Michel Sauval - Psicoanalista Jacques Lacan, Seminario "La angustia", Lectura y comentarios de Michel Sauval

Notas y comentarios
Sesión del 5 de junio de 1963

El oído y la voz

La experiencia ordinaria es que todo lo que el sujeto recibe del Otro por medio del lenguaje lo recibe bajo forma vocal.
Aunque hay también otras vías que las vocales para recibir el lenguaje, como lo testimonian casos fulgurantes como el de Hellen Keller (1),
Lacan propone avanzar en el sentido de que "una relación más que de accidente liga el lenguaje a una sonoridad" (2).

Respecto del funcionamiento del oido, Lacan subraya que su caracol es un resonador, complejo y compuesto.
Lo característico de un resonador es que es el aparato el que domina en la resonancia, en la medida en que solo resuena su propia frecuencia.

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Nuestro oido es un resonador del tipo tubo. El retorno de la vibración aportada desde la oreja, que pasa de la rampa timpánica hasta la rampa vestibular, parece ligada a la longitud del espacio recorrido en un conducto cerrado. Es decir, opera a la manera de un tubo, un tubo a teclas, en el sentido de que parece que es la celda puesta en posición de cuerda, pero que no funciona como una cuerda, la que está implicada en el punto de retorno de la onda, y se encarga de connotar la resonancia interesada (3).

Para Lacan, algo en esta forma orgánica parece emparentado con los datos topológicos, transespaciales, que lo llevaron a interesarse por la forma más elemental de la constitución creada y creadora de un vacío, la historia de los potes.
Un pote tambien es un tubo, y puede resonar. Recordemos que "diez potes completamente iguales no dejan de imponerse como individualmente diferentes" (4), pero se plantea la cuestión de saber si, cuando se pone uno en el lugar del otro, el vacío que estuvo sucesivamente en el corazón de cada uno de ellos sigue siendo o no el mismo.
El vacío que está en el corazón del tubo acústico impone una exigencia a todo aquello que en él puede resonar de esta realidad que se llama un soplo. Una flauta tocada a la altura de una de sus aberturas impone a todos los soplos posibles, la misma vibración. Si bien esta exigencia no es una ley, indica sin embargo que el objeto a en cuestión funciona aquí en una real función de mediación.

Sin embargo, todo esto no tiene otro interés que metafórico.
Si la voz tiene importancia, no es por resonar en un vacío espacial si no porque, la más simple emisión, en su función fática, resuena en un vacío que es el vacío del Otro en tanto tal, el ex nihilo propiamente dicho.
La voz responde a lo que dice, pero no puede responder por ello. Para que responda, debemos incorporar la voz como alteridad de lo que se dice.

Por eso, separada de nosotros, nuestra voz se nos manifiesta como un sonido ajeno.

Corresponde a la estructura del Otro constituir cierto vacío, el vacío de su falta de garantía. La verdad entra en el mundo con el significante antes de cualquier control. Ella se prueba, se refleja solamente por sus ecos en lo real. Es en ese vacío del Otro que la voz, en tanto que distinta de las sonoridades, voz no modulada, pero articulada, resuena. La voz de la que se trata, es "la voz en tanto que imperativa, en tanto que reclama obediencia o convicción, que se sitúa, no por relación a la música, sino por relación a la palabra" (5).
Por eso, seria interesante ver, respecto de la voz grabada, la distancia que puede haber entre la experiencia del cantante y la del orador.

Identificación primera

Lacan indica que la identificación de la voz nos da un primer modelo de identificación, diferente de los otros, pues aquí hablamos de Einverleibung, incorporación.
Refiere un artículo de Isakower (6), por la imagen impactante de lo que tiene de diferente este tipo de identificación. El mismo analiza el funcionamiento de la daphnia (pulga de agua), que tiene la curiosa costumbre de taponarse la conchilla, en un momento de sus metamorfosis, con pequeños granos de arena. Introducen estos pequeños granos, a modo de otolitos, en los estatocistos (organo del sentido del equilibrio) (7). Los incorporan del exterior porque no los pueden producir.

Isakower compara esta operación con la constitución del superyó, más allá de las distancias.
Y Lacan lo toma, para señalar que una voz no se asimila sino que se incorpora. y esto es lo que puede darle una función para modelar nuestro vacío.

