en abril de 1974, dirigida a tres de sus analizantes en Italia - Giácomo Contri 135 y Armando Verdiglione 136, italianos residentes en Milán, y Muriel Drazien, residente en Roma - quienes habrían de transmitirla al resto de los colegas que, junto a ellos, constituían el "grupo italiano", con la perspectiva de constituir una escuela de orientación lacaniana. La carta no tenía ni título ni firma, y la fecha de su redacción se conoció a posteriori, cuando fue publicada por primera vez cuatro años después 137.
Lacan había presentado su proposición sobre el "analista de la escuela" y el pase, el 9 de octubre de 1967 138. Su instrumentación en la EFP requirió importantes debates que concluyeron con la partida de algunos de sus miembros y una votación entre tres propuestas, en enero de 1969 (donde gana la de Lacan por 198 votos contra 107 y 46 para las otras dos) 139.
El antecedente más inmediato a la "Nota italiana" es la intervención que Lacan improvisó sobre el pase, en noviembre de 1973, en el congreso de la EFP en "La Grande-Motte" (cerca de Montpellier) 140, donde señala que el pase es "una experiencia en curso". En dicho congreso se presentó también un informe (a cargo de Contri, Verdiglione y Frachinelli) sobre el proceso de reagrupamiento de los psicoanalistas italiano. Recordemos que en febrero de ese mismo año, Contri había invitado a Lacan 141 a dar una conferencia (que llevó por título "La psychanalyse dans sa référence au rapport sexuel" 142) en Milán y a participar de la reunión que dio lugar a la fundación del grupo llamado "Scuola Freudiana, circolo italiano di studio". Paralelamente, Verdiglione había dado a conocer la existencia, en la misma ciudad, de su grupo "Semiótica y psicoanálisis" (en el congreso de la EFP se informa que ese colectivo funcionaba, en realidad, desde hacía 3 años), y un tercer grupo se crea en Roma, alrededor de Muriel Drazien. Las diferencias entre estos grupos se evidencian en el congreso de la EFP, en particular las que hay entre Contri y Verdiglione 143.
En marzo de 1974, los acontecimientos comienzan a precipitarse en ocasión de un nuevo viaje de Lacan a Italia. Comienza por Roma donde, invitado por Muriel Drazien, da la conferencia "La lógica del amor". Luego sigue a Milán donde, el 30 de marzo, respondiendo a la invitación de Contri, da la conferencia "Alla scuola freudiana" 144, y el 31 de marzo participa de un encuentro de discusión general con el grupo de Verdiglione. Según Contri, es en ese contexto que Lacan tomó la iniciativa de " proponer de manera resolutiva, a los que consideraba sus alumnos más próximos en Italia, G.B. Contri (Milán), M. Drazien (Roma), A. Verdiglione (Milán), constituir, para frenar la fragmentación de los "grupos", un lugar unitario en forma de asociación legalmente constituida, a la que sugiere llamar "La Cosa freudiana"" 145. A su regreso a París, en la sesión del 9 de abril de 1974 146, Lacan desarrolla varios temas que aparecerán en la "Nota": el grupo, la cuestión de la autorización del analista, la invención del saber 147, el saber en lo real y el horror de saber.
Según Contri, Lacan escribe la famosa "carta", en abril de 1974, ante su propia insistencia, con la clara intención de que "Lacan asuma de modo explícito aquello que otros llamarían la ‘paternidad’ de la iniciativa: que no sea solo, pero que sea él mismo quien enuncie las líneas directrices" 148, de donde el título con que fue publicada la "carta" por primera vez: "Directivas".
El 1° de junio, Lacan vuelve a viajar a Milán, y participa de una reunión junto a medio centenar de personas, pertenecientes en su mayoría a los grupos de Contri y Verdiglione, más algunos miembros del grupo romano de Drazien y otros de la revista "Il piccolo Hans", ante quienes reformula públicamente su invitación a constituirse en lo que él ya llama "La Cosa freudiana" 149. La jornada culmina con una reunión con el "trípode", en el hotel.
