Deseo del analista

Un grano de fantasía

Anexo 1

Traducción de la última parte de la sesión del 1 de julio de 1959,
del seminario VI "El deseo y su interpretación", de Jacques Lacan

Aquí desembocamos sobre el mismo problema sobre el que los dejé el año pasado en el congreso de Royaumont.

Este deseo del sujeto, en tanto deseo de deseo, abre sobre el corte, sobre el ser puro, aquí manifestado bajo su forma de falta.

Este deseo de deseo del Otro, ¿a qué deseo, al fin de cuentas, va a afrontarse en el análisis, si no es al deseo del analista?

Es precisamente por lo que es tan necesario que mantengamos ante nosotros esta dimensión sobre la función del deseo. El análisis no es una simple reconstitución del pasado, el análisis no es tampoco una reducción a normas preformadas, el análisis no es un epos, el análisis no es un ethos. Si lo comparara con algo, es a un relato que sería tal que el relato, él mismo, sea el lugar del (re)encuentro del que se trata (,) en el relato.

El problema del análisis es justamente este: que el deseo que el sujeto debe (tiene para) encontrar, que es el deseo del Otro, (es) nuestro deseo, ese deseo que no está mas que demasiado presente en lo que el sujeto supone que le demandamos. Ese deseo se encuentra en esta situación paradojal de que ese deseo del Otro que es para nosotros el deseo del sujeto, debemos guiarlo, no hacia nuestro deseo, sino hacia Otro .

Maduramos el deseo del sujeto para otro que nosotros, nos encontramos en esta situación paradojal de ser las "celestinas", los parteros, los que presiden al advenimiento del deseo.

¿Cómo esta situación puede ser sostenida? No puede seguramente ser sostenida mas que por el mantenimiento de un artificio que es el de toda la regla analítica.

Pero, el último resorte de este artificio, ¿no habría algo que nos permita atrapar (saisir) donde puede hacerse en el análisis esta abertura sobre el corte, que es aquel(la) sin el(la) cual no podemos pensar la situación del deseo?

Como siempre, es seguramente, a la vez, la verdad más trivial y la verdad más escondida. Lo esencial en el análisis de esta situación en la que nos encontramos, ser aquél que se ofrece como soporte de todas las demandas, y que no responde a ninguna, ¿es acaso solamente en esta no-respuesta - que está lejos de ser una no-respuesta absoluta - que se encuentra el resorte de nuestra presencia?

¿No debemos, acaso, hacer un lugar (una parte) esencial a lo que se reproduce al final de cada sesión, pero (a lo) que es inmanente a toda la situación misma, en tanto que nuestro deseo debe limitarse a ese vacío, a ese lugar que dejamos al deseo para que él se sitúe, al corte?

Al corte, que es sin duda el modo más eficaz de la intervención y de la interpretación analítica.

Y es por lo que es una de las cosas sobre las que más deberíamos insistir, este corte, que hacemos mecánico, que hacemos limitado a un tiempo prefabricado.

Es totalmente en otro lugar que lo ponemos efectivamente. Es uno de los métodos más eficaces de nuestra intervención; es también uno de aquellos a los que más deberíamos aplicarnos.

Pero en ese corte hay algo (subrayado mío), esa misma cosa que hemos aprendido a reconocer bajo la forma de ese objeto fálico latente a toda relación de demanda, como significante del deseo.

Me gustaría, para terminar nuestra lección de este año, y hacer, no se que recordatorio (rappel) de lo que inaugurará nuestra lección el año próximo, bajo la forma de una pre-lección, concluir con (por) una frase que les propondré en enigma, y respecto de la cual veremos si son mejores en el descifrado de las contrepèterie que lo que he constatado a lo largo de experiencias realizadas (hechas) sobre gente que me visita.

Un poeta, Désiré Viardot, en una revista de Bruxelas, hacia el 51 o 52, bajo el título de "fantomas", propuso un pequeño enigma cerrado - veremos si un grito de la asistencia va a mostrarnos en seguida la clave - : "la mujer tiene en la piel un grano de fantasía" ("la femme a dans la peau un grain de phantaisie").

