Clínica y Psicoanálisis

Modalidades del "retorno" (x)

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Michel Sauval - Sujeto y significante en psicoanálisis

Presentación General

Supongo que casi todos los problemas del psicoanálisis estarían resueltos si dicha práctica consistiese en una simple hermeneutica, si todo fuera solo problema de represiones, si la neurosis no fuese mas que amnesia. Todo seria mas sencillo si la cura de los síntomas se pudiese reducir al levantamiento de una o mas represiones por la vía del desciframiento. En otras palabras, si la "envoltura formal del síntoma" no fuese … eso mismo : una "envoltura formal", cuestión que implica la inclusión en su seno de "algo mas".
Lo que hace "difícil" al psicoanálisis, por así decirlo, son los retornos que, "acompañando" el retorno de lo reprimido, no son idénticos a este último.

En términos del Freud de 1915, podríamos hablar de las diferencias entre represión y defensa, en el sentido de que esta última es mas amplia, abarca otros fenómenos. En el artículo sobre "La represión", Freud ubica a la misma como uno de los mecanismos de defensa, indicando que su "esencia consiste en rechazar algo de la conciencia y mantenerlo alejado de ella" (toda esta cita figura subrayada por Freud) (2).

Algo similar es lo que ya se planteaba en los textos sobre "Las neuropsicosis de defensa", al señalar que las mismas resultan de casos de "inconciliabilidad" en "la vida de representaciones" que plantean al "yo defensor" la tarea de "tratar como ‘non arrive’ (no acontecida) la representación inconciliable", tarea que se cumple por la vía de "convertir esta representación intensa en una débil, arrancarle el afecto, la suma de excitación que sobre ella gravita" (3) .

"En tales condiciones, la huella mnémica de la representación reprimida (esforzada al desalojo) no ha sido sepultada (untergeben), sino que forma en lo sucesivo el núcleo de un grupo psíquico segundo" (4) .
En el texto de 1915, luego del párrafo anteriormente señalado, Freud agrega : "Ahora caemos en la cuenta de que represión e inconsciente son correlativos en tan grande medida que debemos posponer la profundización en la esencia de la primera hasta saber mas sobre la composición del itinerario de instancias psíquicas y sobre la diferenciación entre inconsciente y consciente" .(subrayado nuestro)
(5).

¿Porque esta reserva ? ¿Porque la definición del mecanismo de la represión no basta para definir el estatuto del inconsciente ? ¿Porque será necesario culminar, años después, en un distingo entre "inconsciente" y "ello" ? Y, aún sin movernos de 1915, porque será necesario el distingo entre "represión propiamente dicha" y "represión primaria" ?

Desde el descubrimiento mismo de la represión como mecanismo de defensa por excelencia de la histeria, Freud no deja de encontrar de mil y un modos que no todo en las neurosis se reduce a dicho mecanismo.
Por ejemplo, ya en los comienzos, la clínica diferencial histeria, neurosis obsesiva y psicosis se basa en modos diferentes de "retorno" : la histeria mediante la conversión, la neurosis obsesiva mediante el "falso enlace", y la psicosis por su "modalidad defensiva mucho mas enérgica y exitosa que consiste en que el yo desestima (verwerfen) la representación insoportable junto a su afecto"
(6) . Estas "diferencias" son retomadas en el Manuscrito K, donde luego de la conocida fórmula del desarrollo en 4 tiempos de la neurosis, indica que "las diferencias principales entre las diversas neurosis se muestran en el modo en que las representaciones reprimidas retornan " (subrayado nuestro) (7).

En el historial del Hombre de las Ratas, la neurosis obsesiva es presentada como un "dialecto" de la histeria. Esto significa que, por mas que en lo esencial debería reconducirse al "idioma" base de la histeria, no deja de tener sus "particularidades" : por eso, justamente, se trata de un "dialecto".
Pero este adjetivo, en realidad, esconde cuestiones de fondo. En el caso del Hombre de las Ratas, Freud debe retomar el problema del estatuto y naturaleza del inconsciente. La teoría de las "defensas secundarias" obliga a admitir un inconsciente en un punto, topologicamente, diferente. En palabras de Manoni, la fenomenología de la neurosis obsesiva "nos revela la existencia, del lado de lo que Freud llama lo secundario, de un inconsciente literal, grabado como una inscripción, indescifrable para el sujeto, rebelde a toda toma de consciencia, y que, a la vez, gobierna al sujeto desde lejos y a pesar de él, e irrumpe en su palabra, aunque no sabe ni de donde viene ni qué es lo que quiere decir"
(8) . Esta noción de irrupción de lo inconsciente (y no solo de su influencia) retoma una intuición de 1897, cuando en la carta 79 a Fliess, Freud indicaba que "para la neurosis obsesiva se corrobora que la representación-palabra, y no el concepto a ella inherente, es la localidad por donde irrumpe lo reprimido" (9) .
Es esta forma de "retorno" lo que hace al "dialecto" de la neurosis obsesiva, lo que luego conducirá al distingo entre inconsciente tópico e inconsciente funcional en el caso del Hombre de los Lobos, al desarrollo de la noción de Superyó, etc.

Estos problemas acerca de los "modos de retorno" no se reducen solamente a cuestiones de clínica diferencial. En "El yo y el ello", por ejemplo, Freud retoma el tema de las resistencias. "Hemos hallado en el yo mismo algo que es también inconsciente, que se comporta exactamente como lo reprimido. …. … todo reprimido es inconsciente, pero no todo inconsciente es, …, reprimido. También una parte del yo … puede ser inconsciente …. Y esto inconsciente del yo no es latente en el sentido de lo Preconsciente" (10)
Y a estas resistencias del yo se agregaran las del ello y del Superyó. En la addenda (parte A -a) a "Inhibición , síntoma y angustia", Freud señalará : "En cuanto a la resistencia del yo, entonces, no hay nada que poner en duda o rectificar. En cambio, es cuestionable que ella sola recubra el estado de cosas que nos sale al paso en el análisis. Hacemos la experiencia de que el yo sigue hallando dificultades para deshacer las represiones aun después que se formó el designio de resignar sus resistencias, y llamamos "reelaboración" (durcharbeiten) a la fase de trabajoso empeño que sigue a ese loable designio. Ahora parece indicado reconocer el factor dinámico que vuelve necesaria y comprensible esta reelaboración. Difícilmente sea otro que este : tras cancelar la resistencia yoica, es preciso superar todavía el poder de la compulsión de repetición, la atracción de los arquetipos inconscientes sobre el proceso pulsional reprimido". Y , a esta "cuarta clase de resistencia, la del ello", a la que acaba de hacer "responsable de la necesidad de reelaboración", se agregará una "quinta resistencia, la del Superyó, discernida en último momento y que es la mas oscura, pero no siempre la mas débil, parece brotar de la consciencia de culpa o necesidad de castigo; se opone a todo éxito y, por tanto, también a la curación mediante el análisis" (subrayados nuestros)
(11)

Todos estos problemas obligan a Freud a sucesivas reconceptualizaciones acerca de lo inconsciente.
De un modo u otro, estos problemas siempre conducen a la cuestión de que el psicoanálisis no parece reducirse a una terapia rememorativa, tanto por el lado de las resistencias a "recordar", como por el lado del estatuto mismo de lo que se supone se debe "recordar".