Lo que llama la atención es que, para ese entonces, nada se dice de aquellas "Directivas". ¿Qué ha pasado con ellas? ¿Han caducado? ¿O simplemente han "superado" a sus destinatarios?
Entre los testimonios recogidos por Erik Porge, se encuentra la confirmación por parte de Muriel Drazien (uno de los miembros del "trípode"), de que la iniciativa inicial fue de Contri, así como del estado de confusión ("désarroi") en la que quedaron sumidos, tanto ella como los dos otros miembros del "trípode", luego de la recepción de dicha "carta": "Pienso que Contri dice la verdad cuando dice haber demandado una indicación a Lacan para poder proceder. La indicación dada, naturalmente, solo vino a complicar el asunto. No había ningún consejo práctico en ese texto enviado a lo de Contri y que leímos juntos con Verdiglione en el gabinete de Contri. Estábamos más bien consternados. Cómo proceder a un pase en esas condiciones? Hacía poco que yo había comenzado a ejercer en Roma, ellos dos tenían grupos, a parte, y (…) lamentablemente no conozco ningún otro miembro de esos dos grupos que haya seguido la vía analítica. Pasadores? Jurados?" 150 .
De hecho, el periodo que sigue a junio 1974 es un poco caótico en relación a la creación de "La Cosa Freudiana". En el congreso de la EFP de octubre, en Roma (ocasión en que Lacan pronuncia "La tercera"), nada se dice respecto a la situación italiana ni, por supuesto, de la "carta a los italianos". Finalmente, en diciembre se redacta un protocolo de principios, también llamado "estatutos", para la fundación de "La Cosa freudiana". Dicho protocolo fue firmado, en París, por el "trípode" y Musotto (un analista de Palermo por cuya presencia insistió Drazien). El testimonio de Drazien es elocuente en cuanto a la situación: "Para explicarte el punto en el que nos encontrábamos al 1° de diciembre de 1974 (la firma de la hoja escrita sería una semana o diez días más tarde en Paris), nadábamos todavía en la oscuridad en cuanto a un estatuto. Clavreul, que estaba en Roma para una conferencia en casa (he olvidado el tema) se había mezclado en la discusión e insistió para que firmemos juntos el papel. Nada de nada sobre el pase" 151. En cambio, al comentar la reunión que realizaron una veintena de personas provenientes de los diferentes grupos, el 29 de junio de 1975, para examinar la cuestión del "pase", Contri señala que ese era un tema al que "los estatutos de la asociación hacían explícita referencia".
Finalmente, el reagrupamiento de los italianos no prosperó (mucho menos la posibilidad de alguna instrumentación del pase). Y cuando la "carta" pasó a ser publicada bajo la órbita Milleriana (en 1982, en "Ornicar?"), fue acompañada del pudoroso comentario "las personas concernidas no siguieron las sugerencias expresadas aquí" 152.
De hecho, las dos personas más relevantes del famoso "trípode", Contri y Verdiglione, se alejaron completamente de la órbita lacaniana. El caso más problemático es el de Verdiglione, quien, a finales de la década del setenta , resultó condenado en un juicio penal promovido por una colaboradora y por los familiares de varios de sus pacientes, que lo acusaban de quitarles dinero valiéndose de sus problemas mentales 153.
Las calificaciones que utiliza E. Roudinesco para con este personaje son lapidarias: lo trata de "combinación de testigo de Jehová y padrino de opereta" 154 y de "mafioso de la cultura" 155, al tiempo que comenta que fue "violentamente expulsado de la EFP sin jamás ser miembro de ella" 156.
Está claro que la medida del valor de una "carta" no lo da la historia de vida de sus destinatarios. Pero no deja de generar interrogantes que Lacan pudiera abrigar algún tipo de esperanza o "entusiasmo" en estas personas.
