Cultura y Sociedad |
La letra invisible de la cultura digital (x)
Reconstrucción
(ampliada) de la intervención en
la mesa "Psicoanálisis, comunicación y cultura
digital",
que el 27 de octubre de 2005 cerró el ciclo (xx)
"El psicoanálisis y los escenarios contemporáneos.
La impronta de la cultura actual sobre el sujeto y sus relaciones"
organizado por Marta Toppelberg en la Alianza Francesa de Buenos
Aires
Disponible
también en formato PDF
Introducción
Recuerdo que una vez escuché a un conocido psicoanalista establecer una asociación entre los tres registros lacanianos y los componentes de una computadora, siguiendo una correlación supuestamente "evidente": la pantalla sería lo imaginario, el software lo simbólico, y el hardware lo real. Ese mismo carácter "evidente" debería advertirnos de la posibilidad que esa asociación adolece de ese "apretamiento" entre lo simbólico y lo imaginario que Lacan reclamaba en "Instancia de la letra en el inconsciente o la razón desde Freud" 1, y que esperaba lograr por la vía del escrito.
Hablar de imaginario y simbólico implica, casi automáticamente, una referencia a la distinción clásica de la lingüística entre significante y significado. Pero no menos automáticamente, habría que recordar que el significado ni remite al oído, ni es lo que se oye, y que su relación con el significante tampoco es solo una cuestión "arbitraria", sino que requiere de una operación un poco más complicada: la lectura.
La barra que separa el significante del significado no es solo una barra resistente; "es precisamente el punto en que, en todo uso del lenguaje, hay ocasión de que se produzca el escrito" 2.
Con estas referencias al "escrito", y a la función de la letra, espero poder desarrollar algunas reflexiones sobre lo digital, "desde" el psicoanálisis (si cabe algún "desde" de este tipo).
Transliteración: "la manera de leer del psicoanálisis"
Lo que la práctica del psicoanálisis demuestra es que el escrito se regula desde 3 operaciones.
La más conocida y pregnante es la traducción, que supone un sentido único y la posibilidad de "decir lo mismo" con otras palabras o en otra lengua.
La transcripción, en cambio, no se apoya en el sentido sino en el sonido. La suposición que aquí funciona es que la escritura fonética "representa " lo oral, que la escritura sería "una palabra para los ojos".
Pero hay un tercer modo de regulación, que no se apoya ni en el sentido ni en el sonido, sino en la letra y que, por eso mismo, se llama transliteración. Esta operación fue puesta de relieve por Jean Allouch, en "Letra por letra", donde encontramos la siguiente definición: "La transliteración es el nombre de esta manera de leer que promueve el psicoanálisis con la preeminencia de lo textual. Ella es esta preeminencia misma, la designa, la especifica, y la da por lo que ella es, a saber, una operación" 3 (subrayado mío).
Analicemos un poco que significa esto.
Es muy común pensar el psicoanálisis como una operación donde las formaciones del inconsciente remitirían a significados reprimidos, y la interpretación permitiría su "traducción" al plano de la consciencia.
Pero el sueño, lo mismo que toda formación del inconsciente, ni traduce, ni es traducible. Lo que el sueño hace es transliterar. Lo señala el propio Freud en su "Interpretación de los sueños", al comienzo del capítulo VI "El trabajo del sueño", cuando dice que el contenido del sueño "es una escritura por imágenes (Bilderschrift) cuyos signos deben transferirse uno por uno en la lengua de los pensamientos del sueño. Seríamos inducidos evidentemente a error si se quisiera leer esos signos según su valor de imagen (Bilderwert) en lugar de leerlos según sus relaciones de signos (Zeichenbeziehung)" 4.
El sueño usa imágenes para escribir, por homofonía, otra cosa que lo que el código le atribuye a título de imagen. Transliterando, el sueño escribe lo que en la víspera no pudo ser ligado, es decir, leído con un escrito. Toda formación del inconsciente es un cifrado, y la transliteración es el nombre de la equivalencia del cifrado y desciframiento. Por ejemplo, un sueño podría consistir en escuchar una serie de notas sueltas, mientras se lee una revista Ñ, donde figura la publicidad de las tres barras, y un artículo que comienza con una letra A grande, en suma algo que podría ordenarse como
y cuya "interpretación", en función de asociaciones del soñante, podría ser "notas añadidas", en la medida en que dicho texto escriba aquello que en la víspera no pudo ser leído. Como se ve en este ejemplo ficticio, la imagen de la "revista Ñ" no viene más que a traer la letra ñ, y las tres barras solo "traducen" la marca Adidas para aportar ese significante a la composición de la palabra "añadidas". El uso de la traducción en el desciframiento no transporta sentido sino que aporta significante a la transliteración por la vía de la homofonía.
Para precisar un poco este funcionamiento del escrito, probablemente nos resulte útil recordar la conjetura de Lacan sobre el origen de la escritura, presentada en el seminario IX La identificación: "hay un momento en que algo está ahí para ser leído, leído con lenguaje, cuando todavía no hay todavía escritura. Es por la inversión de esa relación, de esa relación de lectura del signo como puede nacer luego la escritura en tanto ella puede servir para connotar la fonematización" 5.
Analicemos esto, en detalle, utilizando la secuencia de esquemas que nos propone Allouch 6. Lacan distingue dos tiempos, o dos modalidades, en la lectura: la lectura de signos y la lectura con letras.
(1) En el comienzo de la escritura tenemos una separación entre el material que va a servir a la escritura y el lenguaje, cuya estructura no sabida está sin embargo en acción en el blablablá cotidiano. Así, ciertos términos del lenguaje nombran los objetos que algunos de los elementos del material figuran pictóricamente.
(2) En el primer tiempo, el nombre del objeto puede ser tomado para designar lo que representa pictográficamente al objeto. La nominación lee el signo: el nombre N lee el signo S como nombre del objeto
Tenemos así dos series de cosas: signos, marcas, trazos, y todo lo que se quiera agregar, y los elementos del lenguaje que vienen a nombrar esos signos en la lectura.
(3) Esa lectura del signo hace ya girar la relación con el objeto puesto que el mismo nombre vale para el objeto y el trazo que lo representa.
(4) En el segundo tiempo, allí donde un elemento del lenguaje había enlazado un signo al nombrarlo con el nombre del objeto, es ahora este signo el que es considerado como si escribiera este elemento del lenguaje que lo leía. El signo S, con el que se leía el objeto O, es tomado como escritura del nombre N.
