Michel Sauval - Psicoanalista Jacques Lacan, Seminario "Lógica del fantasma", Lectura y comentarios de Michel Sauval

Sesión del 16 de noviembre de 1966
"Promesa de una lógica"

Notas de lectura y comentarios
La ubicación de las citas es indicada con paginación de la edición Paidós

Universo del discurso

1 - Verneinung

En el plano imaginario, se instaura “una relación exactamente inversa que la que vincula el yo a la imagen del otro” (18) (JAM y Paidós escriben con mayúscula “Otro”, ¿cuál sería la “imagen” del “Otro”?).

Veamos cómo se plantea esa forma de "anverso" y "reverso". El "yo" es doblemente ilusorio. En primer lugar, en tanto sometido a los avatares de la imagen, es decir, librado a la función de la renegación ("déni"), del “falso semblante” (apariencia engañosa). Pero es ilusorio también, en tanto instaura una lógica pervertida que supone que, en un momento primordial de la estructura, lo que es rechazado puede llamarse "no-yo". Y eso es justamente lo que Lacan cuestiona, ya que el orden que implica la entrada en juego del lenguaje no admite de ninguna manera una tal “complementariedad”. Esto vuelve a plantear la discusión sobre "la función de la negación", en particular, la Verneinung (1) y las relaciones entre el par Bejahung - Austossung y el narcisismo.

La filosofía tradicional, desde épocas de Platón, se ha debatido entre una forma u otra del planteamiento de este mismo problema: ¿dónde ubicar a "lo verdadero"? O, en términos más Heideggerianos, ¿dónde ubicar el fundamento de los entes? Esto, básicamente, no deja de operar como un “juicio de existencia”, en el sentido de poder definir lo que “existe” como cosa "verdadera", y como "fundamento" para todo juicio posterior acerca de la validez o no de la cualquier percepción o representación. El juicio de existencia, en ese sentido, para la filosofía, se plantea siempre como primero. En términos de Heidegger, esta es la estructura onto-teológica de toda metafísica.

Para Freud, en cambio, lo primero no es si algo existe o no, sino si algo me gusta o no, una primera "escición" entre "placer y displacer" (19), es decir, a partir de una “atribución”. Esta es una posición claramente materialista: la presencia de las marcas de la percepción no está en discusión. El punto de partida no es una especulación idealista acerca de la validez de las "representaciones". Un sujeto es el efecto de una serie de marcas materiales y no una entidad espiritual que se debate entre los engaños de los sentidos. El sujeto se constituye en una "atribución" respecto de estas marcas. Sin un sujeto que atribuya no hay nada. Lo primero, o anterior, es la oposición entre lo "bueno" y lo "malo", asociada a la cuestión de la atribución. Y a esto, Freud le superpone una división entre un "adentro" y un "afuera": "El yo-placer originario quiere, como lo he expuesto en otro lugar (Pulsiones y sus destinos), introyectarse todo lo bueno, arrojar de si todo lo malo. Al comienzo son para él, idénticos, lo malo, lo ajeno al yo, lo que se encuentra afuera(2). Así es como la relación entre lo "bueno" y lo "malo" deviene en la relación entre "yo" y "no-yo". En el siguiente párrafo Freud ordena estas relaciones, a partir del principio de placer: "El juicio nos abre acaso, por primera vez, la intelección de la génesis de la función intelectual a partir del juego de las mociones pulsionales primarias. El juzgar es el ulterior desarrollo acorde a fines de la inclusión (Einbeziehung) dentro del yo o la expulsión (Austossung) de él, que originariamente se rigieron por el principio de placer" (3). El yo se constituye a partir de este juego de inclusión/exclusión regido por el principio de placer. "La afirmación (Bejahung), como sustituto de la unión, pertenece al Eros, y la negación, sucesora de la expulsión (Austossung), a la pulsión de destrucción" (4)