El propio Lacan resaltó, en su momento, “el contexto de pelea en el cual yo impulso todo eso” 157, y que esos contextos de batalla cambian y/o “superan”. Supo, incluso, tener el suficiente sentido del humor para relativizar la importancia de todo un párrafo de debate con el psicoanálisis yanqui, en “Subversión del sujeto y dialéctica del deseo” con una ironía: “¿donde teníamos la cabeza?” 158 ¿Acaso sería muy desacertado acudir a esa misma “pregunta” para aplicarla al balance de esta “batalla superada” con el “grupo italiano”?
Si admitimos esa perspectiva, podría relativizarse el alcance de algunos términos de la “carta”. No todos, obviamente. Seguramente no aquello que pueda articularse con alguna coherencia con otras instancias en la enseñanza de Lacan. Pero quizás si aquello que permanezca en cierto modo sobre agregado y que podría asociarse a la dimensión más contextual de la “batalla” en juego. Por el ejemplo, la referencia al “entusiasmo”: una cosa es tomarla como elemento de reflexión e interrogación sobre las condiciones de producción del analista, y otra cosa es erigirla en basamento de una tipificación del fin de análisis.
Hay quienes se proponen como nuevos destinatarios de la “carta”, y eventual buen puerto para aquellas “directivas” en su propia instrumentación del pase 159. Ese parece ser el caso también de quienes, aún sin presentarse explícitamente en esos términos, hacen un uso “militante” de la “carta”.
Continúa en la tercera parte...
Notas
67 Colette Soler, " Los afectos lacanianos", editorial Letra Viva
68 Colette Soler, op. cit., página 120
69 CS, op. cit., página 118
70 CS, op. cit., página 120
71 Sigmund Freud, op. cit., página 254. Citado por CS en la op. cit., página 124
72 Sigmund Freud, "Análisis terminable e interminable", Obras Completas, Editorial Amorrortu, Tomo XXIII, página 253. Disponible en internet en http://es.scribd.com/doc/57133825/Freud-Sigmund-Analisis-Terminable-e-Interminable
73 CS, op. cit., página 120
74 Jacques Lacan, "Prefacio a la edición inglesa del Seminario 11", " Otros escritos", Editorial Paidós, página 600. Disponible en internet en http://www.eol.org.ar/template.asp?Sec=el_pase&SubSec=articulos&File=articulos/prefacio_seminario11.html
75 CS, op. cit., página 122
76 CS, op. cit., página 123
77 CS, op. cit., página 125
78 CS, op. cit., página 126
79 Jacques Lacan, "Nota italiana", en "", " Otros escritos", Editorial Siglo XXI, páginas 327/331. Disponible, en francés, aquí; y en castellano, aquí
80 CS, op. cit., página 126
81 Jacques Lacan, op. cit., página 329
82 CS, op. cit., página 126; cita de Lacan, traducción propia de CS (o de sus traductores) de la "Note italienne" de "Autres écrits", Edition Seuil, página 309.
83 CS, op. cit., página 127
84 CS, op. cit., página 127
85 CS, op. cit., página 126
86 CS, op. cit., página 126
87 CS, op. cit., página 127
88 CS, op. cit., página 127
89 CS, op. cit., página 126
90 CS, op. cit., página 126
91 A cargo de Graciela Esperanza, con supervisión de Guy Trobas
92 Jacques Lacan, "Nota Italiana" , en "Otros escritos", página 329
93 Publicada en "Fascículos de psicoanálisis": "La Escuela a ojos vista", Coloquio Uno por Uno, Madrid, 17 Noviembre 1990, Editorial Eolia. Disponible en internet en el sitio de la EOL, ver aquí
94 Jacques Lacan, "Note italienne", en " Autres écrits", página 309
95 Sobre todo teniendo en cuenta que no se trata de la traducción de un pasaje de texto de CS, sino de una cita de Lacan.
96 Al menos desde julio de 2009, puesto que para esa fecha la incluye en su blog : ver aquí
97 Un claro ejemplo son las clásicas banderas que se agitan en los actos políticos donde se suele leer el nombre de los respectivos dirigentes junto a la palabra "conducción" (ver, por ejemplo, aquí )
98 Portãre pertenecía al latín popular, siendo el correspondiente término literario o culto "ferre", que significa "ayuda", "favor ".