(5) Es decir, tenemos una inversión de la relación instaurada por la lectura del signo.
(6) El signo S que escribe un nombre es usado para escribir el nombre de otro objeto.
Para llegar a la escritura, la inversión de la lectura establece una relación de equivalencia entre el signo de que se trata y el nombre despojado de toda relación, tanto de la cosa (no significa nada) como con la materialidad sonora que lo constituye (la voz que lo lleva queda reducida al silencio).
La escritura instaura una lectura con letras, es decir, una lectura que no consiste en nombrar algunas grafías con el nombre de las cosas que supuestamente designan sino en descifrar "al pie de la letra" esa grafía para reconstruir, también "al pie de la letra", su estricto equivalente.
Estaremos seguros de que el signo vale como escritura del significante del nombre cuando nos encontramos con el caso en que el nombre se relaciona, no con el objeto que correspondía primero al signo (en el tiempo 1, de la lectura del signo) sino con otro objeto cuyo nombre es homófono (a veces solo en parte) del nombre con el cual ese signo era leído. En ese caso el signo ha tratado al nombre como un significante en su materialidad, es decir, en su literalidad. La constitución de la letra a partir del signo es lo que diferencia estas dos lecturas. Acceder a la escritura equivale a producir la letra como tal. "El escrito da al significante su estatus de significante al producir con el mismo movimiento al objeto como objeto metonímico" 7. Y el rébus implicado en él conlleva la operación de transliteración.
La transliteración, al mismo tiempo que circunscribe al significante como significante, al liberalizarlo, opera la escisión de los registros del simbólico y del imaginario. La transliteración "localiza" al significante, desuniendo así lo que, en el lugar del significante, correspondía al imaginario y simbólico.
La letra, como letra, no remite a ningún objeto. No es más que un lugar vacío, un hueco, que algún signo viene a ocupar. Una letra no tiene realidad perceptible, no es sino diferencia, y su "existencia" es tan solo estructural. La escritura no es una representación visual del sentido. La escritura no es traducción (del sentido) ni transcripción (del material sonoro). No son estas operaciones las que permiten la escritura sino, al revés, la escritura la que habilita estas operaciones. La operación esencial de la escritura es la que produce la letra, no como signo de una cosa, sino como relación con otras letras, es decir, una operación puramente formal.
La letra como puente hacia el campo digital
Llegó el momento, entonces, de los saltos mortales!! ¿Como dar, ahora, un paso, desde estos desarrollos, hasta el campo de la "cultura digital"? ¿Podremos evitar el reduccionismo con el que se suele establecer asociaciones entre un campo y otro?
Apelando a lo que hemos venido desarrollando, podríamos decir que una de las formas en que el problema se genera es cuando suponemos que ambos campos comparten un significado "común" que nos habilitaría los desplazamientos de uno al otro. La asociación que recordaba al comienzo entre los tres registros RSI y las partes de una computadora es un buen ejemplo de este tipo de "traducción", ya que supone que la "imagen" sería lo "común" entre el registro de lo imaginario en psicoanálisis y el monitor de la computadora, que la referencia a los símbolos sería lo "común" entre el registro simbólico y el software, y que lo "material" sería lo "común" entre el registro real y el hardware. Es la dimensión "imaginaria" e "intuitiva" de cada una de estas referencias (imagen, símbolos, materialidad) la que está sosteniendo estos traslados de un campo al otro.
La consecuencia de este tipo de " traducciones", por supuesto, suele ser el colapso de los "conceptos" usados y, consecuentemente, la pérdida de consistencia de nuestras consideraciones respecto de cualquiera de los dos campos relacionados. De hecho, lo imaginario en psicoanálisis se reduce tan poco la imagen como puede hacerlo el monitor de una computadora, y lo mismo para las asociaciones planteadas para el resto del ternario.
Es posible que al escuchar esa asociación por primera vez sintamos ese tipo de arrobamiento que genera cualquier efecto de aparente "completud", correspondencia simétrica, o "armonía" imaginaria. Pero ya sabemos cuan falsas y vacías son esas "completudes".
En realidad, este no es un problema privativo de las asociaciones entre campos diferentes. Es algo propio de la estructura de la "comunicación". Cuando un médico "reduce" un "se me parte la cabeza" al diagnóstico de "cefalea", podríamos decir que también hace primar la dimensión de la traducción, en la medida en que supone un significado o referente común para ambas expresiones. Y lo mismo hacen un sin número de profesionales de la salud mental cuando creen que su psicopatología sería un metalenguaje que habilitaría "diagnósticos" igualmente reductores respecto del decir de los pacientes.
Lo que quisiera destacar, en contraposición, es este modo de "leer" y de intervenir diferente del psicoanálisis, para el que, a una eventual pregunta sobre cual sería nuestra "línea" de trabajo, podríamos inclinarnos mas bien a responder que no sabemos "conducir colectivos", de modo de "esquivar" la suposición de un "significado" compartido para "línea" de trabajo (xxx). Este tipo de intervenciones permite devolver al emisor su mensaje en forma invertida: por ejemplo, "¿cuál es tu posición para suponer que todos los psicoanalistas habrían de orientar su trabajo según ciertas "líneas"?", respuesta que hace valer otras operaciones, en particular la función de la letra.
En el seminario "Aún", en la sesión del 9 de enero de 1973 8, Lacan señala que las letras salen de un discurso, es decir, de una utilización del lenguaje como lazo social: "La letra, radicalmente, es efecto de discurso"; "Cualquier efecto de discurso tiene esto de bueno: que está hecho de la letra" 9.
Este será el ángulo que voy a utilizar entonces para abordar las nociones de "comunicación" y "cultura digital": ¿Cuál es la característica de su escritura? ¿Cuáles son las letras que resulta como efecto de ese discurso?
La letra invisible de la escritura informática
Veámoslo con el ejemplo más inmediato, el del mismo procesador de textos con el que estoy "escribiendo" este artículo, o el que eventualmente utilice ud. para "leerlo".