Por ejemplo, volviendo a los textos de 1915, en el artículo "Lo inconsciente" Freud plantea algo que retomará en otros lugares, en particular en el artículo sobre "La Verneinung", a saber, la situación en que, habiéndole comunicado a un paciente "una representación que él reprimió en su tiempo y (que) hemos logrado colegir, ello al principio en nada modifica su estado psíquico. Sobre todo, no cancela la represión ni, como quizás podría esperarse, hace que sus consecuencias cedan por el hecho de que la representación antes inconsciente ahora devenga consciente" (12) .

Este problema conducirá a Freud al problema de la doble inscripción, que retomaremos mas adelante.
Acercando estas referencias Freudianas a nuestros problemas clínicos cotidianos, podría retomar lo que me decía ayer una paciente : "de que me sirve saber qué es lo que estoy haciendo (al repetir cierto tipo de circunstancias) si con eso (es decir, con saberlo) no puedo parar de hacerlo". Esto es, planteado aquí en términos demandantes hacia el analista, algo parecido al problema que plantea Freud en los artículo que recién comentábamos sobre "Lo inconsciente" y sobre "La Verneinung".
En este último, Freud señala el caso de ciertos pacientes que "confiesan" lo reprimido bajo la forma de una negación del tipo "no - tal cosa". El posterior trabajo analítico puede demostrarles luego, intelectualmente, que es al revés, es decir, que la proposición vale sin el "no" y que eso que él planteó en forma negada es lo que estaba reprimiendo. Y no obstante ello, puede ocurrir que el sujeto no cambie su posición respecto de eso que admite en la conciencia (antes en forma negada, y luego afirmativamente, intelectualmente).

De todas maneras, el problema ya está planteado en el primer tiempo, en el hecho mismo de la aparición en la conciencia de lo reprimido (aunque sea en forma negada) sin que por ello se modifique la "situación psíquica" del paciente. Se verifica entonces que lo que testimonia la negación (presente al nivel del enunciado) es una posición subjetiva (es decir, la posición de la enunciación).

Lo llamativo en ambos casos es que no se trata de amnesia, o de ausencia de un significante y de su reemplazo por otro. Es decir, no se trata de un desplazamiento significante. Lo reprimido, según Freud, se ha hecho presente en la conciencia, en la medida en que ha sido enunciado, así sea bajo la forma de una negación.

Y la pregunta, justamente, es : ¿como puede ser que a pesar de hacerse consciente lo reprimido, los síntomas continúen?.
En otros términos, ¿como puede ser que a pesar de que lo reprimido se haga presente al nivel del enunciado, algo se mantenga sin modificaciones al nivel de la enunciación ? Volviendo a lo que decía la paciente, cuando ella se pregunta "¿de que me sirve saber si no puedo dejar de repetir?", lo que está planteando, mas en general, es ¿de que "sirve" el saber ante la satisfacción de la repetición ?, ¿como podría el saber alcanzar ese punto de goce, y aún mas, implicar allí una modificación ? ¿En qué "posición" debe estar el "saber" para que su "revelación" sea eficaz ?

Volviendo, entonces, al principio: ¿como se plantean las relaciones entre los diferentes modos de "retornos" y "la dirección de la cura" ? ¿Como abordar esa otra escisión, spaltung, del sujeto, que no es reducible a una metáfora significante, esa "alteración del yo" a la que refiere Freud en "Análisis terminable e interminable" cuando menciona la "resistencia a la puesta en descubierto de las resistencias", las "resistencias no solo contra el hacer-conscientes lo contenidos-ello, sino también contra el análisis en general y, por ende, contra la curación"? (13)

Algunas vueltas mas

Para el análisis, la dificultad radica en como se producen esos puntos en que algo es abandonado de lo que hace a la inercia o fijación del paciente en el síntoma, en aras de un desarrollo de saber. Cada "avance", "cambio", o como quieran llamarle, en un análisis, implica, de algún modo, un abandono, una renuncia, parcial, al goce del síntoma, en beneficio del "saber" sobre el síntoma.

Esto viene a subrayar que en el síntoma, no solamente se trata de "verdad", sino que allí también hay "goce". Y lo uno no es lo mismo que lo otro

Lo que Freud llama el "sentido sexual del síntoma" es problema de "verdad", de interpretación, de producción de significación. Pero en el punto de la fijación, no solo se trata del "sentido sexual del síntoma", sino de "satisfacción" sexual. Ahí aparece el problema de las pulsiones y el problema de la fijación. Solamente llegamos al "sentido" en la medida en que hay una transformación de esta "satisfacción" vía interpretación. No hay síntoma analítico hasta tanto el mismo no sea interpretado.
Esta es una mas de esas pequeñas paradojas del tipo : no hay transferencia sin interpretación; pero, ¿y sobre qué se apoya la interpretación ?; no hay síntoma analítico sin interpretación; pero, ¿ y sobre qué se apoya esa primera renuncia al goce ?
¿Cómo pasar de un padecer a una producción de saber ? Esto es algo tan remanido y tan repetido, que a veces esa "transformación" parece como muy "natural". Como que es cuestión de sentarse a escuchar y listo. Y sin embargo, me parece que sigue siendo el nudo de muchísimos problemas clínicos.

Con esto no quiero decir que venga a proponer, estilo Ferenczi, una nueva "técnica activa". Solo señalo algo, esta transformación, que, al menos a mi, me sigue sorprendiendo cada vez que ocurre. Y que cuando no ocurre, termina implicando problemas para la cura.