99 Para precisar el sentido de "portar", podría ser útil analizarlo en otros escritos de Lacan, por ejemplo en "Variantes de la cura tipo", donde el término "portar" es utilizado para definir la "acción analítica": el analista "porta la palabra". Ver en http://www.sauval.com/articulos/cosa3.htm
100 Jacques Lacan, "Note italienne", en "Autres écrits", Ed. Seuil, página 309
101 Así figura también en la versión que ofrece el sitio de la EPFCL (ver aquí) así como en el "Pas tout Lacan" de la école lacanienne de psychanalyse (ver aquí)
102 Ver en el sitio de la EOL (aquí)
103 Claro que, conociendo la actitud sumisa y disciplinada que los seguidores de JAM han tenido, históricamente, ante todos los problemas de establecimiento del texto que se han planteado respecto a los Seminarios, o los problemas de traducción de los "Escritos", no debería sorprendernos que dicha actitud prosiga, incluso ante alteraciones tan groseras como esta, de los escritos de Lacan.
104 Jacques Lacan, "Nota italiana", en "Otros escritos", Editorial Paidós, página 329
105 Jacques Lacan, op. cit., página 329
106 Jacques Lacan, op. cit., página 328
107 Jacques Lacan, "Note italienne", en "Autres écrits", Edition Seuil, página 310
108 Jacques Lacan, "Note italienne", en "Autres écrits", Edition Seuil, página 309
109 Jacques Lacan, "Proposición del 9 de octubre de 1967 sobre el psicoanalista de la escuela" (traducción de Diana Rabinovich), en "Momentos cruciales de la experiencia analítica", Editorial Manantial, Buenos Aires 1987, página 7
110 "El analista solo se autoriza a/de/para/por…", "El analista no se autoriza sino a/de/para/por…", etc. Cabe señalar que «s'autoriser de» es una expresión propia de la lengua francesa, que significa «s'appuyer de» (apoyarse de), «se prévaloir de» (prevalecerse de), «se recommander de» (recomendarse de). Por lo tanto debe priorizarse la traducción "se autorizar de" antes que "se autoriza por" o " se autoriza para". También cabe mencionar otra tergiversación, bien típica del vicio de la repetición ignorante de aforismos lacanianos, donde además de insistir con el error del "sí mismo" se pretende convalidar, como si fuera una cita de Lacan, la anexión de un complemento de condicionamiento institucional, en una redacción unificada: "el analista sólo se autoriza de sí mismo y de algunos otros " (subrayado mío). Ver al respecto, los artículos de mi sección "Algunos "mitos y leyendas" relativos a la enseñanza de Lacan", en http://www.sauval.com/articulos/fragmentos.htm )
111 Jacques Lacan, "Nota italiana", en "Otros escritos", Edición Paidós, página 327
112 Jacques Lacan, "Proposición del 9 de octubre de 1967 sobre el psicoanalista de la escuela", en "Otros escritos", editorial Paidós, página 261
113 Jacques Lacan, "Nota italiana" , en "Otros escritos", Editorial Paidós, página 328
114 Jacques Lacan, "Note italienne", en "Autres écrits", Edition Seuil, página 310
115 Guy Le Gaufey, "El no-todo de Lacan", Editorial Cuenco de Plata.
116 Raquel Capurro, "Del analista y del analizante", publicado en el número 25 de la revista Acheronta
117 Ver en http://www.ffcle.es/jorn12.htm
118 Jacques Lacan, "Nota italiana", en "Otros escritos", editorial Paidós, página 329
119 Jacques Lacan, "Nota italiana", en "Otros escritos", editorial Paidós, página 329
120 Ver en el sitio de la EOL (aquí)
121 Jacques Lacan, "Prefacio a la edición inglesa del Seminario XI", en "Otros escritos", editorial Paidós, página 600
122 CS, op. cit., página 126
123 CS, op. cit., página 127
124 CS, op. cit., página 133
125 CS, op. cit., página 133
126 CS, op. cit., página 129
127 CS, op. cit., página 134
128 CS ya la había caracterizado como "específica" en el parafraseo que hacía de la cita de Lacan, en la página 120 de la edición castellana de su libro, y ahora vuelve a insistir con esa calificación en la página 125.
