Michel Sauval - Psicoanalista Jacques Lacan, Seminario "Lógica del fantasma", Lectura y comentarios de Michel Sauval

Sesión del 14 de diciembre de 1966
"Del grupo de Klein al cogito"

Notas de lectura y comentarios
La ubicación de las citas es indicada con paginación de la edición Paidós

Arreando ovejas

1 - Cogito ergo sum

Lacan aborda el análisis del cogito, realizando un tamiz de los textos de René Descartes donde reseña las fórmulas del cogito.

Estas diferentes expresiones dan lo opción de elegir, por ejemplo, entre "cogito ergo sum" y "cogito ego sum".
Lacan comienza con la primera, "cogito ergo sum", susceptible de ser abordada como una relación de implicación (a partir del "ergo" entre "ego" y "sum"). Tras la puesta en suspenso de todo saber posible, Descartes concluye en que, mientras sea posible afirmar el acto de pensar, sería verdadera y necesaria la existencia. El "ergo", del "ergo sum sive existo" es un "ergo" de necesidad, en una relación de implicación, para la cual es únicamente en la medida en que la segunda proposición - "sum", "yo soy" - fuese falsa, que podría rechazarse ese vínculo. En cambio, no hay ningún inconveniente en que el "yo pienso" ("cogito") sea falso ya que para que la fórmula pueda aceptarse como implicación válida, basta que la consecuencia sea verdadera.

Podemos poner la connotación de verdad sobre un vínculo de un falso primero y un verdadero después, pero no a la inversa.

Esta escritura, en tanto reguladora del funcionamiento de la operación lógica, sobrepasa el cogito precisamente en esto: que lo único que hace ahí, es representar un funcionamiento más primordial de algo, y "es de ahí que depende el verdadero estatuto del sujeto, y no de su intuición de ser 'el que piensa'" (75).
Esa "intuición" (de ser "el que piensa") solo está fundada en el deseo de Descartes que orienta de manera tan decisiva su cogitación en ese terreno de la evacuación progresiva de todo lo que es puesto a su alcance respecto a la función del saber.
Si no estuviera ese deseo de Descartes, el "cogito" podriamos traducirlo con otros términos. Por ejemplo, "puto ergo sum", lo cual tendría otro nervio, otro estilo (4).
Pero lo que está escrito primero es "cogito".
Cogito, en latín, significa también "élaguer" = "retrancher d’un ouvrage d’esprit les parties inutiles" = podar las partes inútiles de algo.

Lacan recuerda ciertas funciones donde el sujeto no se encuentra sencillamente en posición del "ser agente" sino en posición de sujeto profundamente determinado por el acto mismo del que se trata.
Las lenguas antiguas tenían otro registro: la "diátesis media", la voz media.

La mayoría de las lenguas del mundo no simétricas, es decir, que poseen un marcaje o posición distintiva para el sujeto y el objeto, poseen una voz directa para expresar la relación entre el agente y el paciente, llamada voz activa o directa, y una forma en que el paciente puede tener el marcaje y la posición del agente con tal que el verbo admita una marca de esa «inversión» de roles temáticos. La forma con "inversión" de papeles temáticos recibe el nombre de “voz pasiva” en las lenguas nominativo-acusativas (aquellas en la que el sujeto de un verbo intransitivo y el sujeto de un verbo transitivo reciben un tratamiento diferente del objeto directo del verbo transitivo) y de “voz antipasiva” en las lenguas absolutivo-ergativas (aquellas en la que el sujeto de las construcciones intransitivas se marca de la misma forma que el objeto de las transitivas, y el sujeto de las transitivas se marca en una forma diferente). En las lenguas simétricas no suele existir ningún tipo de voz inversa (pasiva o antipasiva)

En suma, la voz media designa que el proceso o la acción del verbo afectan al sujeto, que el agente es también el paciente. Por lo tanto, la distinción entre medio y activo se utiliza a veces para expresar dos aspectos de la misma acción. Esta construcción sólo se puede realizar con algunos verbos transitivos y consiste en que para el sujeto de la oración (al igual que en las construcciones perifrásticas y reflejas) existe una oración correspondiente en voz activa cuyo complemento directo es dicho sujeto.

Lacan refiere a un artículo de Benveniste sobre la voz activa y media en el verbo (5) (al que ya había recurrido en la sesión del 13 de junio de 1956). En el mismo, Benveniste retoma la distinción que hace Panini entre parasnaipada ("algo, para otro") y ātmanepada ("algo, para si") que, aplicada al verbo hindú "sacrificar", tiene voz activa cuando el sacerdote realiza el sacrificio a Brahma para un cliente, es decir, "para otro", y en cambio es voz media cuando realiza ese sacrificio en su nombre, es decir "para si" (77).