Pregunta : sería por ejemplo el caso del síntoma como rasgo de carácter ?
Respuesta : Puede ser como rasgo de carácter o como cualquier tipo de presentación tal que el sujeto no se encuentre en una posición subjetiva de interrogación respecto de la causa y de producción de saber.
Subrayo lo de "posición subjetiva" respecto de la causa. Todo el mundo tiene cierta idea de la existencia de relaciones causales. Pero, en general, las mismas son pensadas sin implicación subjetiva.
En otros términos : si alguien va a ver a un analista es porque supone que algo anda mal por alguna causa y supone en el analista cierto saber sobre ese tipo de causalidad. Eso no quiere decir que su posición subjetiva sea la de creer en el inconsciente y la de interrogarse sobre su propia implicación en relación a esta dimensión de la causa.

Digámoslo de otro modo, gran parte de los que hacen análisis, en tanto han estudiado textos y autores psicoanlíticos, por ejemplo Lacan, "saben" que en un análisis, podría decirse que, de última, lo que se hace es correr detrás del significante de "La Mujer". Así que alguien podría ir y decir eso en su análisis, ya que lo "sabe", de leerlo en los libros. Pero eso no va a acercarlo un ápice a la solución de sus problemas. Lo que importa no es que se lo formule al nivel del enunciado. Lo que importa es la posición subjetiva, es decir, como se juega eso al nivel de la enunciación.
En otros términos, ¿como se diferencia un "saber" del otro ?

Volviendo a lo de la causa, alguien puede estar preguntándose por la causa de su padecer. Pero lo que habría que distinguir es a que nivel lo hace : si al nivel del enunciado o al nivel de la enunciación.
Ese es todo el secreto del famoso SSS : Sujeto Supuesto Saber, el llamado "pivote desde el cual se articula todo lo tocante a la transferencia"
(14) .

Se dan cuenta que, en realidad, "todo" saber es supuesto, y "todo" sujeto también. Por lo tanto, el SSS como estructura, no es algo particular del análisis, es la estructura misma de la neurosis. No hace falta entrar en análisis para funcionar de acuerdo a esta estructura. Cada cual, en tanto sea neurótico, funciona en términos de SSS : supone un saber y supone un sujeto a ese saber. Ese es el modo en que se organiza la "realidad" para todo neurótico.

Cuando Freud formula que la cura analítica requiere de la transformación de la neurosis ordinaria en una "neurosis de transferencia" lo que está planteando es la necesidad de que se constituya un SSS "específico", por así decirlo, del análisis.
Como lo dice Freud, "conseguimos, casi siempre, dar a todos los síntomas de la enfermedad un nuevo significado transferencial (Ubertagungsbedeutung), sustituir su neurosis ordinaria por una neurosis de transferencia"
(15) . Esto implica crear una "significación" nueva, fundada en otro tipo de relación al "referente", como lo indica el uso del término Bedeutung en la expresión alemana empleada por Freud.

La entrada en análisis, la constitución del síntoma como síntoma analítico, requieren de la caída del SSS "inicial" del paciente y de la constitución de una "significación" nueva, de un "nuevo" SSS. El SSS de la transferencia es una "significación" nueva.
El paso a esta nueva "significación" implica cierta renuncia al goce del síntoma. El punto es ¿como se "produce" ese paso a esa significación nueva ?.

Retomando el comentario de esa paciente que se queja de la inoperancia del saber, fíjense que en el "me doy cuenta pero no puedo parar de hacerlo", en el punto mismo en que dice "¿de que me sirve lo que se?", no deja de rechazar las razones en función del goce : ¿de que me sirven las razones?, ¿que ventaja habría en las razones, respecto del goce ? Y en ese punto su posición subjetiva no es la de preguntarse por la causa, sino la de rechazar el saber.
Para que la cosa "avance", algo debe ocurrir ahí para que el sujeto prefiera las razones al goce de la repetición, para que su renuncia "sirva" para algo.

En el "¿de que me sirve?", el sujeto está parado, digámoslo así, del lado del objeto. No está del lado del S barrado. Algo debe "perderse" entonces, del lado del objeto, para que el sujeto pase del lado del S barrado.

Otra cuestión importante en relación a esto es la de que la única manera de que el síntoma devenga analítico es que pase por la dimensión de la repetición.

El síntoma es repetición. Pero eso no siempre está claro. Y menos que menos para el paciente
Es solo en el punto en que algo se pierde en la repetición a partir de donde se abre la pregunta por el deseo del Otro y su causa. Puesto que la satisfacción está asociada a la repetición, todo cambio al nivel de la satisfacción requiere de una operación al nivel de la repetición. Por eso el acto analítico se define a partir de la estructura de la repetición. De alguna manera el síntoma debe quedar asociado a alguna repetición para que algo en el orden de la satisfacción se modifique.

Son estos, el tipo de problemas que Freud plantea en "Recuerdo, Repetición y Elaboración", cuando señala que la cura analítica forzosamente, para que sea tal, implicará la repetición de algo mas allá del recuerdo, en el ámbito de la transferencia.
No hay cura si no es bajo transferencia. Pero ... ¿que quiere decir esto ? Esto quiere decir, justamente, que para que haya cura, algo del orden de la repetición debe ser atrapado en la dimensión de la transferencia. Lo principal de la transferencia se juega en cuanto terreno donde se desarrolla esta repetición. "El hacer repetir en el curso del tratamiento analítico, según esta técnica mas nueva, equivale a convocar un fragmento de vida real, y por eso no en todos los casos puede ser inofensivo y carente de peligro."
(16) Es ese "fragmento de la vida real" el que debe ser convocado por el análisis, porque es en relación al mismo que se juega la cura de la neurosis (veremos mas adelante en que sentido tenemos que diferenciar transferencia de repetición).

 

Verwerfung, Verleugnung y Verneinung

El año pasado terminamos viendo algunas clases del seminario XIV. En las del 15 de febrero del 67 y la del 22 de febrero del 67 encontramos algunas citas que conviene que recordemos.
En la primera de ellas, preguntándose acerca de como el saber psicoanalítico pasa a lo real, Lacan remite a la Verwerfung. Hay cierto rechazo en lo simbólico, en este caso a nivel de la teoría psicoanalítica, que conlleva un retorno en lo real, que le permite a Lacan caracterizar a su seminario como un punto de ese retorno.

Mas adelante, en esa misma clase, y en la siguiente, hablando del acto, y asociándolo a la estructura de la repetición, va a decir que el mismo "es fundador de un sujeto". La relación de ese sujeto constituido en ese acto, respecto de ese mismo acto, es de pura división y, según Lacan, la Verleugnung es el término que corresponde "a la ambigüedad que resulta de los efectos del acto como tal"(17) .