El esquema que Lacan propone en el Seminario XI "Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis" - al que titula "la prueba por el objeto a" (5) - permite ordenar este "adentro" y "afuera" que se articula a partir del juicio de atribución primero, y la inmixión del narcisismo

El "Ich", el campo representado por el círculo de la izquierda, es el aparato que tiende a la homeostasis, el "yo" al que hace referencia Freud. "El Lust, por su parte, no es un campo propiamente dicho, sino lisa y llanamente un objeto, un objeto de placer que , como tal, se refleja en el yo. Esta imagen en espejo, ese correlato bi-unívoco del objeto es precisamente el Lust-Ich purificado del que habla Freud, es decir, la parte del Ich que se satisface con el objeto como Lust. El Unlust, en cambio, es lo que sigue siendo inasimilable, irreductible al principio del placer. A partir de esto, dice el propio Freud, se constituirá el no-yo. Este no-yo se sitúa, nótese bien, dentro del círculo del yo primitivo, hace mella en él, aunque el funcionamiento homeostático no logre nunca reabsorberlo. Allí está el origen de lo que encontraremos mas tarde en la función del objeto malo, como se lo llama" (6).

En las relaciones "adentro" - "afuera" que plantea Freud debe tenerse en cuenta la inmixión del narcisismo. La clave de este último consiste en que Freud, en 1914, convierte al "yo" en un objeto propio de la libido. Un objeto que, a diferencia del objeto de la pulsión, se presenta como un objeto "totalizado", "unificado". Pero esto no transporta el conflicto a la relación entre el "yo" y el "objeto" : el conflicto seguirá siendo entre el "yo" y la pulsión. Esto es importante porque el resultado de ello es que la reversibilidad entre el "yo" y el objeto nunca será total. Algo, en esta reversibilidad, se presenta como imposible. Se trata de un resto que se remonta a la originaria investidura del yo, a aquel "nuevo acto psíquico" necesario para que el narcisismo se constituyera. El yo del narcisismo sigue escindido pues un vasto número de pulsiones autoeróticas (por ende, anteriores lógicamente al narcisismo) no entran en esta síntesis que intenta duplicar al yo en el objeto de amor.

Este resto tiene la dimensión de hueco, y se articula al objeto de la pulsión. Por eso Lacan subraya que "lo que estructura el campo del placer ofrece ya una incipiente articulación posible de la alienación", tal como lo ejemplifica el esquema.Cuando Freud señala que el yo-placer (Lust-Ich) originario quiere "introyectarse todo lo bueno, arrojar de sí todo lo malo", no divide los campos en dos regiones especulares y reversibles, sino que, al diferenciarse el Lust-Ich (yo-placer), al mismo tiempo "cae el Unlust (lo "malo", lo "displacentero") fundamento del no-yo" (7). Este Unlust, como lo señalaba la cita de Lacan, "se sitúa dentro del círculo del yo primitivo". Lo perteneciente al registro del Unlust se inscribe en el yo como "no-yo", el cual se diferencia como cuerpo extraño : "fremde Objekt"

De este modo se produce, en este estadio primitivo, esa cercenadura que Lacan subraya en la dialéctica del sujeto respecto del Otro. Su fórmula es "no hay bien sin mal, no hay bien sin sufrimiento", donde este "no … sin" es el "pas … sans" al que asociará, en este Seminario XIV, la relación con la causa.Concluye Lacan, en esa sesión del Seminario XI, que "la dialéctica del inconsciente del sujeto no puede limitarse a la referencia del campo del Lust, a la imagen de los objetos benéficos, benévolos, favorables, pues hemos encontrado cierto número de objetos que, a fin de cuentas, no sirven para nada. Son los objetos a, el pecho, las heces, la mirada, la voz" (8) .

2 - Surgimiento del Sujeto

La falta instaurada por la estructura de la burbuja, que constituye la "estofa del sujeto" (19), no puede reducirse, de ningún modo, al término de la negatividad.
"El significante no es únicamente lo que soporta lo que no está ahí. Lo que no está ahí, el significante no lo designa, lo engendra. Lo que no está ahí, en el origen, es el sujeto mismo" (19).