La escritura informática incrementa el corte que la imprenta introducía entre la escritura y la lectura, ya que rompe el principio de analogía (que la imprenta respetaba) para que la forma de las letras quede preservada de una copia a otra. Con la escritura informática el momento de la impresión se independiza de la captura del texto. Aún más: lo que se ha escrito en una computadora puede, no solo ser impreso de múltiples maneras (por ejemplo, diferentes formatos de texto, diferentes diseños de impresión, etc.), sino incluso "leído" y/o "comunicado" por medio de la voz (por ejemplo, puedo escribir y enviar un mail que será "leído" por una computadora en el auricular del teléfono de línea del destinatario). Esta dimensión operativa de lo digital suele quedar oculta por la acción misma de los programadores, uno de cuyos objetivos es lograr que dicha operatoria sea "transparente" para el usuario. El ideal del "wysiwyg" (acrónimo de "what you see is what you get" ) busca crear la ilusión de una perfecta analogía entre la actividad de expresión y de compaginación, la ilusión de que "lo que vemos es lo que hacemos".
Pero nada mas lejos de lo que ocurre "realmente", ya que la escritura informática utiliza el formalismo, las propiedades de la letra, para prescindir definitivamente de la "forma" de las letras. Las letras de la escritura informática no están hechas para que las "lea" un hombre, sino una máquina. El cifrado informático no es visible al ojo humano ni responde al principio fonético, porque se inscribe en el flujo eléctrico. Un bit no cifra más que una conexión entre dos puntos de un circuito. "Al cifrar la operación misma de la escritura, la informática la vuelve automática y autónoma, la separa del escriptor" 10. Todo lo que hacemos con una computadora es transliterado en un código eléctrico cuyo "alfabeto" se reduce a la pura y simple diferencia 0 – 1. De la escritura, solo conserva esta función de cifrado. Digitalizar implica transformar las operaciones de lectura y escritura en una operación de conteo. Para la informática, todo lo que puede contarse (en el sentido de la cuenta, y no del cuento) puede escribirse. La escritura informática ya no mantiene ninguna familiaridad con el universo de la comunicación humana, solo "simula" una legibilidad humana. Por eso mismo puede aplicarse a muchas mas cosas que solo textos. La escritura informática es capaz de simular cualquier "realidad", siempre y cuando la misma pueda ser cifrada.
Podemos verlo en un juego de semejanzas y diferencias con el uso de anteojos: así como los lentes constituyen una especie de "extensión" de la vista, la computadora podría considerarse como una "extensión" de la capacidad de "leer y escribir". Pero las diferencias entre uno y otro no son menores. La óptica solo "amplifica" o "ajusta" una imagen para una "capacidad de ver" que sigue residiendo exclusivamente en el cifrado que realiza el ojo y la retina. En ese sentido, podríamos decir que la operación de los lentes es básicamente una operación de "traducción" (en la medida en que mantiene una imagen como referencia común). La computadora, en cambio, introduce otro tipo de operación: la transliteración (en la medida en que se produce una operación de codificación a otro sistema). Que esto es así lo prueban las diarias complicaciones que nos generan los problemas de "formato", es decir, la babel de "lenguajes" informáticos : ¿cuántas veces nos habremos confrontado con el problema de tener un archivo que contiene algún texto que nos interesa y no poder leerlo porque no podemos "abrir" el archivo? ¿Que problemas encierra esta operación de "abrir el archivo"? Para poder "abrir" un archivo es necesario que algún programa de nuestra computadora sea capaz de "descifrarlo". Caso contrario, ese archivo nos resultará tan "incomprensible" (ilegible) como el mas arcaico de los jeroglíficos. En suma, una computadora no sirve para que dos personas puedan "comunicarse", es decir, para que una persona "lea" lo que otra "escribió" . Una computadora solo sirve para "comunicarse" con… otra computadora!!! Y solo en la medida en que esta "comunicación" entre computadoras sea posible, entonces dos personas podrán llegar a "comunicarse" entre si.
Analfabetismo informático
El llamado "analfabetismo informático" puede servirnos como ejemplo de los desafíos de la digitalización. A diferencia del "analfabetismo" simple, donde la calificación remite a un "saber leer y escribir", en el "analfabetismo informático" esa calificación remitiría a un "saber manejar una computadora" (u otros dispositivos informáticos). Pero la cuestión no se reduce a la injusticia distributiva que testimonia la falta de acceso a las computadoras que padecen amplios sectores de la población. El "analfabetismo informático" incluye otra dimensión "analfabética" que ni el más generalizado acceso a las computadoras podría eliminar. El problema no pasa tanto por si cada uno tiene o no una computadora, sino por el alcance que la digitalización tenga en nuestro mundo , por cuantas cosas habrán devenido accesible solo por la vía de una computadora.
Pensemos, por ejemplo, en las bibliotecas digitales: el problema ya no se reduce a la conservación de un "objeto" que funcione como soporte directo de la imagen de un texto (como podría ser el caso del papel), sino que ahora también es necesaria la conservación de los dispositivos de "lectura", ya que los "soportes" digitales (CD, DVD, etc.) implican un cifrado de esa imagen del texto que se vuelve absolutamente inaccesible si no disponemos de esos "dispositivos de lectura", es decir, la computadora y el software adecuado para su descifrado. De hecho, con cada cambio importante de formato se produce la pérdida sistemática de enormes cantidades de textos, registros sonoros, y todo tipo de documentos 11.
Las grandes bibliotecas digitales que quieren construir Google y Microsoft conforman el paradigma de ese analfabetismo "invisible", ya que universalizarían la transliteración de los textos de la humanidad al código informático, subordinando el acceso a los mismos a la mediación radical de la informática y de las computadoras (amén de los problemas de restricción de acceso que implica la propiedad privada de esos códigos, formatos y plataformas). A diferencia de los viejos textos griegos o latinos, atesorados y conservados en las bibliotecas clásicas, y que solo requerían una labor intelectual que supiera "descifrar" esas letras dibujadas sobre el papel (como lo hizo, por ejemplo, Champollion, con los grabados de la piedra Roseta), en el futuro, no podremos acceder a ninguno de los registros digitales si no disponemos de la computadora y el software que puedan descifrar esos archivos y presentarnos la "imagen" que ellos encierran de las letras de un sistema alfabético (o de cualquier otro sistema de escritura sensible: notación musical, etc.), o presentarnos el sonido (voz, música, etc.) que en ellos fue codificado.
Bastará entonces una falla radical del sistema de energía eléctrica para reenviarnos a la barbarie y recordarnos que esa escritura está hecha con "letras" que solo pueden "leer" las computadoras 12.
