Psicoanálisis y Ciencia

Ciencia, psicoanálisis y posmodernismo
(Acerca del libro "Impostures Intellectuelles" de Sokal y Bricmont)

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Michel Sauval - Algunos efectos de la digitalización de la cultura

Introducción
( 1 de enero 1998 )
(
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Entre los libros que leí (o comencé a leer) en diciembre pasado está el que Alan Sokal (Profesor de física en la Universidad de New York) acaba de editar junto a Jean Bricmont (Profesor de física teórica en la Universidad de Louvain), con el título de "Impostures intellectuelles", en las ediciones Odile Jacob (http://www.odilejacob.fr).

Al parecer, este libro se ha convertido en un betseller editorial. Su éxito y difusión se deben, principalmente, a una operación previa de Sokal muy al gusto de la prensa: para demostrar la falta de rigor científico que caracteriza a los posmodernos (entendiendo por tales aquellos en quienes prima un rechazo hacia la tradición racionalista de las "Luces" y cuyos desarrollos teóricos se caracterizan por un marcado relativismo cognitivo y cultural, y una subrayada independización de cualquier referencia empírica, insistiendo en general en la tesis de abordar las ciencias o cualquier otro objeto como si fueran narraciones o construcciones sociales), A. Sokal escribió un artículo parodiándolos y lo presentó para su publicación en una de las revistas posmodernas yanquis de moda, (http://www.nyu.edu/pubs/socialtext/) "Social Text", logrando que el mismo fuera aprobado y publicado en el número doble 46/47 de primavera/verano del 96, dedicado ("Science Wars") a los conflictos entre las ciencias llamadas sociales y las llamadas duras. Esta parodia se ha vuelto famosa como "the Sokal' s hoax"(1) o "le canular de Sokal"(2).

Basta que realicen, como hice yo mismo entonces, una búsqueda con estos títulos en cualquiera de los principales buscadores de Internet y descubrirán decenas de textos y referencias (en particular, encontrarán la mayoría de los links en la propia página de A. Sokal, en:http://www.physics.nyu.edu/faculty/sokal/index.html, totalmente dedicada a este tema).
Supongo que, como a mí, no dejará de llamarles la atención que, si bien encontrarán algunos artículos con la firma de personas renombradas (como por ejemplo el premio Nobel de física Steven Weinberg, y por supuesto, algunos de los pensadores franceses involucrados en la susodicha "broma" de Sokal, tales como Derrida, Kristeva, Latour, etc.), la gran mayoría de los textos en cuestión consisten en artículos de prensa (Le Monde, Libération, Times Literary Supplement, Le Nouvel Observateur, etc.). En otras palabras, el "debate", si puede llamárselo así, se desarrolla principalmente en importantes medios de comunicación pública.

El resultado de mi búsqueda en Internet parece indicar que el mundo hispano parlante no ha participado aún del "debate" (quizás me equivoque, pero creo que este debe ser el primer artículo en español en la Web, o al menos no he podido o sabido encontrar alguna otra referencia en dicho idioma), de la misma manera que tampoco ha intervenido el mundo de los psicoanalistas lacanianos (tampoco he visto nada en los últimos números de algunas de las principales revistas de las corrientes más importantes del psicoanálisis de orientación lacaniana).

La actitud de los pocos psicoanalistas enterados del asunto con los que he charlado en Buenos Aires es similar a una de las posiciones que sostiene Derrida en su respuesta a Sokal, en el artículo de "Le Monde" del 20 de noviembre pasado, donde dice que "Sokal y Bricmont no son serios" porque "hubiera sido interesante estudiar escrupulosamente las dichas metáforas científicas, su rol, su estatuto, sus efectos en los discursos incriminados. No solo en los franceses! Y no solo en esos franceses! Esto hubiera exigido que se leyera seriamente, en su estructura [agencement] y en su estrategia teórica tantos discursos difíciles. Esto no fue hecho". En otras palabras, no valdría la pena responderles a Sokal y Bricmont.

En cierto sentido (ya veremos cual), luego de leer el libro, podría acordar en que esta respuesta podría ser la justa (veremos también que es el propio Sokal el que, sin quererlo, le dará la razón a Derrida).

No obstante, me parece que esta manera de proceder no resuelve el problema. Por un lado porque la respuesta ya no es tan requerida por la falta o no de seriedad de dicho libro sino por la difusión que el tema ha tenido (pues como dice el dicho, "el que calla otorga"). Y por otro lado, porque la eventual falta de seriedad del trabajo de Sokal y Bricmont, amén de tener que ser probada, no invalida la importancia del tema que han tocado. Sobre ese punto, los psicoanalistas, como cualquier otro sujeto que pretenda tener algún tipo de respuesta para aportar a los problemas actuales de la ciencia y la cultura, siguen siendo convocados a fijar posición.

Notas

(1) El término "hoax" puede ser traducido como "broma". Pero, dada la gran presencia que esta historia ha tenido en Internet, cabría señalar que ese término es también el que se utiliza en inglés para calificar esos falsos anuncios de virus que pululan en Internet y que se propagan sobre la base de la ignorancia de quienes los reproducen en listas de correo y cuanto newsgroups o mailing lists existen.

(2) "Canular" es una latinización bromista de "canuler", cuya definición es "importunar a alguien por medio d la repetición de los mismos propósitos", y proviene del término "canule" (pequeño tubo que sirve para introducir un líquido o gas en alguna cavidad).

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