Ese grano de fantasía que es, seguramente, aquello de lo que se trata, al fin de cuentas, en lo que modula y modela las relaciones del sujeto a aquél a quien él demanda, sea el que sea.

Y sin duda no es para nada que al horizonte hayamos encontrado el sujeto que contiene todo, la madre universal, que podamos, en la ocasión, equivocarnos sobre esa relación del sujeto al circuito (au tour) que sería lo que nos sería entregado (livré) por los arquetipos analíticos.

Pero es de otra cosa de lo que se trata.

Es de la abertura, es de la hiancia sobre ese algo radicalmente nuevo que introduce todo corte de la palabra. Aquí no es solo de la mujer de quien debemos anhelar (souhaiter) ese grano de fantasía o ese grano de poesía, sino del análisis mismo.

Notas

(1) La dirección de la cura y los principios de su poder

(2) que le sujet a à rencontrer

(3) mais vers un autre

(4) Nous murissons le désir du sujet (¿podría ser acaso "nourrir"?)

(5) pour un autre que nous

(6) entremetteurs - La definición del Petit Robert de este término es:

1330; de s'entremettre 

1 Vx Personne qui s'entremet. intermédiaire, médiateur. Mercure, l'entremetteur des dieux.

2 Péj. (surtout au fém.) et mod. Personne qui sert d'intermédiaire dans les intrigues galantes. La Célestine de Rojas, la Macette de Régnier sont des entremetteuses célèbres dans la littérature. maquerelle. — Par ext. marieur. — Fig. « Le hasard, ce grand entremetteur, fournit à nos deux amants une occasion très naturelle de se parler » (Gautier).

(7) faire une part

(8) tout à fait ailleurs

(9) contrepèterie [Ver anexo 2] - La definición del Petit Robert de este témino es:

contrepèterie n. f.

• 1582; de l'a. fr. contrepéter « rendre un son pour un autre » 

Interversion des lettres ou des syllabes d'un ensemble de mots spécialement choisis, afin d'en obtenir d'autres dont l'assemblage ait également un sens, de préférence burlesque ou grivois. contrepet. Ex. Femme folle à la messe (Rabelais) pour femme molle à la fesse.

(10) sur des gens de mes visiteurs (esta redacción tampoco cierra bien en francés).

(11) nous méprendre


Anexo 2

"La femme a dans sa peau un grain de phantaisie"

Las "contrepèteries" son pequeñas frases anodinas que suscitan desastrosos lapsus...

El que le ha dado nombre a este "arte" es Luc Etienne, por asociación con el término "contrapunto".

Los temas de las frases de partida deben ser correctos, pero el resultado debe ser vulgar, obsceno, o por lo menos subversivo. Debe tocarse algo tabú.

Imagen de la tapa de la revista Phantomas "Phantomas" es una revista que fue fundada y dirigida por Désiré Viardot, Théodore Koenig y Joseph Noiret (mas adelante se sumaron también Gabriel y Marcel Piqueray).

Al parecer fue uno de los mejores y más influyente periódicos de la vanguardia artística y literaria en Bélgica después de la guerra.

Tuvo varias ediciones dobles o triples, dedicadas a asuntos determinados (L'Art Naif; L'Amour; L'Humour vert; La nature; Italie; Homo Ludens; La Mémoire; Le Coeur), a menudo de la dimensión de un libro. Tenía una frecuencia bimestral y se editaron 163 números entre 1953 y 1977

Désiré Viardot, por su parte, fue uno de los que abordó este "arte" de la "contrepèterie". En particular es conocida su "contro-plaquette" (las "plaquettes" son libros muy pequeños de versos) titulada "Ripopée"

Para consultar mas referencias en francés sobre el tema (historia, bibliografía, ejemplos, etc.), ver el excelente sitio dedicado al tema en http://worldserver2.oleane.com/fatrazie/contrep+.html o en http://www.fatrazie.com/art_du_contrepet.htm

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