"De un acto verdadero, el sujeto surge diferente, en razón del corte. Su estructura es modificada. Su correlato de desconocimiento, o mas exactamente, el límite impuesto a su reconocimiento, en el sujeto, o si lo prefieren, su ‘Repräsentanz’ en la ‘Vorstellung’, es la Verleugnung, a saber, que el sujeto no lo reconoce jamas en su verdadero alcance inaugural, aún cuando el sujeto es, si puedo decirlo, capaz de haber cometido ese acto"(18) .

"El sujeto es representado, en el acto, como pura división. La división es su ‘Repräsentanz’. El verdadero sentido del término ‘Repräsentanz’ debe tomarse a este nivel pues es a partir de esta ‘Repräsentanz’ del sujeto como esencialmente dividido que podemos percibir cómo esta función de ‘Repräsentanz’ puede afectar lo que se llama representación, lo que hace depender a la ‘Vorstellung’ de un efecto de ‘Repräsentanz’ "(19) .

He sido un poco extenso con estas citas. Y seré breve ahora para comentarlas. Pero es necesario que las tengan presentes para articularlas a lo que vamos a ver acerca de la Verleugnung en los textos de Freud, en particular, respecto de los nexos que establece Freud entre la Verleugnung y la castración. Esto es importante, porque, de algún modo, si la idea es trabajar esos retornos que no son solo retorno de lo reprimido, esto implica abordar la castración por lo que no sea solo de simbólico e imaginario.

Bien, vamos a empezar entonces con Freud.

Mecanismos de defensa

Recordaran que la primera aparición del término Verwerfung es incluso anterior, en Freud, al surgimiento del concepto de represión (Verdrangung), que aparece a partir de los "Estudios sobre la histeria". A la Verwerfung, tal como lo vimos hace un rato, ya la encontramos en el primer texto sobre "Las neuropsicosis de defensa". Podría argüirse, no obstante, que el concepto de defensa anticipa el de represión, pero justamente, para Freud, defensa y represión no son lo mismo. La primera es mas abarcativa que la segunda, y abre la pregunta por los "diferentes mecanismos".

En el texto sobre "Las neuropsicosis de defensa", Freud señala que, a diferencia del mecanismo de defensa que encontramos en la histeria, las fobias y las representaciones obsesivas, en el caso de las psicosis encontramos que "existe una modalidad de defensa mucho mas enérgica y exitosa que consiste en que el yo desestima (verwerfen) la representación insoportable, junto con su afecto y se comporta como si la representación nunca hubiera comparecido. Solo que en el momento en que se ha conseguido esto, la persona se encuentra en una psicosis que no admite otra clasificación que ‘confusión alucinatoria’ "(20).
Cabe tener presente (por las consideraciones que haremos mas adelante sobre las ideas de "afuera" y "adentro", o de "realidad externa" y "realidad psíquica") que en los dos ejemplos clínicos propuestos por Freud para ese tipo de defensa, lo rechazado es un hecho "real", algo relativo a la realidad externa.

El mismo mecanismo, es decir, esta idea de una defensa mas "enérgica" respecto de la represión, es retomada por Freud en el artículo sobre "La pérdida de la realidad en la neurosis y la psicosis". Pero en este caso el término usado no es el de Verwerfung sino el de Verleugnung. Allí Freud dice que "la neurosis no desmiente la realidad, se limita a no querer saber nada de ella; la psicosis la desmiente y procura sustituirla"(21) , subrayando que en la psicosis no se trata solamente de un "no querer saber" sino de un rechazo mas radical, a semejanza, justamente, de la idea desarrollada en el texto de 1893.

 

Verleugnung

No obstante, en muchos otros textos de Freud, el término Verleugnung quedará asociado, principalmente, al concepto de castración, limitándose de este modo la posibilidad de pensar en la Verleugnung como el mecanismo propio de la psicosis. A partir del artículo sobre "La organización genital infantil", Freud va a asociar en forma casi sistemática, la Verleugnung a la castración. Es importante comprender que cuando habla de la "organización genital infantil" habla de la castración y de la función del falo ... para todos los neuróticos ! ! . Esta "organización genital infantil" es un paso obligado en la constitución de los sujetos neuróticos, y su carácter principal consiste en que "para ambos sexos, solo desempeña un papel un genital, el masculino. Por tanto no hay un primado genital sino un primado del falo" (22) (subrayados de Freud). Y en este texto utiliza un término cercano a Verleugnung para dar cuenta de la actitud o posición subjetiva del niño frente a la castración. Freud subraya su "reacción frente a las primeras impresiones de la falta de pene. Desconocen (leugnen) esa falta, creen ver un miembro a pesar de todo"(23) . Como bien subraya Strachey, "la palabra utilizada en este lugar es ‘leugnen’, pero mas adelante Freud empleó casi siempre, en vez de ella, la forma ‘Verleugnung’"(24)

Mas adelante Freud asociará mas estrechamente la noción de Verleugnung al fetichismo De ahí la idea vulgarizada de asociar la Verdrangung con la neurosis, la Verwerfung con la psicosis, y la Verleugnung con la perversión. Por eso conviene recordar el texto sobre "La organización genital infantil", en tanto allí plantea este mecanismo también para la neurosis.

En el caso el caso del fetichismo, "el fetiche es el sustituto del falo de la mujer (la madre) en que el varoncito ha creído y al que no quiere renunciar. He aquí, pues, el proceso : el varoncito rehusó darse por enterado de un hecho de su percepción, a saber, que la mujer no tiene pene"(25) . Y si en este proceso "se quiere separar de manera mas nítida el destino de la representación del destino del afecto, y reservar el término ‘represión’ (Verdrangung) para el afecto, desmentida (Verleugnung) sería la designación alemana correcta para el destino de la representación"(26) .
Mediante el fetiche, el sujeto mantiene de alguna manera el falo de la madre.

Este acento puesto por Freud en la asociación de la Verleugnung con la castración lo lleva a distinguir, en el artículo sobre "La escisión del yo en los procesos de defensa", a la Verleugnung de la psicosis. En ese texto Freud subraya que en el fetichismo, a diferencia de lo que ocurre con la psicosis, "el varoncito no ha contradicho simplemente su percepción, no ha alucinado un pene allí donde no se veía ninguno, sino que solo ha emprendido un desplazamiento de valor, ha transferido el significado del pene a otra parte del cuerpo (femenino)"(27) . En otros términos, la significación fálica sigue en juego. Por eso no se trata de psicosis.
No es que algo retorna en lo real en forma alucinatoria, sino que la significación se desliza y detiene en otra parte del cuerpo materno.