129 CS, op. cit., página 134
130 CS, op. cit., página 134
131 Silvia Lippi, "La joie “inattendue” de l’analyse" ("La alegría "inesperada" del análisis"), texto presentado en el Coloquio de 2010 de "Convergencia" (realizado los días 13 y 14 de febrero de 2010, en París).
132 Silvia Lippi, op. cit. (la inclusión del "allegrezza", en italiano, entre paréntesis, es de Lippi; no sé a qué responde ese agregado, más allá del origen italiano de la autora)
133 Silvia Lippi, op. cit.
134 Jacques Lacan, "Nota italiana", en "Otros escritos", Editorial Siglo XXI, página 330. La "prudencia " a la que refiere Lacan es aquella con la que presento su proposición sobre el analista de la escuela, tal como ya lo señaló en el comienzo de su “Intervención sobre el pase”, en el congreso de la EFP en “La Grande-Motte”, en noviembre de 1973: “La proposition est marquée d’une prudence, d’une prudence peut-être humaine, trop humaine, mais je ne vois absolument pas en quoi j’aurais pu faire une proposition plus prudente” ("El modo con el cual la produje fue la proposición, toda ella impregnada de prudencia, una prudencia quizás humana, demasiado humana: no veo cómo habría podido ser yo más prudente")
135 Ver en Wikipedia http://it.wikipedia.org/wiki/Giacomo_Contri y en el sitio de la "Societá Amici del Pensiero" http://www.giacomocontri.it/
136 Ver en Wikipedia http://it.wikipedia.org/wiki/Armando_Verdiglione y en su sitio "oficial" http://verdiglione.org/
137 La primera publicación la realizó Giácomo Contri, en 1978, en "Lacan in Italia 1953-1978 En Italie Lacan" (un volumen bilingüe que reúne textos y conferencias de Lacan en Italia, disponible aquí ), bajo el título "Directives". Posteriormente, en 1981, Armando Verdiglione la incluyó en el noveno número de su revista Spirali (que tenía una edición francesa: Spirales) bajo el título "Lettre de Jacques Lacan" (acompañada de una fotografía de Lacan). Poco después, JAM la republicó, en 1982, en el número 25 de "Ornicar?" y en el número 9 de La Lettre Mensuelle de la ECF, bajo el título "Note italienne". En 1992 la AFI (Association Freudienne Internationale) la incluyó en su boletín número 47. Finalmente, fue incluida en "Autres Ecrits" con el mismo título que en "Ornicar?", y traducida al castellano en "Otros escritos", con el título de "Nota italiana".
138 Dicha "Proposición…" fue publicada en el primer número de la revista Scilicet, y los tres textos que le siguen fueron pronunciados en diciembre de ese mismo año (1967) en Italia: "La méprise du sujet supposé savoir" (conferencia en Nápoles), "De Rome 53 a Rome 67: la psychanalyse. Raison d’un échec" (conferencia en Roma) y "De la psychanalyse dans ses rapports avec la réalité" (conferencia en Milán)
139 Para una reseña histórica del pase en la EFP, puede consultarse el artículo de Pierre Bruno "L’absente", publicado en el número 9 de la revista "Psychanalyse", 2007, editorial Erés, páginas 73 a 79 (disponible aquí). Los textos más importantes de la instrumentación del pase en la EFP fueron publicados en el segundo número de la revista Scilicet
140 Jacques Lacan, «Intervention sur la passe», en "Lettres de l'Ecole freudienne", nº 15, junio de 1975 (pp. 185-193) (disponible aquí). Traducción al castellano de Irene Agoff publicada en el primer número de la versión española de "Ornicar?", Ed Petrel, Madrid, como "Intervención sobre el pase" (disponible aquí)
141 Asociando a dicha invitación a Muriel Drazien (uno de los componentes del "trípode italiano") y M. Ranchetti
142 Incluida en "Lacan in Italia 1953-1978. En Italie Lacan", Milán, La Salamandra, 1978, pp. 58-77, (disponible aquí)
143 EL conjunto de estas intervenciones se publicaron en "Lettres de l'Ecole freudienne", nº 15 junio de 1975, el mismo número en el que se publicó la intervención de Lacan sobre el pase.