Obviamente, esto no se reduce sencillamente a una falla que habría que poner en alguna parte entre el sujeto del enunciado y el de la enunciación, ya que está el Otro, al que, con el sacrificio se busca hacer caer en la trampa del deseo (eso implica el "sacrificio", para Lacan). No es lo mismo buscar hacer caer al Otro en esa trampa en nombre propio que para un cliente.
Esto permite jugar a las analogias con la llamada "situación analítica": "¿quién oficia, y para quién?" (77).
Eso se parece a un oficio, que se le pide hacer, como ha de hacerlo el valiente Brahmin (el sacerdote), cuando tiene algo de oficio..

A modo de ejemplo, Lacan retoma la diferencia planteada y analizada en el seminario sobre "Las psicosis", entre "quien te seguiría" y "quien te seguirá".
En realidad, en 1956 utiliza dos expresiones homofónicas, "celui qui me suivras" ("el me seguirás") y "celui que me suivra" ("el que me seguirá"), donde la primera implica "una elección o un mandato", y la segunda solo "una constatación" (6).

Pero en esta ocasión, las expresiones que plantea Lacan son "celui qui te suivrai" ("quien te seguiría") y "celui qui te suivra" ("quien te seguirá"), que no solo ya no son tan homofónicas, sino que se plantean diferentes conjugaciones del verbo "seguir": no es la misma diferencia la que hay entre "suivra" y "suivras", de 1956, que la que hay entre "suivrai" y "suivra" de ahora. Como vimos, el primer par se traduce como "seguirás" y "seguirá" (con las diferencias semánticas señaladas), y ahora las conjugaciones son"seguiría" y "seguirá", es decir, con un condicional para el primer caso. Lacan señala que si hay dos que solo se reconocen por esta diferencia de tiempos, tras la opacidad del relativo y del "quien" que designa al sujeto, es porque no hay voz media en francés, que no se ve que "seguir" sólo puede decirse "sequor" (es decir, indicativo presente, y semántica de seguir como "tomar en cuenta" y "consecuencias"), por cuanto que, por el sólo hecho de seguir, no se es el mismo que de no haber seguido.

En suma, ahora no se trata de un Otro fundante como en el "tu eres" del seminario III "Las psicosis" sino que el sujeto está al nivel de la consecuencia, se funda en un acto, respecto del cual cabe aplicar el "pas-sans" (no hay sujeto sin acto analítico).
Se trata de un artificio técnico que somete la palabra a las solas leyes de la consecuencia, sin fiarse de nada más: eso debe enfilarse sencillamente.

El sujeto es más producto del acto que su agente.

2 - Cogito ego sum

El cogito es tratado luego como una conjunción donde se introduce el sujeto: ego cogito ego sum, "pienso y soy".

La división del yo y del no-yo no es muy antigua, pero antes de Descartes, nadie había considerado hacer girar la relación con el mundo en torno al "yo, soy yo". El precio con que se paga es "el hecho de haber botado el pensamiento a la basura" (78): el cogito es todo lo que examinó y echó al cesto.

El Otro con el que argumenta para obtener el reconocimiento de su propio ser, no le devuelve, a cambio de todo ese pensar que le ofrece, más que un conjunto vacio. El pensar es un vaciamiento del ser. Por eso, el sujeto de esta operación no se encuentra solo en posición de agente, sino en posición de sujeto determinado por ese mismo acto. El cogito acota el ser y el pensar al "je", y por esa vía introduce al sujeto (para el caso, como lugar de certeza).
Lacan busca sacar al ser del pensar, ubicar el ser del sujeto en otro lugar que no sea el pensar, y sin hipostasiarlo en ningún ideal

Al tomar el cogito como una conjunción, su negación, de acuerdo a las reglas de De Morgan, da una disyunción de las proposiciones negadas:
no ( p Ʌ  q ) = no p V no q
es decir "o no p o no q", con lo cual el cogito termina en la forma de la disyunción "o no pienso o no soy".

Sin mayores trámites, Lacan pasa de la lógica proposicional a la de clases, asimilando la conjunción a la intersección y la disyunción a la reunión, sobre las cuales se puede aplicar las mismas operaciones de las leyes de la dualidad o "leyes de De Morgan".
Para la negación de A y B, es decir, no (A y B), escribimos
.
Y si a esa negación le aplicamos las leyes de De Morgan, tendremos :

Para "ilustrar" estas relaciones Lacan utiliza los diagramas de Venn.

Tenemos dos conjuntos, A y B, y la reunión de sus negaciones se plantea como "o no-A, o no-B".
Es lo que se llama la "diferencia simétrica" (79), es decir, el conjunto constituido por los elementos de A que no están en B y los elementos de B que no están en A

Y la parte sombreada, excluida, es lo que se llama el "complementario" de .
La función de la negación, en tanto "lo que no es" este "A y B", recae en la intersección, en la parte sombreada.