Podríamos considerar también el destino de lo que antes solíamos llamar "originales" o "borradores" de un libro, esos papeles en los que el "autor" dejaba algunas marcas o anotaciones extras, que como tales, constituían un rastro del proceso de elaboración de ese texto. Ahora todo se escribe en computadoras y cada versión "final" de un texto borra las anteriores, justamente, porque lo que se "escribe", "realmente", no es el texto que vemos en la pantalla, sino el "archivo" que lo "contiene" 13. Cada vez que apretamos el botón de "guardar", lo que ocurre no es algo tan simple como guardar un cuaderno en un estante sino una operación de transliteración automática al código eléctrico, es decir, un "guardado" en una biblioteca cifrada.
Informática y simulación
Es cierto que los "procesadores de texto" van perfeccionando sus funciones de simulación y, así como van automatizando operaciones como las de "guardar" (¿cuántas veces un corte de electricidad no habrá "evaporado" unos largos y trabajados párrafos de nuestra mejor redacción?) o la corrección ortográfica, ahora también nos permiten guardar diferentes "versiones" de un mismo archivo (con lo que podemos crear un "historial" del mismo), e incluso realizar comparaciones entre ellas. En ese sentido, la informática no se compadece de nostalgias: lo que sea que extrañemos de cierto proceso que haya sido transformado por la inclusión de computadoras en el mismo, no tenemos mas que pedírselo a la informática y ella sabrá simularlo. Pero es esta potencia misma de simulación, que tiene la escritura informática, la que plantea justamente la gravedad de sus alcances. Tarde o temprano, toda la "cultura" de la humanidad se "escribirá" en lenguaje informático (lo que equivale a decir que el conjunto de nuestras operaciones constituirán un universo de simulaciones).
Podríamos acudir a otro ejemplo para percibir los alcances que logra la simulación de la escritura alfabética. Durante años, la disponibilidad de fotocopias de las estenografías de los seminarios de Lacan en algunos kioscos de París, habilitó el malentendido de un supuesto "acceso libre" a su "enseñanza", malentendido al que se acudió más de una vez para encubrir variados abusos (acciones judiciales, prohibiciones, etc.) respecto al control y manejo de las fuentes de esa enseñanza. Pero llegó un día en que los registros sonoros de casi todos los seminarios posteriores a 1970 fueron "digitalizados", es decir, fueron transcriptos al código informático. A partir de ahí pudieron circular por Internet en forma de archivos mp3 14. De ese modo, una "transliteración" (de los registros sonoros al código informático) habilitó la difusión de unas fuentes necesarias para resolver los problemas de "transcripción" de esa enseñanza, es decir, poder "escuchar" (vía simulación informática) a Lacan para poder decidir cómo convendría "transcribir" ese discurso oral a la forma de un "texto" 15.
El cifrado informático del cuerpo
El propio cuerpo humano no parece ser ni un límite ni un obstáculo insalvable para el cifrado informático.
La película "Demolition man", con Sylvester Stallone y Sandra Bullock, nos presenta un ambiente futurista donde la relación sexual se realiza por intermedio de computadoras que cada partenaire conecta a su cerebro, evitando así los "intercambios de fluidos" (para festejo de Bullock y maldición de Stallone). Esta fantasía de ciencia ficción ya está comenzando a realizarse. Los implantes de chip en el cuerpo son cada vez mas frecuentes. En USA un científico logró crear un ojo biónico que permite recuperar la visión. Esto significa un proceso de transliteración, es decir, de cifrado, que permite que "las imágenes capturadas por la cámara son traducidas por el microchip a impulsos eléctricos, que el cerebro puede interpretar como imágenes" 16 (subrayado mío). Subrayo ese "traducir" porque muestra aquí también el ideal del wysiwig, es decir, la búsqueda de una "transparencia" de la operación de conexión entre el chip y el cerebro (es decir que la referencia a la traducción oculta la operación de transliteración).
Quizás sean mas intuitivas las comparaciones en el caso de Matthew Nagle, un hombre inmovilizado desde el cuello hasta las extremidades inferiores, a quien le han implantado un chip en el cerebro, gracias al cual, puede mover el cursor del Mouse de la pantalla, o cambiar el canal o ajustar el volumen del televisor, etc. 17 Aquí se ve como la distancia entre aquello que nos permite "leer" y "escribir" con un programa de Word (mirando una pantalla y manejando un teclado) y el caso de ese paciente radica en que, en nuestro caso, "todavía" tenemos que mover nuestros dedos y ojos para relacionarnos con una pantalla y un teclado, en tanto que para Nagle el chip mismo reemplaza toda esa cadena de elementos intermedios (ojos, brazos, manos, dedos, teclado, etc.) necesarios para hacer aparecer un texto en la pantalla.
La "conexión" sexual en "Demolition man" no sería mas que una extrapolación de este tipo de sustituciones.
En todo caso, en algo parecido parece pensar el científico inglés Kevin Warwick 18, quien, luego de varios experimentos sobre su propio cuerpo (entre otras cosas se implantó un chip en los nervios de su brazo, y por medio del mismo puede accionar, a distancia, un brazo mecánico), fantasea con la posibilidad de realizar implantes directamente en su cerebro y… en el de su esposa! para lograr una comunicación telepática. Warwick se ha hecho famoso también por las declaraciones de alto impacto mediático que suele hacer: " A todos los que queráis seguir siendo humanos, tengo que deciros una cosa: en el futuro, seréis una subespecie. Los humanos pueden y deben ser actualizados. Las máquinas son superiores porque tienen, al menos, cinco cualidades de las que carecemos: poseen una memoria casi ilimitada, una capacidad de cálculo extraordinaria, la posibilidad de comprender más de tres dimensiones o cinco sentidos -pueden captar ultrasonidos o emitir infrarrojos- y, finalmente, pueden comunicarse sin hablar. Si no reconocemos nuestra inferioridad y utilizamos nuestros conocimientos para mejorar, la inteligencia artificial terminará superando y aniquilando a la humana. El ser humano es sólo superior en comprender bromas o disfrutar de la música. Pero éstas son cosas que, francamente, sólo preocupan a los humanos" 19. Como ven, es muy preciso en su distinción entre la operatoria de la inteligencia artificial y lo que serían los registros de la subjetividad: una oposición entre una "comunicación" asemántica y sin resto basada en un puro automatismo, y la clásica dimensión humana del malentendido
La inteligencia artificial y la lógica del manual
El proyecto de la inteligencia artificial se funda en la idea que el pensamiento es el efecto de una escritura. La clave del asunto, en realidad, pasa por el pragmatismo, punto central del desarrollo de toda la informática. En efecto, aún cuando las conclusiones de Gödel 20 fuesen generalizables, nada impide formalizar pequeños trozos de realidad estructurados por la ciencia, y desarrollar una máquina que procese automáticamente esa escritura formal, y luego ver hasta donde puede llegar. El desarrollador de software le dio definitivamente la espalda a los objetivos hilbertianos 21: solo trabajo sobre sistemas estrictamente delimitados, cuyo isomorfismo con un modelo teórico preciso está perfectamente establecido. Aún mas, programar equivale a establecer formalmente ese isomorfismo. Para la inteligencia artificial el mundo es modelizable, puede ser representado por sistemas de escritura estructurados cuya complejidad puede variar según el nivel de representación que se privilegie. Los modelos se vuelven isomorfos gracias a sistemas formales. El objetivo es que la máquina produzca un resultado acorde con unas expectativas definidas. Tal como lo señala Turing 22 (el padre de este pragmatismo informático), la inteligencia no es una cantidad de alguna cualidad sino aquella situación que nos permite conservar la creencia de que el otro nos "entiende" 23. "Habrá inteligencia artificial cada vez que los hombres acuerden, sin saberlo, tomar las reacciones de una máquina en una situación dada como si uno de los suyos la produjera" 24.