 

Verwerfung

Pasemos ahora a la Verwerfung.
Ya ubicamos su primera referencia en relación a la psicosis, en el texto de 1983.
Pero Freud también asocia la Verwerfung a la castración, como ocurre en el caso del Hombre de los Lobos.
Freud subraya que la posición subjetiva del Hombre de los Lobos frente a la castración, no es en términos de represión (Verdrangung) sino de desestimación (Verwerfung)
(28) . Y aclara Freud : "cuando dije que la desestimó, el significado mas inmediato de esta expresión es que no quiso saber nada de ella siguiendo el sentido de la represión"(29) .

Para Freud, "al final subsistieron en él, lado a lado, dos corrientes opuestas, una de las cuales abominaba de la castración, mientras que la otra estaba pronta a aceptarla y consolarse con la feminidad como sustituto. La tercera corriente, mas antigua y profunda, que simplemente había desestimado la castración, con lo cual todavía no estaba en cuestión el juicio acerca de su realidad objetiva, seguía siendo sin duda activable"(30) . Y ese es, según Freud, el fundamento de la alucinación del dedo cortado a los 4 y ½ años.

La primera corriente es el motor de la represión, la cual recae sobre la segunda corriente : la posición femenina ha sucumbido a la represión.

Pero junto al mecanismo de la represión, subiste una tercera corriente, para la cual la castración es como si no existiera, para la cual no está planteada la cuestión del juicio de existencia respecto de la castración. Esta corriente es la mas antigua y profunda. Subrayo esto porque lo vamos a retomar cuando abordemos el artículo sobre la Verneinung.
Como vemos, si está mas clara la distinción de la Verleugnung respecto de la psicosis, no por ello está mas clara la asociación de la Verwerfung con la psicosis. Básicamente por la falta de un criterio diferencial nítido en Freud, al respecto. Habrá que esperar a Lacan para que nazca una clara clínica diferencial, y la noción de Verwerfung adquiera otras coloraciones y una relación mas estrecha con la psicosis, a partir de la creación del concepto de forclusión. Y digo "creación del concepto" porque de esto se trata en la forclusión, mas que de una mera traducción del término alemán Verwerfung.

No obstante, hay algo común entre la Verleugnung y la Verwerfung que marca, aún en Freud, sus diferencias, como mecanismos de defensa, respecto de la Verdrangung. Ambos, en términos freudianos, se refieren a la "realidad externa". Lo cual implica que su retorno es radicalmente diferente del retorno de lo reprimido. Como bien dice Sol Aparicio en un artículo sobre la psicosis (donde encontraran parte de lo que aquí he desarrollado), "para lograr concebir cual es el ‘lugar’ del retorno en cada caso, la oposición entre realidad psíquica y realidad externa parece pues insuficiente"(31) .

Vamos a pasar ahora al texto sobre la Verneinung, pues en él encontraremos algunos de los términos usados por Lacan para la primera reconceptualización que hará de la noción de Verwerfung, lo que luego culminará en la creación del concepto de forclusión.

 

Verneinung

En el texto sobre la Verneinung Freud arranca a partir del problema que significa el hecho de que muchas veces lo reprimido logre acceder a la conciencia, en la medida en que su enunciado es afectado por una negación, sin que eso implique un levantamiento de los efectos de la neurosis.

Sabemos que en el inconsciente no vale el principio de contradicción.
El principio de contradicción es un principio lógico. Dos proposiciones son contradictorias cuando ambas no pueden ser verdaderas a la vez ni tampoco falsas a la vez. Dos proposiciones son contrarias, en cambio, cuando ambas no pueden ser verdaderas a la vez, pero ambas pueden ser falsas a la vez. En términos mas generales, la forma topológica del principio de contradicción enuncia que "es imposible que una cosas sea y no sea al mismo tiempo y bajo el mismo respecto", y la forma lógica enuncia "No a la vez p y no-p"
(32) .

Vamos a retomar mas en detalle estas cosas mas adelante. Pero lo voy señalando para ir teniendo presente qué quiere decir que la contradicción es desconocida para el inconsciente. En efecto, recordemos que el inconsciente se caracteriza por "ausencia de contradicción, proceso primario (movilidad de las investiduras), carácter atemporal y sustitución de la realidad exterior por la psíquica"(33) . Todo esto subrayado por el propio Freud.

La contradicción es el efecto de la represión. La oposición entre "p" y "no-p" es introducida por la censura, por el trabajo de censura entre Preconsciente e Inconsciente. Para el inconsciente esta contradicción no existe.

Para Freud, por lo tanto, el enunciado "no-p" no deja de implicar un acceso de lo reprimido a la conciencia. El punto es, ¿cuanto aporta ese "no" al mantenimiento de los efectos de la represión ?, ¿y porque?

La cuestión es importante porque Freud subraya que, incluso, a partir del trabajo analítico, el paciente puede llegar a admitir intelectualmente el hecho de que ese "no" no corresponde, es decir, a aceptar la proposición en términos afirmativos, sin que eso traiga por consecuencia el levantamiento de los efectos dela represión.

Es decir, tenemos dos posiciones : una en que lo reprimido adviene a la conciencia, pero en forma negada en cuyo caso la posición subjetiva es la de mantener el rechazo de lo reprimido, pero no en el sentido de denegarle el acceso a la conciencia, sino negándolo en su enunciado.

La otra posición llega incluso a una aceptación intelectual de esa conciencia de lo reprimido.
Pero en ambos casos, de todas maneras, lo esencial de la represión se mantiene

Para Freud, "la negación es un modo de tomar noticia de lo reprimido; en verdad, es ya una cancelación (aufhebung) de la represión, aunque no, claro está, una aceptación de lo reprimido"(34) .

Tal como lo subraya Hyppolite, señalemos que cuando dice "cancelación", eso es aufhebung, el término alemán utilizado también por Hegel para dar cuenta del proceso dialéctico. La aufhebung implica la supresión de algo pero al mismo tiempo su conservación. Esto ubica a la negación en el lugar del segundo momento del movimiento dialéctico.

Hyppolite subraya esto de que la Verneinung es una aufhebung de la represión. Esto significa "presentar el propio ser bajo el modo de no serlo"(35) puesto que, muy hegelianamente, "lo dialéctico representa, frente a lo abstracto la acentuación de que esta abstracción no es sino la realidad muerta y vaciada de su propia substancia. Para que así suceda, le es preciso a lo real aparecer bajo un aspecto en el que se niegue a si mismo. este aspecto es justamente el dialéctico" Ferrater Mora
El asunto es que, si la Verneinung corresponde, en tanto aufhebung, al segundo momento ( el dialéctico o negativo racional) del proceso hegeliano, el resultado no sería, aún, tal como lo verifica Freud, la aceptación de lo reprimido. Ello recién ocurriría en el tercer momento, que sería el especulativo o positivo-racional, que correspondería a la aceptación intelectual por parte del paciente de que corresponde quitar el no, debería implicar el levantamiento de la represión.

