Michel Sauval - Psicoanalista Jacques Lacan, Seminario "La angustia", Lectura y comentarios de Michel Sauval

Notas y comentarios
Sesión del 12 de diciembre de 1962

Falsa huella y causa

La segunda parte de esta sesión se abre con dos recordatorios:

Y se trata de poner estas definiciones a prueba respecto de "nuestra relación angustiada con cierto objeto perdido"

La referencia a la huella borrada, del primer recordatorio, suele asociarse al ejemplo de Robinson Crusoe borrando la huella del pie de Viernes. Encontraremos estas referencias en el seminario III (Las psicosis), sesión del 14 de marzo del 56; en el seminario V (Formaciones del inconsciente), sesión del 23 de abril del 58 (a esta sesión remite Roussan en nota a pie de página, y lo sigue Rodriguez Ponte en su traducción); y en el seminario VI (El deseo y su interpretación), sesión 10 de diciembre del 58.

En la sesión de marzo del 56 plantea que "la distinción entre el signo y el objeto es muy clara puesto que la huella es precisamente lo que deja el objeto que se fue a otra parte". El significante, entonces, "es un signo que no remite a un objeto ni siquiera en el estado de huella (...) es un signo que remite a otro signo, está estructurado como tal para significar la ausencia de otro signo (...) para oponerse a él en un par" (3). En la sesión del 23 de abril del 58 vuelve a señalar que "lo que ha dejado una huella queda manifiestamente constituido como significado" (4), y en la sesión del 10 de diciembre del 58 señala que "el significante comienza, no en la huella, sino en que se borre la huella. Sin embargo, la huella borrada no es lo que constituye el significante. Lo que da comienzo al significante es el hecho de que ella se plantea como susceptible de ser borrada (...) el significante se presenta ya como dotado de las propiedades características de lo no sabido. Con la barra anulo ese significante pero también lo perpetúo en forma indefinida" (5).

La referencia más clásica es la distinción que realiza Saussure entre significante y significado. Esta separación, que ya puede parecer hasta evidente u obvia, suele ser tan teórica como abstracta, es decir, escurridiza. Por la sencilla razón de que, en cualquier ámbito que no sea el psicoanálisis, estas dos "mitades" nunca van una sin la otra. Por ejemplo, es imposible aislar el significante "arbol" sin que inmediatamente aparezca el correspondiente significado, reconstituyéndose de ese modo, el signo. Por lo tanto, por mas que nos muestren las dos "mitades" del signo y le asignemos el nombre de significante a una de ellas, al nivel de la linguística, no hemos dejado de manejarnos con signos. El campo de la representación es así de cautivante: el representante no va si lo representado.

Este es un problema al que ya se tuvo que enfrentar el propio Freud, y por el que tuvo que inventar su famoso "Vorstellungrepräsentanz" (representante de la representación), que retoma y continúa el previo "Triebrepräsentanz" (representante de la pulsión), y que le permite dar cuenta del lado material de la representación, es decir, algo más que la simple repartición entre las "Wortvorstellungen" (representaciones de palabras) y las "Sachvorstellungen" (representaciones de cosas).
Lo ilustra el ejemplo del olvido de "Signorelli", donde es importante tener presente que lo olvidado es ese nombre, pero no su "significado", el cual, por el contrario, pulula en todas las formaciones de sustitución: las imágenes de los cuadros, el mismo retrato de Signorelli, etc. Lo que hace "falta", en ese "olvido", justamente, es el representante de la representación, es decir, el lado material de la representación, opuesto al lado del significado (
6).

Lo que permite aislar al significante es la represión. Si "Signor" es un significante para Freud es porque falta durante un tiempo. El significante no es "Signorelli". Ese es un nombre, y como vimos, su "significado" queda todo el tiempo a flote, a disposición de Freud, por la vía de esas otras cosas que vienen en el lugar de lo que no viene: el "Signor", que queda caído bajo la represión. Es a esto que el sujeto queda "sujetado", y no a las representaciones que el campo de la representación hace circular. Es así como se aisla un significante para que, entonces, podamos decir que representa a un sujeto, para otros significantes.

¿Cuál es el sujeto de la representación? Si la representación es una unidad bloqueada en su valor referencial, el sujeto es también una unidad indivisa. Ese sujeto "no es más que la mirada que se realiza cada vez en la sutil y variable proporción de opacidad y de transparencia de la representación: una manera de hacer entender las dos caras constitutivas del signo" (7). El sujeto clásico de la representación no es mas que la pura diferencia entre percepción y representación. Su unidad radica, justamente, en que la representación no puede inscribirlo como tal en el proceso de la representación.

Esta inscripción es la que incluye Lacan con su definición del sujeto como representado por un significante para otro significante. Pero para que se trate de un significante, y no de un signo, es necesario aislar al significante como tal (como opera la represión en el ejemplo del olvido de "Signorelli"). Solo así (con el significante unterdrükt, "caído", o verdrängt, "reprimido") podemos hablar de un "sujeto del inconsciente" (8).