En otras palabras, la máquina debe engañarnos como un retórico. Por eso, para que un programa de inteligencia artificial no fracase es necesario saber claramente qué respuestas se esperan. No por casualidad los principales éxitos de la inteligencia artificial se obtuvieron con los juegos, es decir, un ámbito donde tanto las reglas como las estrategias pueden ser modelizables. El jugador, sumido en el juego, convierte a la máquina en su "alter ego " por el solo hecho de haberse ubicado en ese campo.
Los avances han sido muy importantes también en los programas didácticos. De hecho, basta acercase a cualquier instituto de idiomas mas o menos moderno para encontrarnos con aulas repletas de computadoras donde el proceso de aprendizaje se realiza casi exclusivamente entre el alumno y la máquina 25.
Quizás por eso no debería sorprendernos ver cómo la "lógica" de los programas informáticos va invadiendo todas las áreas de la vida. No solo porque en todas ellas encontramos cada vez mas aparatos digitales con sus correspondientes "manuales", sino porque aún allí donde aparentemente no habría aparatos, es esa lógica del "manual" la que se impone como modo operatorio.
Un buen ejemplo son las famosas TCC, terapias conductivas cognitivas. ¿Qué es lo que las caracteriza, según J-A Miller?: "La base para el punto de vista de la TCC es su idea del lenguaje. No teorizan lo que es el lenguaje para ellos, pero considero que es una teoría del lenguaje en particular, una teoría descriptiva. Creen fundamentalmente que el lenguaje no es ambiguo, o por lo menos que el lenguaje puede ser usado en forma inequívoca y que puede ser explícito. Por eso creen que es posible tener un acuerdo previo entre paciente y terapeuta, sobre los que es el trastorno y como curarlo. Es una idea, para la TCC que ustedes pueden ponerse de acuerdo en una terapia y que el paciente puede consentir en una descripción previa del trauma. De esa manera se ponen de acuerdo con el resultado que es, consecuentemente la supresión del trastorno previamente descrito" 26 (subrayado mío).
Ese preacuerdo entre terapeuta y paciente es el acotamiento que requiere cualquier modelización de una situación. La noción misma de modelo para los cognitivos y conductuales, justamente, sigue la lógica de "manual" de la inteligencia artificial. Para decirlo de un modo sencillo y humorístico, podríamos decir que las TCC son como los videojuegos de la psicoterapia. Son dispositivos cuyas reglas y estrategias deben ser modelizables del mismo modo que en un videojuego, es decir, donde la semántica debe estar claramente acotada. Como señala Miller mas adelante en esa misma intervención, "el modelo del lenguaje de la TCC es exactamente el mismo del manual de uso de un aparato"27. Pero lo que habría que percibir en esta referencia al manual de uso (y que quizás queda perdido por esa insistente y general referencia a la "concepción del lenguaje") es que es el propio "terapeuta" el que se coloca aquí en términos de "aparato". Suele ponerse el acento en el consentimiento requerido al paciente a las reglas de juego de ese dispositivo como expresión de su objetivación, pero lo que no deberíamos perder de vista es que esa objetivación recae, antes que en el paciente, sobre el propio terapeuta y el dispositivo, en la medida en que ambos se presentan ante el paciente como un campo acotado de acciones y resultados posibles. El terapeuta y su dispositivo se presentan como un videojuego, con sus correspondientes reglas y objetivos finales, a los que el paciente debe avenirse, como un "gamer".
De hecho, la actividad conceptual de los teóricos cognitivos comportamentales se parece más a la de los desarrolladores de software que a la de los médicos. Su trabajo consiste en programar, y reprogramar, los modelos de TCC que ofrecerán a los consumidores, como una secuencia de versiones cada vez más avanzadas de un programa. Las presentaciones en los congresos de TCC se parecen a las presentaciones de nuevos desarrollos de software, donde se destacan la formalización y modelización de nuevas funciones y nuevos recursos, a semejanza de lo que podría ser la presentación de una nueva versión de Office o Windows.
Paradójicamente, cuanto mas avanza esa modelización (que se supone es la modelización del comportamiento humano), mas "sordo" se vuelve el terapeuta instrumentador respecto de su paciente, puesto que tanto mayor es la cantidad de "interpretaciones" de que dispone para clasificar y acomodar las variantes de su comportamiento, tanto menor será su capacidad para percibir lo singular, lo "diferente", del caso.
Un claro ejemplo de esta relación entre TCC y la informática son algunos de los desarrollos del Media Labs del MIT donde ya diseñan "software capaz de reconocer y adaptarse al estado emocional del usuario", para lo cual, obviamente, proceden a la modelización de las "emociones". Así funciona "Laura" (ese es el nombre de uno de esos software "afectivos"): "Cuando Laura le pregunta al usuario "¿Cómo está hoy?", el software evalúa la respuesta y elige la apropiada entre una cantidad amplia de posibilidades. Otra parte del programa controla lo que Laura dirá y diseña su respuesta eligiendo expresiones, gestos, tonos de voz y otros "atuendos" emocionales. También compara lo que dirá con lo que ya ha dicho antes y determina qué elementos contienen información nueva y les agrega mayor énfasis" 28. No es demasiado descabellado imaginar a "Laura" como la futura terapeuta cognitivo conductual (y, porqué no?, la futura "psicoanalista" con su BPS).