En el origen no hay "Dasein" - salvo en el objeto a, es decir, bajo una forma alienada -, solo hay sujeto, por un significante, y para otro significante:

S, en tanto que lugar teniente del sujeto, no funciona más que para otro significante. La Urverdrangung o represión originaria es eso: lo que un significante representa para otro significante.
Y eso no muerde sobre nada, no constituye absolutamente nada. Eso se acomoda a "una ausencia absoluta de Dasein" (19).

Durante 16 siglos los jeroglíficos egipcios permanecieron solitarios e incomprendidos. Pero si no se hubiese considerado que cada uno de los significantes grabados en la piedra, como mínimo, representaba un sujeto para los otros significantes, nadie hubiera tomado eso como una escritura. "No es en absoluto necesario que una escritura quiera decir algo para quien sea, para que sea una escritura y para que, como tal, manifieste que cada signo representa un sujeto para el que le sigue" (19).

Un sujeto surge en el estado de sujeto tachado, como algo que proviene de un lugar en donde está supuestamente inscripto, hacia otro lugar en donde se inscribirá de nuevo, del mismo modo en que está estructurada la función de la metáfora en tanto modelo de lo que sucede en cuanto al retorno de lo reprimido:

Esta es la fórmula de “la función de la metáfora” que reproducen tanto la edición Seuil como Staferla y otras. La traducción Paidós, en cambio, pretende “corregir” este esquema escribiendo $ (S tachado) debajo del S’. Supongo que lo hace a partir de “interpretar” la mención al “sujeto tachado” que sigue a continuación. Pero la fórmula de la metáfora es con significantes, no con sujetos tachados, en particular porque el lugar del "sujeto" será el del "efecto de significado", de sentido, es decir, la “s” minúscula. Respecto a ese significante primero, el sujeto barrado - cancelado por ese significante - surge en otro lugar, que Lacan formula del siguiente modo:"el sujeto tachado como tal es lo que representa para un significante - el significante de donde surgió - un sentido" (20). De un lado queda un vacío, del otro un sentido.

Lacan señala que lo que entiende por "sentido" es lo que ya analizó cuando abordó la fórmula de Chomsky "colourless green ideas sleep furiously" (que ahora traduce como "des idées vertement fuligineuses s'assoupissent avec fureur", "ideas verdemente fuliginosas se adormecen con furor"), en la primera sesión del seminario "Los problemas cruciales del psicoanálisis" (9). El texto de donde Lacan toma esa frase es "Estructuras sintácticas" (10), en el cual Chomsky sostiene lo que es la columna vertebral de su pensamiento: la hipótesis del innatismo lingüístico. Para Chomsky cada individuo posee, al nacer, una gramática "universal" que con el tiempo, y gracias a un contexto social concreto, se convierte en una gramática "particular". En consecuencia, la tarea de la lingüística es establecer las reglas gramaticales que permitan engendrar, generar, todas las oraciones del lenguaje que sean gramaticales, y que no permitan engendrar ninguna oración que no sea gramatical.

Lacan cuestiona la prioridad que Chomsky otorga a la gramática respecto del sentido. Para Lacan, referirse al sujeto que habla es considerar los efectos de sentido, destacando la contradicción con que se encuentra Chomsky en tanto, por un lado, esta frase no tendría "significación" dado que, por ejemplo, colorless ("sin color") contradice a green ("verde"), pero por otro lado, Chomsky debe reconocer que esa frase es gramatical. Jugando con varios sentidos posibles de la misma, Lacan concluye que él podría hacerle decir a esta frase lo que él quisiera, y que "buscar en una cadena significante, gramatical, la significación, es una empresa de una futilidad extraordinaria" (11). Para Lacan, tomar el objeto de estudio de la lingüística olvidando el sujeto que habla solo puede conducir a "problemas cruciales" para el psicoanálisis. Cuestión que retoma ahora tomando las relaciones entre significación y referencia.