El problema justamente es que la misma subsiste.
Por eso debemos recurrir a la ubicación de un tiempo mítico para la génesis del pensamiento en una antecedencia del juicio de atribución respecto del juicio de existencia.

La constitución subjetiva, para Freud, debuta con la constitución de un "adentro" y un "afuera" problemáticos, a partir de un juicio de atribución de lo "bueno" y lo "malo" en base al principio de placer, en otras palabras, lo "placentero" y lo "displacentero".
El juicio de existencia, por su parte no es mas que un ir a reencontrar en la realidad lo que ya en su momento se atribuyó como "bueno" o "malo". La existencia, para Freud, implica reencontrar algo fundado en una atribución.
Las palabras que usa Freud para definir esta operación de atribución en relación a la constitución de un "adentro" y un "afuera" son "afirmación" (Bejahung) y "exclusión" (Austossung).

Para el "primer" Lacan, la Austossung del texto sobre la Verneinung va a ser equivalente a la Verwerfung.
Lacan combina :

Todo eso es condensado por Lacan en su conocida expresión : "lo que no ha llegado a la luz de lo simbólico aparece en lo real"(36) . Para este primer Lacan, la Verwerfung de la castración del Hombre de los lobos es equivalente a la Austossung del texto sobre la Verneinung.

Es decir que la primera conceptualización lacaneana del futuro concepto de forclusión no se funda tanto en el caso de Schreber como en la lectura combinada del caso del Hombre de los Lobos y del texto sobre la Verneinung.
En efecto, lo que encontramos como expresión, en el texto de Freud sobre el caso Schreber no es ni Austossung ni Verwerfung, sino "cancelación", es decir, el mismo término asociado a la Verneinung. En el texto sobre Schreber Freud dice: "no era correcto decir que la sensación interiormente sofocada es proyectada hacia afuera, mas bien inteligimos que lo cancelado (das aufgehobene) adentro retorna desde afuera"
(37) . Subrayé "lo cancelado", para señalar que es la misma expresión que la usada en el texto sobre la Verneinung. Si la Verneinung es una "cancelación" de la represión, en el caso de la psicosis de Schreber también tenemos una "cancelación".

Si en la Verneinung esta "cancelación" se aplica a la represión cuyo correlato es una no aceptación de lo reprimido y un mantenimiento de los efectos de ello, y en el caso de Schreber, la "cancelación" se aplica de algo interior y tiene por correlato su "retorno desde afuera", ¿como piensa Freud el concepto de aufhebung ?
Dejo esto abierto. Y se aceptan sugerencias

Volviendo a Lacan, mas adelante, con el concepto de metáfora paterna, se precisará su noción de la Verwerfung mediante el concepto de forclusión. Ya no se trataría de una Verwerfung en relación a una simbolización primaria (Bejahung), sino de la Verwerfung, de la abolición, de un significante especial, el significante del nombre del padre.

 

La "escisión"(spaltung) del yo

Bien, volvamos entonces a nuestra presentación general del problema y del tema de este seminario.
Si tomamos estas cuestiones, como por ejemplo en el caso del Hombre de los Lobos, el análisis del sueño, hay ahí una cuestión que subraya Freud, que es el "sentimiento de realidad" que presenta el mismo. La desfiguración onírica da cuenta del trabajo del sueño, y por lo tanto del retorno en el sentido de lo reprimido. Pero, además de eso tenemos ese "sentimiento de realidad" en el sueño que, según dice Freud, " nos asegura que dentro del material latente del sueño hay algo que reclama realidad efectiva en el recuerdo, vale decir, que el sueño se refiere a un episodio ocurrido de hecho y no meramente fantaseado. Desde luego, solo puede tratarse de la realidad efectiva de algo ignorado (Unbekannt)"
(38) .

Eso que reclama "realidad" es la escena primordial.
Pero la misma, en tanto presentifica la castración, fue ‘Verworfen’. Su retorno es por vía alucinatoria, como en el caso de la alucinación del corte del dedo. ¿Puede decirse que ese reclamo de realidad en el sueño indica una forma de retorno mas allá del mecanismo de lo propiamente reprimido ?

Pasando a la enseñanza de Lacan, en épocas mas avanzadas vamos a encontrar la caracterización de la falta en términos de la falta de un significante que pueda ser el significante del sujeto.
No hay significante del sujeto.
Por lo tanto, todo sujeto se constituye a partir de la forclusión del significante del sujeto. Y si hay forclusión del significante del sujeto, esto implica que algo de ello debe retornar en lo real. Por lo tanto, la Verwerfung y el retorno en lo real no es un patrimonio de la psicosis. Es un mecanismo que vale para todas las estructuras, para todo ser parlante. Todo ser parlante se constituye a partir de cierta articulación entre el deslizamiento significante y cierto retorno en lo real correlativo a la forclusión del significante del sujeto (división por el significante y división por el objeto)

Algo semejante se plantea en relación al concepto de Verleugnung.
Tanto en "Esquema del psicoanálisis" como en "La escisión del yo en el proceso defensivo", Freud debe concluir en que el mecanismo de la Verleugnung, la posición subjetiva que esta implica, exige una escisión (spaltung) del yo. La única manera de que haya dos mociones contrapuestas y vigentes, no en el sentido de la represión, sino en el sentido de la Verleugnung, es decir, dos mociones que no se intercambian como posición del sujeto por la acción de la censura, por deslizamiento significante, es que haya otro tipo de división en juego. De ahí que Freud señale que es el yo mismo el que queda escindido.
No se trata solo de la división significante. No se trata solo de no encontrar el significante del sujeto y por lo tanto estar siempre repartido entre dos significantes, estar siempre entre el significante que nos representa y aquel para el cual el primero nos representa.

Aquí se trata de una división diferente.
Freud señala que ante "un conflicto entre la exigencia de la pulsión y el veto de la realidad objetiva", el yo del niño que en el futuro será neurótico "responde con dos reacciones contrapuestas, ambas válidas y eficaces. Por un lado rechaza la realidad objetiva con ayuda de ciertos mecanismos, y no se deja prohibir nada; por el otro, y a renglón seguido, reconoce el peligro de la realidad objetiva, asume la angustia ante él como un síntoma de padecer y luego busca defenderse de el"
(39) .
Este comportamiento, subraya Freud, "acontece bajo la injerencia de un trauma psíquico". El conflicto tiene el carácter de "trauma psíquico".