Informática y "necesidades"
La digitalización es la principal herramienta de expansión de la técnica, y la lógica del manual (de la que hablábamos en el capítulo anterior) es el efecto de la imposición de su eficacia. Actualmente ninguna investigación científica, por mas fundamental que sea, puede hoy legitimarse si no es por la técnica que la valida. La búsqueda científica consiste, cada vez más, en la propia eficacia técnica. El saber científico se escribe cada vez mas en el lenguaje informático que hace funcionar sus aparatos, es decir, con esa letra invisible de la escritura informática.
Podríamos llegar a decir que este modo de escritura marca o caracteriza nuestra "cultura", como en su momento ocurrió con la escritura alfabética respecto de las culturas griegas y romanas (haciéndolas culturas "universales"). Y hay dos dimensiones, o efectos, de esta "marca" que quisiera analizar. Por un lado, la participación de la informática en la expansión de los mercados. Y por el otro, algunas de las modificaciones en el ejercicio de la propiedad privada que habilita la escritura informática.
Comencemos por el lado de la expansión de los mercados. Para eso podríamos tomar como ejemplo el aparato paradigmático de las nuevas tecnologías informáticas y de la comunicación: los celulares. En un reciente artículo del suplemento económico del Clarín 29, señalaban, que el motor del nuevo "boom" de venta de celulares (al menos en Argentina) era motorizado por la actualización hacia equipos que traen nuevas funciones y extensiones: mensajes de texto, música, video, etc. El negocio de los celulares gira cada vez menos en la función de "hablar" y cada vez más en torno a estas expansiones y los "consumos" asociados.
Para quienes no estén aún al tanto de todas esas innovaciones, esto es como con los yogures. Hubo un tiempo en que yogur era casi una única cosa. Hoy en día en cambio, podemos recorrer interminables góndolas donde se explayan decenas y decenas de tipos y marcas de yogures (variedades de texturas, sabores, complementos, envases, etc., etc.). En cierto sentido podemos decir, al estilo gourmet, que todo esto mejora nuestra "calidad de vida", del mismo modo que, supuestamente, lo estaría logrando la última combinación de pulpo asado, maracuyá, aceite de chorizo y albahaca que al costo de unos 50 dólares nos propone Martitegui 30, chef del mas fashion restaurante porteño. Pero, sin querer ofender los "buenos paladares" (ni privarme yo mismo del "placer" de algunas de todas estas extrafalariedades), también podemos intuir rápidamente, en todo esto, otra lógica en juego.
Según nos enseña la economía, las crisis capitalistas son siempre (o de última) crisis de sobreproducción, es decir, alguna imposibilidad (por la razón que sea) de realizar el valor de cambio de las mercancías acumuladas (x4). Por eso el modo de producción capitalista ha requerido una constante ampliación de sus mercados. Esta puede lograrse de dos modos: o por extensión, es decir, incrementando la cantidad de consumidores 31, o por intensión, es decir, incrementando el consumo de los mismos consumidores, es decir, ampliar el campo de las "necesidades" humanas, "conquistando" los cuerpos como en su momento se conquistaron naciones y continentes, y generando en ellos nuevas "demandas".
La epidemia de obesidad en USA y otras partes del mundo no es más que una de las "evidencias" de cómo esta insaciable demanda de consumir se invierte en insaciable consumo (para el caso, de alimentos) 32. Pero es también el caso del consumo creciente de todo tipo de fármacos y psicofármacos, y también el consumo de "palabras" (counselling: consejos para la vida, filosofía, etc).¿Dónde interviene lo digital en todo esto?
En el desarrollo de los consumos que operan a partir del cifrado digital (es decir, la imposición de la lógica del manual) del cuerpo humano y sus "necesidades". Tanto mas modelizado y digitalizado sea el cuerpo humano, tanto mayor será el espectro de "necesidades" que se podrán generar y amplificar, tanto mas vasto será el mercado que se habrá creado. Esa es la perspectiva desde la que podemos pensar algunos de los problemas que resultan de los implantes de chips y toda la parafernalia de ortopedias y prácticas técnicas que actualmente se instrumentan sobre los cuerpos (implantes y protesis dentales, cristales y cirugías ópticas, trasplantes de órganos, protesis de todo tipo de miembros, cirugías plásticas, reproducción asistida, manipulación genética, etc.). Como ocurre con todas las mercancías, el "valor de uso" de todas esas "extensiones" no debería hacernos olvidar el predominio de su "valor de cambio". En otras palabras, este "conocimiento" digitalizado del cuerpo humano, no se diferencia de conocimientos previos en el sentido que tampoco está al servicio de satisfacer "necesidades" sociales (si pueden llamarse así), sino las "necesidades" de rentabilidad de sus productores 33. Pero el carácter digital de ese "conocimiento" introduce unas posibilidades de manipulación, y sobre todo de expansión, de las "necesidades" humanas, de alcances imprevisibles.Informática y propiedad privada
Pasemos entonces al segundo punto.
La relación entre los dueños del poder y la escritura podría ser tema para toda una tesis de investigación. Si me permiten la impertinencia, voy a limitarme a dos o tres pinceladas. Podríamos decir que el denominador común ha sido siempre, por un lado la posición de intérpretes "autorizados", y por el otro, el control de la escritura de los textos. En todo caso, ese fue el esquema clásico hasta que, en el contexto de la dominación del modo de producción capitalista, la invención de la imprenta y la subsiguiente masificación del mundo de los lectores generaron un "mercado" del libro, es decir, la constitución misma del libro como mercancía. El correlato más inmediato fue la degradación del valor de la "interpretación" del texto (lo que se pudiera leer en un libro dejó de ser tan importante como que se lo compre!!), y por lo tanto de las posiciones "autorizadas" de dicha interpretación. Paralelamente, el cambio de manos de la labor editorial de manos de la iglesia a manos editoriales capitalistas 34 desplazó los alcances de ese control, tal como podemos apreciarlo en cualquier gran librería, viendo cómo son las grandes editoriales las que deciden qué se lee y qué no se lee (me refiero a nivel masivo).Con el desarrollo de la escritura informática, este dominio sobre los procesos de impresión se traslada al proceso de escritura mismo. La digitalización pone en manos de la propiedad privada ya no solo los objetos en los que se "contienen" los textos, sino los códigos mismos del cifrado de las cosas. Las pretensiones de propiedad sobre el código del genoma humano no son más que un ejemplo paradigmático. Pero esto vale para las bibliotecas digitales, la música, y todo aquello que va siendo tomado por el control digital. El problema de la piratería informática desnuda las formas hacia las que tiende ese control. En tiempos del vinilo, el derecho a escuchar melodías o música se obtenía con el traspaso de la propiedad del objeto disco. Con la digitalización, la propiedad privada puede pretender cobrar por cada vez que el archivo digital se "abra", es decir, se reproduzca esa música. La digitalización abre las vías a la tendencia a cobrar, ya no por las cosas sino por el usufructo mismo de las cosas, por cada "satisfacción" brindada 35. El "valor de cambio" ya no se realizaría con la venta del objeto, sino en la realización misma del valor de uso de la cosa 36.