El objeto a cumple la función que Frege distingue del Sinn bajo el nombre de Bedeutung (12) , es "el primer referente, la primera realidad, la Bedeutung que permanece" (20) porque es todo lo que queda del pensamiento al final de todos los discursos. Esto puede recorrer, desde lo que el poeta puede escribir sin saber lo que dice cuando se dirige a su "madre inteligencia" (13), pasando por la mirada embargada que se transmite en el "nacimiento de la clínica" de Foucault, o la exposición de Guy Rosolato en el congreso de la Universidad Hopkins, con el título de "la voz en el mito literario" (14), hasta lo que queda de tantos pensamiento gastados en forma de fárrago seudocientífico en la literatura analítica.

3 - Metáfora e inconsciente

Estas referencias derivan en la discusión respecto a las interpretaciones que se han hecho de la fórmula de la metáfora como una especie de relación proporcional.

El hecho de injertar ("d'enter") un significante substituido (S') a otro significante (S) sobre la cadena, es la fuente y origen de toda significación (s).
Es lo que acaba de plantear respecto del surgimiento del $: "el sujeto tachado como tal es lo que representa para un significante - el significante de donde surgió - un sentido" (20)

.

La confusión se produce sobre la relación entre estos 4 términos

Para Perelman (15), la analogía es una similitud de relaciones, y la metáfora es una analogía condensada. El esquema típico de la analogia es la afirmación de que A es a B como C es a D (denomina "tema" al par que es objeto de discurso y "foro" al segundo, y gracias al cual se efectúa la transferencia). Habrá metáfora cuando, a partir de la analogía A es a B como C es a D, para designar A, se lo hace como el C de B o, incluso, cuando se afirma que A es un C. Si tenemos la analogía "la vejez es a la vida lo que el atardecer es al día", estaremos calificando metafóricamente a la vejez al decir que es el "atardecer de la vida", o incluso, simplemente un "atardecer" (16).
En suma, Perelman , funda la función de la metáfora en la relación de un significante con otro, en tanto un tercero lo reproduce haciendo surgir un significado ideal.
Para Lacan, los cuatro términos de la metáfora no deben hacernos olvidar que "su heterogeneidad pasa por una linea divisoria - tres contra uno - y se distingue por ser la del significante al significado". La metáfora es "el efecto de la sustitución de un significante por otro dentro de una cadena, sin que nada natural lo predestine a la funcion de "fora", salvo que se trata de dos significantes, reductibles, como tales, a una oposición fonemática" (17).

A partir de esa noción de la metáfora resulta la siguiente fórmula

donde la relación ( S'/s ) aparece dominando desde lo alto de un primer registro de inscripción, respecto del cual lo Unterdruckt, el otro registro, que sustantifica lo inconsciente, estaría constituido por esa extraña relación de un significante con otro significante ( S/S ) (22).
Esta discusión (que adquirirá un tono mayor en la sesión del 21 de diciembre, titulada "Interludio"), es con la ponencia de Laplanche en el coloquio de Bonneval de 1960, cuyo objetivo era reducir la fórmula de Lacan “el inconsciente está estructurado como un lenguaje
.

Esa estratificación de registros, que Laplanche pretende estructurar a partir de un mito de "lenguaje reducido" (18), es errónea por la sencilla razón que "está en la naturaleza de todo y de cualquier significante, el no poder, en ningún caso, significarse a si mismo" (23).