Cabe volver a señalar qué es para Freud "el peligro de la realidad objetiva". Un poco mas adelante ilustrará estas afirmaciones con el caso del Hombre de los Lobos, subrayando el conflicto y la angustia en que cae ante la amenaza de castración. El "peligro de la realidad objetiva", en ese caso, es el que resulta de la visión de los genitales femeninos y la significación de los mismos como castración.

Por lo tanto, retomando desde lo indicado en el texto sobre la "organización genital infantil", Freud toma esta división subjetiva caracterizada por la Verleugnung, y concluye en que su resultado consiste en "una desgarradura en el yo que nunca se reparará, sino que se hará mas grande con el tiempo. Las dos reacciones contrapuestas frente al conflicto subsistirán como núcleo de una escisión del yo. ... La función sintética del yo .... sucumbe a toda una serie de perturbaciones"(40) .

Por eso insisto en señalar que no se trata solo del retorno de lo reprimido. No se trata de la división entre lo reprimido y los retoños de lo reprimido. Se trata de una escisión permanente en el seno del yo.

 

Respuesta de lo real

Para ir terminando, daremos otra referencia para señalar el camino que pensamos recorrer este año. Se trata de lo escribe Lacan en el Atolondradicho : "el sujeto como efecto de significación es una respuesta de lo real"(41) .
No hay sujeto, por lo menos en nuestro campo, que no sea bajo la forma de un retorno. El punto es que hay distintas maneras de "retornar". Salvo que el psicoanálisis sea una hermeneutica. Pero si es una hermeneutica y solo se trata de significantes, o encontramos el último significante, o la remisión es infinita. Pero decir que la remisión es infinita es lo mismo que decir que la vida es un sueño, en el sentido vulgar de la frase, es decir, que no hay nada "sólido", no hay nada consistente, no hay nada que pueda ser "atrapable" como objeto : solo un deslizamiento infinito de significaciones.

Nuestra experiencia, no obstante, indica que en algún lugar hay una consistencia. Y el problema es cual es el estatuto de esa consistencia.

Cuando digo "nuestra experiencia" me refiero a eso sencillo y cuasi inmediato que compartimos de que, por mas que cada uno de nosotros cambie, no dejamos de reconocernos como el mismo, de presentarnos como cierta "unidad" mas allá de las diferencias que el devenir aporta. Algo se nos aparece como constante, algo que nos motiva a decir que, de última : "yo soy yo".
El problema es en que punto realmente "yo soy yo". Cual es el estatuto de esa "constante", de esa "permanencia".

Pregunta : sería la noción de sustancia ?

Respuesta : Si, si pensamos en la sustancia como la sustancia primera de Aristóteles, es decir, aquella de la cual no se puede predicar ningún atributo.

Bien todo esto lo vamos a empezar a tratar a partir de este texto freudiano sobre la Verneinung. Veremos que el trabajo de Lacan sobre este texto lleva a confusiones, según como se lea, en tanto Lacan no deja de presentar dos reales : uno que adviene al ser en la simbolización, y otro que permanece fuera de la simbolización y que seria externo al dispositivo analítico.

Eso es lo que se puede leer, por ejemplo, en la medida en que lo real ni figura en el esquema Lambda, el cual no deja de ser el esquema de la cura analítica en ese tiempo.

¿Tiene o no incidencia sobre el sujeto ese real externo a la simbolización ??

¿Como podría incidir, si está fuera de la simbolización ??

Lacan caracteriza la situación de la alucinación del Hombre de los Lobos como una intersección entre real y simbólico sin mediación imaginaria.

El asunto, entonces, será percibir como algo, aún siendo externo o extraño, puede tener efectos, es decir, implicar "retornos".
Lo trabajamos bastante el año pasado con la caracterización de la muerte como ese cuarto elemento heterogéneo. La función de lo heterogéneo es capital en psicoanálisis. En términos freudianos, esto remite a la famosa necesidad de mantener la dualidad pulsional. Una dualidad se mantiene como irreductible o estructural, en el punto en que haya una heterogeneidad que resista a todo proceso de síntesis.

Cuando todos los elementos en juego son homogéneos, siempre es posible una síntesis que culmina en la unicidad.
Creo que esto es una buena guía para estudiar cada momento en la enseñanza tanto de Freud como de Lacan : ¿como está pensada en ese momento la heterogeneidad y la resistencia a la síntesis ?

Lo vamos a aplicar en el caso de Freud, próximamente, cuando leamos los artículos de 1915 sobre lo inconsciente, la represión y la pulsión y sus destinos, etc.. ¿Que relación hay entre la fijación pulsional, la represión primordial y la represión propiamente dicha?

En la primera enseñanza de Lacan, vimos, el año pasado, que la muerte tiene una función especial en relación a esta heterogeneidad básica de la estructura.

Veremos mas adelante otras maneras de pensar cómo un elemento heterogéneo a un conjunto puede afectar internamente a ese conjunto.

La posición neurótica, de última, siempre es un intento por incluir, por el orden de las razones (por eso siempre hay suposición de saber) al objeto en el seno del Otro, en tanto que lo único que le daría consistencia al Otro sería que tenga ese objeto.
El problema es que como trata de hacerlo por el orden de las razones, siempre se encuentra con que le falta una razón, lo cual conduce a que encuentra siempre al Otro como incompleto.

Cuando se encuentra, no con la incompletud del Otro, sino con el objeto, lo que encuentra del Otro es la inconsistencia, que no es lo mismo que la incompletud.

Por la incompletud siempre nos queda el refugio de la socialización de la castración.
En cambio la inconsistencia tiene otro estatuto. La diferencia entre uno y otro en términos lógicos es que un sistema es inconsistente en la medida en que se verifica que en algún punto de la deducción de sus teoremas, desde cierto conjunto de axiomas, algún teorema es indecidible.

Se pasa de la inconsistencia a la incompletud en la medida en que, para todo sistema lógico, la indecidibilidad se puede salvar por una operación de formalización a partir de otro sistema lógico. Pero eso hace del primer sistema un sistema incompleto, en tanto que solo puede resolver su indecidible, no por medio de sus propios recursos, sino apelando a los recursos de otro sistema. Esa apelación a un elemento externo torna al sistema inicial incompleto.