Volviendo al primer recordatorio de esta sesión sobre las huellas, Lacan amplia sus referencias de los seminarios previos, y pasamos de la "huella borrada", a la "huella falsamente falsa": "dejar huellas falsamente falsas es un comportamiento, no diré esencialmente humano, sino esencialmente significante. Ahí es donde está el límite. Ahí se presentifica un sujeto" (9).
Y esta referencia a una huella que se ha trazado para que se la tome por una "falsa huella" abre la problemática de un sujeto, no solo "hablante", sino "un sujeto como causa".
¿Cómo es un sujeto en posición de causa?¿Cual es la noción de causa en juego?
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Lacan prosigue: "La propia noción de la causa no tiene otro soporte más que éste. Luego nosotros tratamos de extenderla al universo, pero la causa original es la causa de una huella que se presenta como vacía, que quiere hacerse tomar por una falsa huella" (subrayado mío) (10).

Podríamos decir que la "huella borrada", la tachadura de la barra, es lo que representa un sujeto, para otro significante. Pero ahora se agrega una segunda instancia: la huella vacía "quiere hacerse tomar por una falsa huella". Y esto le aportaría su estatuto de causa.
Hasta ahora nunca se planteó que el sujeto sea causa, ocupe un lugar de causa (11). Además, causa de qué?
En cambio, es el objeto el que está próximo a plantearse como causa. Por lo tanto, pareciera que podríamos estar hablando de sujeto tanto respecto de $ como de a, los dos términos del fantasma, con sus características diferentes.

Volveremos a encontrar esta dualidad más adelante en este seminario. En la sesión del 16 de enero, en el tratamiento del deseo sádico (ver notas y comentarios) y en la sesión del 27 de febrero, donde vuelve sobre la relación de las huellas respecto a la noción de significante: "no se trata del borramiento de las huellas, sino del retorno del significante al estado de huella. La abolición del paso de la huella al significante, es lo que intenté destacar para ustedes mediante una puesta entre paréntesis de la huella, un subrayado, una tachadura, una marca de la huella. El significante es lo que salta con la intervención de lo real. Lo real remite al sujeto a la huella, y al mismo tiempo produce la abolición del sujeto, porque no hay sujeto sino por el significante, por el paso del significante" (12) (ver notas y comentarios)

Volviendo a la "falsa huella" y el "sujeto como causa", en esta sesión, el propio Lacan pregunta ¿Qué significa esto?.
El sujeto, allí donde nace, se dirige a "la forma más radical de la racionalidad del Otro", es decir, no tiene otro destino que el de "insertarse en el lugar del Otro, en una cadena de significantes (...) que constituyen el único término de referencia posible para la huella convertida en significante" (
13). El significante revela al sujeto, "pero borrando su huella". El sujeto surge con el nacimiento del significante, "pero como tachado, como no-sabido", y "toda la orientación ulterior del sujeto se basa en la necesidad de una reconquista respecto a este no-sabido original".

Veamos el esquema de la huella borrada, tal como lo proponen Seuil y Paidós:

Huella borrada

Tenemos, de entrada, "un a, el objeto de la caza, y un A, en el intervalo se da la primera aparición del sujeto como no sabido, lo cual significa inconsciente, unbewusste" (14).

Sigue un fragmento un poco confuso:

Página 76 de Paidós

"Aquí ven ustedes surgir la relación verdaderamente radical concerniente al ser que deberá ser reconquistado, por parte de este sujeto, que se encuentra entre el a y la primera aparición del sujeto como no sabido, lo cual significa inconsciente, unbewuste" (subrayado mío)

Página 79 de Seuil

"Vous voyez ici apparaitre déjà le rapport vraiment radical concernant l'être à reconquérir, de ce sujet, qu'il y a entre le a et la première apparition du sujet comme non.su, ce qui veut dire inconscient, unbewusste"

Traducción propia de la estenotipia

"Entiendan entonces, ahí, ese algo que, ya, les hace aparecer la relación verdaderamente radical concerniente al ser, a reconquistar, de ese sujeto, de ese agrupamiento del a, del objeto de la caza, con esta primera aparición del sujeto como no-sabido, lo que quiere decir inconsciente, unbewusste"

Estenotipia

"Entendez donc là ce quelque chose qui, déjà, vous fait apparaitre le rapport vraiment radical concernant l'être, à réconquérir, de ce sujet, de ce groupement du a, de l'objet de la chasse, avec cette première apparition du sujet comme non-su, ce qui veut dire inconscient, unbewwusste".

 

Primera confusión: el agregado del "por parte" de la traducción de Paidós respecto de Seuil, que cambia las relaciones entre el ser, el sujeto y el inconsciente. ¿Son dos sujetos, uno que reconquistaría el ser y otro que aparece como no sabido? ¿Qué "se encuentra" entre el a y la primera aparición del sujeto como no sabido: la relación radical, o el sujeto que debería reconquistar el ser?