4 - El universo del discurso

La teoría de conjuntos solo puede funcionar a partir de un axioma llamado de "especificación".
Un conjunto se constituye a partir de otro, por la definición de ciertos x en el primero como satisfaciendo libremente (independientemente de toda cuantificación, un pequeño número o todo) una cierta proposición.
Para el caso, podemos plantear un conjunto cualquiera, definiendo la proposición que especifica allí los x, como siendo simplemente que "x no es miembro de sí mismo". Entonces, si tenemos el mito del "lenguaje reducido", siempre encontraremos un lenguaje que no lo es; por ejemplo, el conjunto de los significantes. Si admitimos que el significante no podría significarse a si mismo, lo propio del "conjunto de los significantes" es que comporta necesariamente que hay algo que no pertenece a ese conjunto. No es posible reducir el lenguaje, por la sencilla razón que el lenguaje no podría constituir un conjunto cerrado. En otros términos, "no hay universo del discurso" (23).

Esa expresión fue introducida por August De Morgan en 1847 (19) y fue luego mas conocida por el uso que hizo de ella George Boole en 1854 (20).
Los planteos de estos autores serán retomados por Lacan en las clases del 14 de diciembre del 66 y del 11 de enero del 67 (ver notas y comentarios). El primero, para su tratamiento del cogito cartesiano, y el segundo, en una ponencia de J.-A. Miller.

De Morgan nació en Mandura (India), en 1806 y fue un importante profesor de matemáticas. En particular, es uno de los fundadores, junto con Pierce, del álgebra de relaciones.
La idea de De Morgan, era considerar la negación como complementaria de los correspondientes términos positivos.
En ese sentido, lo negativo es el complemento del positivo, conformando entre ambos "un universo, es decir, un orbe de ideas que se expresa o entiende como si contuviera todo el asunto en discusión" (21).

Hay dos tautologías del cálculo de proposiciones que nos importarán, que fueron llamadas "leyes de dualidad", y mas comunmente, "leyes de De Morgan", que son :

Ø ( p Ù q ) « ( Ø p Ú Ø q )

Ø ( p Ú q ) « ( Ø p Ù Ø q )

Pero también hay otras dos leyes que reciben el mismo nombre pero que no son del álgebra de relaciones sino del álgebra de clases, que son :

(Ø A È Ø B ) = Ø ( A Ç B )

Ø ( A È B ) = ( Ø A Ç Ø B )

Esto tiene importancia porque este punto produce confusiones entre las clases del 66 y las de comienzo del 67 respecto del tratamiento que hace Lacan del cogito.

Boole, por su parte, consideró como universo del discurso la llamada "clase universal", simbolizada por la letra V, a la cual pertenece todo. El universo del discurso se define como la clase de todos los x tales que x = x.
De ahí el acento puesto por Lacan de que "no hay universo del discurso", a partir de que "el significante no puede significarse a si mismo", es decir, la imposibilidad de que x = x.

Posteriormente a Boole, se tendió a considerar la fórmula del "universo del discurso" como un universo lingüístico o conceptual, en tanto caracterizado por cierto modo de ser.
En otras palabras, se tendió a considerar que todo término que posee una connotación posee asimismo una denotación, no importando para el caso si el "objeto" es real o no.
Así tendríamos tantos universos del discurso como modos de ser, y viceversa.

Se articula con esto, la teoría de los "mundos posibles", que no dejan de ser diferentes modos posibles de ser.

Estos problemas ya se habian presentado, de un modo confuso, en el periodo ingenuo de la instauración de la teoría de los conjuntos, bajo la forma de lo que se llama "la paradoja de Russell".
Se la llama así, falsamente, pues no es una paradoja, es una imagen. El catálogo de todos los catálogos que no se contienen a si mismos, implica que, o se contiene a si mismo y contradice su definición, o no se contiene a si mismo, y entonces falla en su misión.

La fórmula que Lacan promete abordar a partir de la próxima sesión del seminario es "en el universo del discurso, no hay nada que contenga todo" (24), siendo especialmente prudentes con el manejo de lo que se llama "todo" y "parte".
Lo que exige distinguir el "uno de la totalidad" del "uno contable" (24).