A modo de conclusión
Hay dos cuestiones que se suelen subrayar como características de nuestra cultura moderna. Por un lado, el aparente predominio de lo imaginario (las pantallas invaden todos los aparatos, los carteles y anuncios publicitarios invaden todos los espacios, la imagen es el canal preferido de todas las formas de "comunicación", etc.), y por el otro, la omnipresencia del consumo y la correlativa objetivación de la subjetividad en la figura del consumidor.
Son infinitos los abordajes y estudios que se hacen de estos problemas. Pero creo que se suele pensarlos en el modo de la traducción (o desde alguna reivindicación semántica). Pensando en qué podría "aportar" el "método psicoanalítico" a estos "análisis", creo que esta "manera de leer", que da prioridad a la dimensión de la escritura, permite ordenar muchos fenómenos como efectos en relación a los modos de funcionamiento de esa letra invisible, propia de la escritura informática, y tan afín a las exigencias de un modo de producción y régimen social que tanto más nos encandila cuanto más nos vamos hundiendo en la catástrofe.Notas
(x) Artículo publicado en el número 22 de la revista Acheronta.
Una versión extremadamente abreviada fue publicada, también, en el número 100 de la revista Imago Agenda.
Una versión reformada fue publicado en el número 11 de la revista Letra Urbana(xx) De la mesa participaron también Alejandro Piscitelli (Licenciado en Filosofía. Master en Ciencias Sociales. Gerente general de Educ.ar), Irene Vasilachis (Doctora en derecho, socióloga y especialista en análisis del discurso) y Jorge Bekerman (Médico psiquiatra. Psicoanalista, miembro de la EOL y de la AMP. Director de la Comunidad Virtual Russell) (ver progama general).
La crónica que hizo Alejandro Piscitelli en su boletin Interlink Headline News Nº 3919 (ISSN 1514-349X) del domingo 23 de octubre de 2005, estaba disponible en http://enlaceweb.net/pipermail/interlink/2005-October/005491.html pero, como ocurre con tantas otras referencias digitales (según analizamos en esta misma exposición), ha desaparecido de ese lugar, y no ha sido conservada en el archivo del nuevo blog de dicho boletin (ubicado en www.ilhn.com)(xxx) En Argentina los "colectivos" son los buses de transporte público y las "líneas" son los recorridos prefijados de dichos transportes.
(x4) Una de cuyas expresiones puede ser el desacople entre los valores "contables" y la realización efectiva de activos, como viene ocurriendo con la crisis de las hipotecas y los bancos en USA
(1) Jacques Lacan, "Instancia de la letra en el inconsciente o la razón desde Freud", Escritos I, Siglo XXI, página 473. "Lo escrito se distingue (…) por una preeminencia del texto (…) lo cual permite ese apretamiento que a mi juicio no debe dejar al lector otra salida que su entrada, la cual yo prefiero difícil".
(2) Jacques Lacan, "Encore", Le Séminaire tome XX, Editions Seuil, page 35, « La barre, c’est précisément le point ou, dans tout usage du langage, il y a occasion a ce que se produise l’écrit ».
(3) Jean Allouch, "Letra por letra ", EDELP, página 69
(4) Esa es la traducción que propone Jean Allouch en "Letra por letra", EDELP, página 73. La versión de Echeverri (Obras Completas Editorial Amorrortu, tomo IV, página 285) dice "en una pictografía (Bilderschrift), cada uno de cuyos signos ha de transferirse al lenguaje de los pensamientos del sueño. Equivocaríamos manifiestamente el camino si quisiésemos leer esos signos según su valor figural (Bilderwert) en lugar de hacerlo según su referencia signante(Zeichenbeziehung)". La versión de López Ballesteros dice "como un jeroglífico (Bilderschrift), para cuya solución habremos de traducir cada uno de sus signos al lenguaje de las ideas latentes. Incurriríamos, desde luego, en error si quisiéramos leer tales signos dándoles el valor de imágenes pictóricas (Bilderwert) y no de caracteres de una escritura jeroglífica (Zeichenbeziehung)". He subrayado las partes en que aparecen los tres términos que plantean problemas de "traducción": Bilderschrift – Bilderwert - Zeichenbeziehung.
(5) Jacques Lacan, El seminario, "La identificación", sesión del 10 de enero de 1962
(6) Jean Allouch, "Letra por letra ", EDELP, página 158
(7) Jean Allouch, "Letra por letra ", EDELP, página 157
(8) Titulada por JAM "La función del escrito"
(9) Jacques Lacan, Le Séminaire Livre 20 "Encore", Ed. Seuil, páginas 36 y 37
(10) Laurent Cornaz, "La escritura o lo trágico de la transmisión", Editorial Epeele, página 136
(11) Lo vemos a diario con toda aquella música que no encuentre en el mercado la rentabilidad que justifique su digitalización y remasterización
(12) Imaginen la novela "La tierra permanece", de George R. Stewart, pero a partir de un punto mas avanzado de "civilización", donde todo hubiese sido digitalizado y requiriera del funcionamiento de computadoras.
(13) Desde la "1984" de Orwell hasta películas como "La Red " o "Enemigo Público", la literatura y el cine han abundado en fantasías sobre el control que permite el "borrado" y "actualización" de datos, sean textos de historia, documentos de identidad, etc., etc.