Segunda confusión: las diferencias de Seuil respecto de la estenotipia. Más allá de la diferencia entre "ver surgir" y "entender ese algo que hace aparecer", se plantea la cuestión de "la relación verdaderamente radical", el problema es el agregado del "qu'il y a entre", que es el que siembra malentendido (y genera el "se encuentra entre" de Paidos) sobre "qué" habría "entre el a y la primera aparición del sujeto como no sabido": ¿ la relación radical o el sujeto?

Siguiendo la estenotipia, lo que aparece es la relación verdaderamente radical, del ser de ese sujeto, de ese agrupamiento del a, con esa primera aparición del sujeto como no-sabido.
Por eso el dibujo que propone Roussan para el esquema de la huella borrada es un poco diferente (incluye el "agrupamiento del a"):

: .

El destino del sujeto es "insertarse en el lugar del Otro, en una cadena de significantes" en tanto " único término de referencia posible para la huella convertida en significante". Pero aunque el sujeto surge como tachado (borramiento de la huella), $, toda su localización ulterior descansa sobre la necesidad de "una reconquista respecto a este no-sabido original". O, cómo veíamos en el anterior párrafo confuso, tenemos una relación verdaderamente radical del sujeto como no sabido, como sujeto del inconsciente, $, con ese agrupamiento del a, con el ser, a "reconquistar", de ese sujeto.

La gran trampa en la que suele caer la dialéctica analítica resulta de desconocer "la parte profunda de falsedad que hay en la demanda del neurótico", pues "toda demanda, aunque sea la más arcaica, siempre tiene algo de engañoso respecto a lo que preserva el lugar del deseo". Hay siempre un vacío que preservar que no tiene nada que ver con el contenido de la demanda, pues es de su colmamiento que "surge la perturbación en la que se manifiesta la angustia" (15)..

Corresponde analizar, entonces, cómo "la demanda acude indebidamente al lugar de lo que es escamoteado, a, el objeto", es decir, cómo la fórmula del fantasma ($ <> a) aparece, en el neurótico, como la fórmula de la pulsión ($ <> D) (que es lo que sigue en la tercera parte de esta sesión, ver notas y comentarios).

Notas

(1) El Seminario, Libro X, La angustia, Editorial Paidos, página 74.

(2) Idem.
La edición de Seuil, y su traducción de Paidos, completan esa frase con "un ser significante", lo que daría lugar a una nueva definición del significante. En la estenotipia, a máquina, figura "être". Pero ese "être" está tachado y sobre escrito a mano "autre". No veo ningún sentido o utilidad en perseverar con el "ser".

(3) El Seminario, Libro III, Las psicosis, Editorial Paidos, página 238.

(4) El Seminario, Libro V, Las formaciones del inconsciente, Editorial Paidos, página 351.

(5) El Seminario, Libro VI, El deseo y su interpretación, Editorial Paidos, página 238.

(6) Ese es el problema que, justamente, se le planteaba a Freud, en relación a la pulsión. Su pregunta es cómo se ligan, como se sueldan, estos dos elementos dispares: por un lado la pulsión, y por el otro, un elemento del aparato psíquico que, a partir de dicha "soldadura", va a funcionar como "representante" de esa pulsión. ¿Qué significa que funcione como representante? Que pueda ligarse a otros representantes que, a partir de esta dimensión plural, constituyan la representación. En Freud, este es el problema de las huellas mnémicas (Erinnerungsspur): son huellas (spur) en tanto aisladas, pero cuando deben ligarse a las demás para tener acceso al recuerdo (Erinnerung), aparece el sistema secundario de energías ligadas

(7) Guy Le Gaufey, "Representación freudiana y significante lacaniano", en "El caso inexistente", Editorial Epeele, página 112

(8) Michel Sauval, "Sujeto y significante en psicoanálisis"

(9) El Seminario, Libro X, La angustia, Editorial Paidos, página 75.

(10) Idem
Ver sobre la cuestión de la causa en las notas y comentarios correspondientes a la sesión del 16 de enero 1963

(11) El seminario sobre la identificación, el tratamiento del cross-cap y el significante como corte de una superficie va anticipando, sin llegar a plantearlo, la función de causa del objeto, del corte. En la última sesión (27 de junio 1962), tenemos una formulación particular: "En la ilusión especular, en el desconocimiento fundamental con el que tenemos que enfrentarnos, $ toma función de imagen especular bajo la forma de i(a), cuando no tiene, si puedo decir, nada de semejante. No podría de ningún modo leer allí su imagen por la buena razón de que, si es algo, ese $, no es el complemente de pequeño i factor de pequeño a [i(a)], podría muy bien ser su causa, diremos nosotros -y empleo este término intencionalmente pues desde hace algún tiempo, justamente, desde que las categorías de la lógica hacen trastabillar un poco la causa -buena o mala- no tiene en todo caso buena reputación y se prefiere evitar hablar de ella" (subrayado mío) (traducción propia de la estenotipia y versión AFI: página 389/90)

(12) El Seminario, Libro X, La angustia, Editorial Paidos, página 165

(13) Idem, página 76

(14) Idem, páginas 76/7

(15) Idem, página 77

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