144 Esta conferencia, y el debate que siguió, se encuentra disponible en "Lacan in Italia 1953-1978. En Italie Lacan", Milan, La Salamandra, 1978. (disponible aquí)
145 "J. Lacan propone con forza a coloro che considera suoi diretti allievi in Italia G.B. Contri (Milano), M. Drazien (Roma), A. Verdiglione (Milano) di costituire, di contro alla frammentazione dei «gruppi», un luogo unitario, in forma di associazione legalmente costituita, di cui egli stesso suggerisce il nome di «La cosa freudiana»", en "Lacan in Italia 1953-1978. En Italie Lacan", Milán, La Salamandra, 1978 , página 147
146 Jacques Lacan, El Seminario, Libro XXI, "Les non-dupes errent" , sesión del 9 de abril 1974. Disponible en francés (aquí) y en castellano (aquí)
147 Michel Sauval, "La ‘invención’ del objeto a" , disponible en http://www.sauval.com/articulos/invencionobjetoa.htm
148 "G.B. Contri tiene a precisare tale testo (come pure il breve discorso pronunciato da J. Lacan in apertura della riunione successiva, qui oltre) fa seguito alla sua insistenza affinché J. Lacan assuma anche in modo esplicito quella che altrove sarebbe chiamata la «paternità» dell’iniziativa: non solo, ma che sia egli stesso a pronunciarne le linee direttive (donde l’intitolazione, redazionale, del testo riprodotto nelle pagine che seguono)", en "Lacan in Italia 1953-1978. En Italie Lacan", Milan, La Salamandra, 1978, página 148
149 "La riunione è aperta da J. Lacan, che esplicitamente riformula pubblicamente la sua proposta che si costituisca quella che egli stesso ha chiamato «La cosa freudiana»", en "Lacan in Italia 1953-1978. En Italie Lacan", Milan, La Salamandra, 1978, página 154
150 Erik Porge, "La lettre aux italiens… et à quelques autres", revista «Psychanalyse» n° 9, 2007, Ed. Eres, página 88 (disponible aquí)
151 Erik Porge, op. cit., página 89
152 Jacques Lacan, "Otros Escritos", Editorial Paidós, página 637 (como una muestra más del nivel de los errores de esta edición, en esa página figura "no siguieron la sugerencias…", es decir, ni siquiera han cuidado la ortografía).
153 Como estrategia defensiva (que no lo salvó de la condena) Verdiglione planteó que como cada interpretación es "una obra de arte", y dado que no se le puede poner precio al arte, no podía decidirse si el dinero que recibía de sus pacientes era poco o mucho, justo o desmesurado!!
154 Elizabeth Roudinesco, "La batalla de los cien años: Historia del psicoanálisis en Francia" (Tomo 3), Editorial Fundamentos, página 161 (ver aquí)
155 Elizabeth Roudinesco, op. cit., página 164
156 Elizabeth Roudinesco, op. cit., página 162
157 Jacques Lacan, “Breve discurso a los psiquiatras”, Conferencia sobre el psicoanálisis y la formación del psiquiatra, dictada en Ste. Anne el 10 de Noviembre de 1967. Disponible en francés aquí, y en castellano aquí (traducción de Pablo Román, Roberto Pinciroli y Félix Contreras) y aquí (traducción de Rodriguez Ponte)
158 Jacques Lacan, “Subversión del sujeto y dialéctica del deseo”, en “Escritos 2”, Siglo XXI, Edición revisada de 2008, página 769, nota a pie de página n° 6
159 Así lo plantea, explícitamente, Erik Porge, op. cit., página 93
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