De ahí la relación también con el Shofar, y la posibilidad de separar nuestro oído de sus armonias acostumbradas.
Modela el lugar de la angustia, pero sólo después que el deseo del Otro haya tomado forma de mandamiento. Por eso puede desempeñar su función de dar a la angustia su resolución, sea que se llame culpabilidad o perdón, mediante la introducción de otro orden.

"Que el deseo sea falta (manque) es fundamental, es su falta (faute) principal, falta (faute) en el sentido de algo que hace falta (qui fait défaut). Cambien el sentido de esa falta (faute) dándole un contenido (...) y tenemos lo que explica el nacimiento de la culpabilidad y de su relación con la angustia" (8).
Algo en el shofar se articula, del Otro, que cubre la angustia, algo como el deseo del Otro debe estar implicado.

Los dioses y la trampa del deseo,

El sacrificio no está destinado a la ofrenda ni al don, sino a la captura del Otro como tal, en la red del deseo.
Es de experiencia común que en nuestra vida, constantemente estamos ofreciendo, a alguna divinidad desconocida, "el sacrificio de alguna pequeña mutilación que nos imponemos, válida o no, en el campo de nuestros deseos" (9).

Nosotros hemos perdido a nuestros dioses en el gran tumulto civilizador, pero durante un tiempo prolongado, en el origen de todos los pueblos, hemos tenido con ellos trato y disputas como con personas de lo real.
No eran dioses omnipotentes, sino dioses potentes ahí donde estuvieran. Y toda la cuestión era saber si esos dioses deseaban algo.
El sacrificio consistía en hacer como si ellos deseaban como nosotros, en cuyo caso, el objeto a tendría la misma estructura. Lo que se les sacrificaba, no importa si se lo comían o qué hacian con eso, lo importante era que ellos lo desearan, y que eso no los angustie.
Por eso las víctimas debían ser sin mancha, ya que, como vimos en el campo de lo visual, con la mancha aparece la posibilidad de que resurja, en el campo del deseo, lo que está detrás como oculto, en particular, "ese ojo, cuya relación con ese campo debe necesariamente ser vaciada para que el deseo pueda permanecer con esa posibilidad ubicua que, en todos los casos, le permite ocultar la angustia" (10).
Domesticar a los dioses en la trampa del deseo es esencial, y no despertar la angustia.

Notas

(1) Helen Keller fue una escritora, oradora y activista política, sordo ciega. A la edad de diecinueve meses sufrió una grave enfermedad que le provocó la pérdida total de la visión y la audición.
Helen Keller
, "Sourde, muette, aveugle, histoire de ma vie", traducción al castellano "La historia de mi vida", "El mundo donde vivo"

(2) Traducción de la estenotipia.
Página 296 de la edición Paidós

(3) Jacques Lacan, El Seminario, Libro X, La angustia, Edición Paidós, página 297.
El órgano de Corti u órgano espiral se encuentra en la rampa coclear o media del oído interno y está compuesto por las células sensoriales auditivas llamadas células ciliadas. Su función es transformar la energía mecánica de las ondas sonoras en energía nerviosa. Cada órgano de Corti descansa sobre dos fibras o cuerdas de la membrana basilar y consta fundamentalmente de dos pilares que se unen formando un arco llamado arcada de Corti o túnel de Corti .

(4) Traducción de la estenotipia.
Página 297 de la edición Paidós.
Tanto en Paidós como Seuil, dice "indiferentes", contrariamente a la estenotipia y todas las referencias del propio Lacan

(5) Traducción de la estenotipia.
Página 298 de la edición Paidós

(6) Otto Isakower, "On the exceptional position of the auditory sphere", The International Journal of Psychoanalysis, 1939, Vol. XX, pp. 340-348.
Traducción al castellano: "Sobre la posición excepcional de la esfera auditiva" , y en francés "De l’exceptionnelle position de la sphère auditive"

(7) En el oído humano, el utrículo es la región del oído interno, entre el caracol y los conductos semicirculares, donde se ubican los otolitos, que tienen importantes funciones relacionadas con el mantenimiento del equilibrio corporal

(8) Traducción de la estenotipia.
Página 299 de la edición Paidós

(9) Traducción de la estenotipia.
Página 300 de la edición Paidós

(10) Idem

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