Notas

(1) Jacques Lacan, "Respuesta al comentario de Jean Hyppolite sobre la Verneinung de Freud", Escritos 1, Editorial Siglo XXI, páginas 363-379.
El "Comentario hablado sobre la Verneninung de Freud", por Jean Hyppolite, está como apéndice en el segundo tomo de los Escritos, páginas 837-847

Ver también Michel Sauval "Comentarios sobre la Verneinung"

(2) S. Freud, "La negación", O.C., Ed. Amorrortu, Tomo XIX, página 254

(3) Idem, página 256

(4) Idem

(5) Jacques Lacan, El Seminario, Libro XI "Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis", Editorial Paidós, páginas 248 y 249

(6) Idem, página 248

(7) Idem, página 249

(8) Idem, página 250

(9) Jacques Lacan, "Problemas cruciales del psicoanálisis", sesión del 2 de diciembre de 1964
En esa ocasión Lacan va traduciendo y jugando con cada término de la frase de Chomsky, quedando la siguiente traducción: "d'incolores vertes idées dorment furieusement" ("Incoloras verdes ideas duermen furiosamente")

(10) Noam Chomsky, "Syntatic Structures", Mouton de Gruyer
Hay traducción castellana "Estructuras sintácticas" , editorial Siglo XXI
Esta cita es retomada también por Roman Jakobson, en el capítulo XIII de "La significación gramatical según Boas" de su libro "Ensayos de linguistica general", Editorial Ariel (Roman Jakobson, "Essais de linguistique générale").

(11) Jacques Lacan, "Problemas cruciales del psicoanálisis", sesión del 2 de diciembre de 1964

(12) Gottlob Frege, "Sobre sentido y referencia" ("Uber Sinn und Bedeutung") y "Consideraciones sobre sentido y referencia", ambos textos publicados en G. Frege, "Ensayos de semántica y filosofía de la lógica", Editorial Tecnos

(13) Poesía de Paul Valéry: "Par la surprise saisie / une bouche qui buvait / au sein de la poésie / en sépare son duvet / O ma mère intelligence / de qui la douceur coulait / quelle est cette négligence / qui laisse tarir son lait...", de "Poésie", en "Charmes", Gallimard, 1929

(14) Intervención de Guy Rosolato en el Simposio Internacional de la Universidad John Hopkins, de octubre de 1966, que tuvo por título "The Voice and the Literary Myth". Incluida en "The languages of criticism and the sciences of mann".
Rodriguez Ponte, siguiendo a Diana Estrin en "Lacan, día a día", remite erróneamente a un trabajo de Charles Morazé, titulado "Literary Invention"

(15) Chaim Perelman, "Traité de l'argumentation", "Tratado de la argumentación"..
Lacan ya había respondido a este texto, en una presentación realizada el 23 de junio de 1960, e incluida, como segundo apéndice en sus Escritos, con el título "La metáfora del sujeto" ("La métaphore du sujet")

(16) Chaim Perelman, "Analogía y metáfora en ciencia, poesía y filosofía", Revista de Estudios Sociales n° 44, 2012, Universidad de los Andes, Bogotá, Colombia

(17) Jacques Lacan, "La metáfora del sujeto", Escritos 2, Editorial Siglo XXI, página 848
Fora: Adverbio de lugar; esta palabra se encuentra desusada actualmente; se define a la parte exterior, externo o superficial de algo. Perelman denomina con ese palabra al segundo término de la analogía

(18) Jean Laplanche y Serge Leclaire, "El inconsciente, un estudio psicoanalítico" (en particular el capítulo IV, redactado por Laplanche), incluido en "El inconsciente (Coloquio de Bonneval)", Siglo XXI Editores

(19) August De Morgan, "Formal Logic; or the Calculus of Inference. Necessary and Probable" , Taylor and Walton, London

(20) George Boole, "An Investigation of the Laws of Thought", Walton and Marbely, London; "Investigación sobre las leyes del pensamiento", Editorial Paraninfo

(21) Ferrater Mora, "Diccionario de Filosofía", Tomo 2, página 853

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