La neurosis es un poco esto : sobre el punto de lo indecidible, es decir, sobre el punto del goce, sobre el que el Otro no puede decir nada, puesto que es particular a cada cual, sobre ese punto sobre el cual el Otro no puede decidir, la estrategia de la neurosis consiste en transforma este punto en un punto de incompletud mediante una apelación.

La estrategia del análisis, de alguna manera es seguir la incompletud hasta agotarla, para alcanzar el punto de inconsistencia.
Quedarse al nivel de la incompletud es quedarse en esa roca viva de la castración que señala Freud : la envidia del pene o la protesta masculina.

El punto es llegar a la inconsistencia.

Esto es fundamental porque lo que hay que entender es que el paso del síntoma como patológico al síntoma como analítico requiere de un cierto cambio de la "consistencia" del goce implicado en él.

En tanto padecimiento su consistencia se basa en la repetición y la satisfacción asociada a la misma. Algo de esto debe poder modificarse para que en el lugar de la repetición y del goce comience a desarrollarse la cadena significante de la Asociación libre, comience a producirse saber.

A la pregunta "que quiere el Otro?", el sujeto responde con la repetición. Eso es el goce.

El asunto es como esto se transforma en un desarrollo epistémico sobre ese "que quiere?"

Y esa repetición no es "puro" retorno de lo reprimido, no es "solo" metáforas y metonimias. Es un "retorno" que implica dificultades clínicas y teóricas.

Retomaremos la próxima vez con el artículo sobre la Verneinung.

Notas

(x) Fragmentos de clases dictadas en abril de 1995 - Publicado en el número 3 de la revista Acheronta

(1) J. Lacan, Seminario XI "Los cuatro conceptos fundamentales del Psicoanálisis", Ed. Paidos, pag. 136

(2) S. Freud, "La represión", O.C. Ed. Amorrortu, Tomo XIV, página 142
En el capítulo VII de "Lo Inconsciente", O.C. Ed. Amorrortu, Tomo XIV, página 199, Freud dice que que esa fórmula, "según la cual la represión es un proceso que ocurre entre los sistemas Icc y Prcc (o Pc), con el resultado de que algo es mantenido lejos de la consciencia, sin duda tiene que ser modificada para incluir el caso de la dementia praecox y de otras afecciones narcisistas. Pero el intento de huida emprendido por el yo, que se exterioriza en el quite de la investidura consciente, sigue siendo de cualquier modo lo común {a ambas clases de enfermedad}".

(3) S. Freud, "Las neuropsicosis de defensa", O. C. Ed. Amorrortu, Tomo III, página 50

(4) ídem, página 51

(5) S. Freud, "La represión", O. C. Ed. Amorrortu, Tomo XIV, páginas 142/3

(6) ídem, página 59

(7) S. Freud, "Manuscrito K : Neuropsicosis de defensa", O. C. Ed. Amorrortu, Tomo I, página 263

(8) O. Manoni, "La Otra escena, claves de lo imaginario", Ed. Amorrotu, página 101

(9) S. Freud, "Carta 79", O. C., Ed. Amorrotu, Tomo I, página 314

(10) S. Freud, "El yo y el ello", O. C. , Ed. Amorrortu, Tomo XIX, página 19

(11) S. Freud, "Inhibición, síntoma y angustia", O. C., Ed. Amorrortu, Tomo XX, páginas 149 y 150

(12) S. Freud, "Lo inconsciente", O. C., Ed. Amorrortu, Tomo XIV, página 171

(13) S. Freud, "Análisis terminable e interminable", O. C., Ed. Amorrortu, Tomo XXIII, página 241

(14) J. Lacan, "Proposición del 9 de octubre", en "Momentos cruciales de la experiencia analítica", Ed. Manantial, pág. 12

(15) S. Freud, "Recordar, repetir y reelaborar", Obras Completas, Ed. Amorrortu, Tomo XII, pág. 156

(16) Idem, pág. 153/4

(17) J. Lacan, Seminario XIV "La lógica del fantasma", Clase del 15 de febrero de 1967, Edición trucha en francés, pág. 138

(18) Idem, Clase del 22 de febrero de 1967, pág. 147

(19) Idem, Clase del 15 de febrero de 1967, pág. 139

(20) S. Freud, "Las neuropsicosis de defensa", Obras Completas, Ed. Amorrortu, Tomo III, pag. 59

(21) S. Freud, "La perdidad de la realidad en la neurosis y la psicosis", Obras Completas, Ed. Amorrortu, Tomo XIX, pág. 195

(22) S. Freud, "La organización genital infantil", Obras Completas, Ed. Amorrortu, Tomo XIX, pág. 146

(23) Idem, pág. 147

(24) Idem, nota al pie de página número 4

(25) S. Freud, "Fetichismo", Obras Completas, Ed. Amorrortu, Tomo XXI, pág. 148

(26) Idem

(27) S. Freud, "La escisión del yo en el proceso defensivo", Obras Completas, Ed. Amorrortu, Tomo XXIII, pág. 277

(28) S. Freud, "De la historia de una neurosis infantil", Obras Completas, Ed. Amorrortu, Tomo XVII, pág. 73/4

(29) Idem, pág. 78

(30) Idem

(31) S. Aparicio, "Psicosis", en Escansión Nº 1, Ed. Paidos, pág. 102

(32) En esta, y en todas las veces, de ahora en más, en que indique referencias para dar cuenta de términos filosóficos o lógicos, sin señalar una fuente en particular, me estaré refiriendo al diccionario de filosofía de Ferrater Mora

(33) S. Freud, "Lo Inconsciente", Obras Completas, Ed. Amorrortu, Tomo XIV, pág. 184

(34) S. Freud, "La negación", Obras Completas, Ed. Amorrortu, Tomo XIX, pág. 253

(35) J. Hyppolite, "Comentario de Jean Hyppolite sobre la Verneinung, Escritos II, Ed. Siglo XXI, pág. 861

(36) J. Lacan, "Respuesta al comentario de J. Hyppolite", Escritos Y, Ed. Siglo XXI, pág. 373

(37) S. Freud, "Sobre un caso de paranoia descrito autobiográficamente", Obras Completas, Ed. Amorrortu, Tomo XII, pág. 66

(38) S. Freud, "De la historia de una neurosis infantil", Obras Completas, Ed. Amorrortu, Tomo XVII, pág. 33

(39) S. Freud, "La escisión del yo en el proceso defensivo", Obras Completas, Ed. Amorrortu, Tomo XXIII, pág. 275

(40) Idem, pág. 275/6

(41) J. Lacan "El Atolondradicho", Revista Escansión Nº 1, Ed. Paidos, página 28

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