(14) Recuerdo la ridícula batahola que en su momento armaron entre sí Jacques Siboni y Serge Hajblum por los "derechos" que, sobre dichos archivos mp3, cada uno creía tener, en razón del trabajo técnico de digitalización que habían realizado. No podían siquiera percibir que el "trabajo" lo había hecho la computadora, y que ellos no eran mas que meros técnicos operarios, lo que, por lo menos los hubiese habilitado para reivindicar algún crédito por la eventual "calidad" de esa producción técnica (en cuanto a "calidad" del "sonido", como por ejemplo, rango de frecuencias del registro, calidad del mp3, etc.)
(15) Y eso no ha sido sin consecuencias para la difusión de la enseñanza de Lacan, puesto que generó un cambio de posición política de parte de JAM respecto de la circulación de versiones "no oficiales" de los seminarios. La especulación sobre las razones de este cambio son varias. Personalmente creo que han incidido dos cosas: por un lado ya no puede jugar al malentendido entre la piratería económica y el fidedigno establecimiento de un texto (como fue en el caso de la persecución judicial contra "stécriture"), y por el otro, el control sobre los "originales" ha devenido imposible. Podríamos decir que gracias a Internet, la palabra de Lacan ha recuperado la dimensión pública que tenía al momento de su emisión.
(16) Ver nota en Clarín http://www.clarin.com/diario/2005/04/06/sociedad/s-03215.htm
Ver otros ejemplos "biónicos" en otra nota de Clarín, en http://www.clarin.com/diario/2005/08/10/conexiones/t-1030933.htm(17) Ver en http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/science/newsid_4397000/4397029.stm
(18) Ver reportaje en http://www.ciudad.com.ar/ar/AR_Nota_2005/0,3813,2219,00.asp
Ver nota en Página/12 en http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/futuro/13-1277-2005-08-29.html
Ver reportaje en http://axxon.com.ar/not/152/c-1520298.htm(19) Ver en http://blogtellas.blogspot.com/2004/11/palabra-de-kevin-warwick.html
(20) Ver en http://thales.cica.es/rd/Recursos/rd97/Biografias/08-1-b-obra.html y en http://es.wikipedia.org/wiki/Teorema_de_incompletitud_de_G%C3%B6del
(21) Ver en http://es.wikipedia.org/wiki/David_Hilbert y en http://www.mat.puc.cl/~rrebolle/Cvirtual/node2.html
(22) Ver en http://es.wikipedia.org/wiki/Alan_Turing
(23) Ver en http://cogprints.org/499/00/turing.html
(24) Laurent Cornaz, "La escritura o lo trágico de la transmisión", Ed. Epeele, página 144
(25) Recuerdo que mi hija dio sus primeros pasos con las letras y las operaciones de leer y escribir (así como los reconocimientos de formas y colores), "jugando" con un programa informático cuyo personaje central era la vaca Betsy. Recuerdo que era un programa excelente.
(26) Jacques-Alain Miller, "La respuesta del psicoanálisis a la terapia Cognitivo Comportamental". Intervención en el PsyForum "For Desire Against CBT" (Por el deseo, contra la TCC) en el 3° Congreso de la New Lacanina School of Psicoanálisis, Londres, 21 y 22 de mayo 2005. Disponible en el sitio de la AMP: www.wapol.org
(27) Lástima que la conclusión a la que llegó Miller años despues de esta crítica sea que el psicoanálisis también debería adecuarse a esta lógica del manual, a punto tal que los psicoanalistas no deberían dudar en construir, a semejanza de los DSM, su propia BPS (Base Psicoanalítica de Síntomas), así como avenirse a "hacer pasar nuestra clínica (...) al circuito de la comunicación común", es decir, "a la estadísticas, a las máquinas de clasificación, a los ordenadores" (ver texto de convocatoria al PIPOL 4: http://ri2009.champfreudien.org/index.php?nav=286 )
(28) Ver nota en La Nación del 18 de diciembre, en http://www.lanacion.com.ar/cienciasalud/nota.asp?nota_id=765915&origen=premium
(29) "El segundo boom del celular ", Suplemento Económico del diario Clarín 31/7/2005 – Ver en http://www.clarin.com/suplementos/economico/2005/07/31/n-00701.htm
(30) Ver en http://www.clarin.com/diario/2005/11/20/laciudad/h-05415.htm
(31) La primera etapa de la expansión ha pasado por la conquista de poblaciones. Así es como hoy, las latas de Coca Cola son consumidas por los habitantes de las comarcas más remotas e inaccesibles que podamos imaginar. Y la reconversión de Rusia, y sobre todo de China, al capitalismo, es la vía por la que el capital esperó sortear los límites de sus impasses.
(32) Los campos de la salud y el ocio son un buen ejemplo de los cambios que implica esta lógica: la salud ya no es la ausencia de enfermedad, sino una serie infinita de prescripciones relativas a alimentación, movilidad, vestimenta, etc., y el ocio ya no es un tiempo para el "dolce far niente" sino un hueco en la programación de actividades que debe ser cubierto con una agenda tan agotadora como inflexible, de ocupaciones y consumos
(33) Así como no se construyen el tipo y cantidad de casas que puede requerir una población sino el tipo y cantidad que se puedan "vender", las "necesidades" que desenvuelve el campo digital no son aquellas que satisfagan necesidades generales de una población sino aquellas que aseguren consumos rentables. Lo que impulsa todo esto y rige su lógica no es, ni la informática, ni la ciencia, ni el cuerpo humano, sino las relaciones sociales de producción, para el caso, las relaciones del modo de producción capitalista
(34) Sin que haya ahí una oposición tajante, puesto que la Iglesia es también una de las editoriales capitalistas más importantes.
(35) La principal contradicción en que incurre la fantasía de la trilogía "Matrix" respecto de nuestro mundo es la de suponer un "único" gozador o beneficiario de "todos" los cuerpos humanos, cuando la característica propia del capitalismo (y la fuente de su irracionalidad, justamente) es el conflicto, no solo entre explotados y explotadores, sino entre los propios capitalistas. Si las crisis capitalistas son crisis de sobreproducción es porque nunca hay un solo capitalista produciendo la misma mercancía.
(36) Probablemente, en el futuro, el éxito comercial de un músico no se mida más en cantidades de discos vendidos sino en cantidades de veces que ciertas canciones se hayan reproducido, con estadísticas comparativas, incluso, de todas las canciones