Lacan anuncia que en la próxima sesión abordara todas las maneras de operar con el "pienso, luego soy".
Primero, con su puesta en falso: "pienso y no soy". Luego, con lo que sería la posición aristotélica: "no pienso donde soy".
El sentido de ese vel y el alcance exacto que allí la negación puede tomar nos permitirán abordar lo que se trata respecto del sujeto del inconsciente.

Notas

(1) René Descartes, "Oratio principalis de methodo", 1644
Original en francés: "Discours de la métode pour bien conduire la raison et chercher la véritée dans les sciences" (acompañado de "La dioptrique", "Les méteores", y "La géometrie"), 1637.
El párrafo referido está al comienzo de la cuarta parte:

"Sed statim | postea animadverti, me quia caetera omnia ut falsa sic rejiciebam, dubitare plan`e non posse quin ego ipse interim essem: Et quia videbam veritatem hujus pronuntiati; Ego cogito, ergo sum sive existo, ade`o certam esse atque evidentem, ut nulla tam enormis dubitandi causa `a Scepticis fingi possit, `a qua illa non eximatur, credidi me tut`o illam posse, ut primum ejus, quam quaerebam, Philosophiae fundamentum admittere";
"Mais aussitôt après je pris garde que, pendant que je voulais ainsi penser que tout était faux, il fallait nécessairement que moi qui le pensais fusse quelque chose; et remarquant que cette vérité: Je pense, donc je suis, était si ferme et si assurée, que toutes les plus extravagantes suppositions des sceptiques n'étaient pas capables de l'ébranler, je jugeai que je pouvais la recevoir sans scrupule pour le premier principe de la philosophie que je cherchais"

(2) René Descartes, "Meditationes de prima philosopha", 1641
Original francés "Les méditations métaphysiques", 1641
El párrafo referido está en la segunda meditación:
"De sorte qu’après y avoir bien pensé, et avoir soigneusement examiné toutes choses, enfin il faut conclure, et tenir pour constant que cette proposition : Je suis, j’existe, est nécessairement vraie",
"Adeo ut, omnibus satis superque pensitatis, denique statuendum sit hoc pronuntiatum, Ego sum, ego existo, quoties a me profertur, vel mente concipitur, necessario esse verum",
"De suerte que, habiéndolo pensado bien y habiendo examinado cuidadosamente todo, hay que concluir por último y tener por constante que la proposición siguiente: "yo soy, yo existo", es necesariamente verdader, mientras la estoy pronunciando o concibiendo en mi espíritu"

(3) René Descartes, "Inquisio veritatis per lumen naturale", incluido en "Opuscula posthuma, physica et mathematica";
En francés "La recherche de la vérité par les lumières naturelles",
En castellano "Investigación de la verdad por la luz natural" .
En este texto se desarrolla un largo diálogo entre varios personajes, principalmente entre Poliandre y Eudoxe, entorno a la cuestión de la duda, el pensamiento y la existencia.
En algún momento Poliandre dice "si je n'existais pas, je ne pourrais douter" ("si no existiera, no podría dudar").
Y más adelante Eudoxe expresa la fórmula que rescata Lacan: "il faut savoir ce que c'est que le doute, la pensée, l'existence, avant d'être entièrement convaincu de la vérité de ce raisonnement : Je doute; donc j'existe; ou, ce qui est la même chose : Je pense, donc j'existe", ("hay que saber lo que es la duda, el pensamiento, la existencia, antes de estar enteramente convencido de la verdad de este razonamiento: "dudo, luego existo", o lo que es la misa cosa: "pienso, luego existo"").

(4) El latín tiene muchos verbos que se pueden traducir como "pensar", incluidos: puto, opinor, arbitror, existimo, reor, censeo, cogito.
La diferencia semántica que podriamos indicar entre cogito y puto es que el primero significa más bien "pensar, reflexionar, sobre algo, pensar en hacer algo"; y el segundo implica más bien un "opinar, tener una opinión".
Puto
también tenía un sentido de "ajuste de cuentas", especialmente cuando se usa con la proporción. Sin embargo, se usa con mayor frecuencia puramente como una opinión personal

(5) Émile Benveniste, "Actif et moyen dans le verbe", publicado inicialmente en el "Journal de psychologie normale et pathologique" de principios de 1950, e incluido en la edición de "Problèmes de Linguistique Générale", Gallimard, 1966, capítulo XIV, páginas 168-173.

(6) Jacques Lacan, El Seminario, Libro III "Las psicosis", sesión del. 13 de junio 1956, Editorial Paidós, página 401

 

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