Mas allá del principio de placer
Sigmund Freud, Obras Completas, Amorrortu, Tomo XVIII, páginas 7 a 66

I - Principio de placer y circunstancias que lo contrarían

II - Neurosis traumática y fort-da

En las neurosis traumáticas, el enfermo está fijado psíquicamente al trauma.

El juego infantil del fort-da. El fort saluda la partida de la madre y los juguetes, y el da saluda su reaparición. Mas allá de la interpretación inmediata acerca del logro cultural del niño en esta renuncia pulsional, surge la pregunta de cómo se concilia con el principio de placer que repitiese en calidad de juego esta vivencia penosa de la partida de la madre. Sobre todo teniendo en cuenta que era el primer acto (el de la partida de la madre) el reproducido con frecuencia incomparablemente mayor.

La pregunta que plantea estas dos situaciones (las neurosis traumáticas y el juego infantil del fort-da) es: "¿Puede el esfuerzo (drang) de procesar psíquicamente algo impresionante, de apoderarse enteramente de eso, exteriorizarse de manera primaria e independiente del principio de placer?" (16).

Una primera interpretación sugeriría el paso de la posición pasiva en la situación con la madre a la posición activa en el juego con los juguetes, y la ganancia de placer de este trueque de "la pasividad del vivenciar por la actividad del jugar".
También podríamos considerar que en el acto de tirar los juguetes se consumaría una venganza contra la madre por su partida, al estilo "no te necesito".

"Una estética de inspiración económica debería ocuparse de estos casos y situaciones que desembocan en una ganancia final de placer; pero no nos sirven de nada para nuestro propósito, pues presuponen la existencia y el imperio del principio de placer y no atestiguan la acción de tendencias situadas mas allá de este, vale decir, tendencias que serían mas originarias que el principio de placer e independientes de él" (17)

III - La compulsión de repetición

El psicoanálisis era inicialmente "un arte de interpretación". Pero luego el centro de gravedad recayó sobre las resistencias.

El enfermo "se ve forzado a repetir lo reprimido como vivencia presente, en vez de recordarlo, como el médico preferiría, en calidad de fragmento del pasado" (negritas mías, subrayado Freud) (18).Esta reproducción tiene siempre por contenido un fragmento de la vida sexual infantil (complejo de Edipo) y regularmente se juega (se escenifica) en el terreno de la transferencia.

¿Cómo hacer inteligible esta "compulsión de repetición"?
Lo inconsciente, lo reprimido, no ofrece resistencia alguna a los esfuerzos de la cura y no aspira a otra cosa que a irrumpir en la consciencia o hasta la descarga. La resistencia en la cura proviene de los mismos estratos y sistemas superiores que en su momento llevaron a cabo la represión. Pero estos también son inconscientes, por eso el conflicto no es entre inconsciente y consciente sino entre "el yo coherente y lo reprimido": "la resistencia del analizado parte de su yo"(19) La compulsión de repetición, por lo tanto, es de lo reprimido inconsciente.

Ahora bien, ya hemos visto casos de displacer así, que no contradicen el principio de displacer. Son casos, en general, en que la satisfacción de un proceso es displacentera para otra instancia psíquica.
Lo nuevo, sin embargo, es que "la compulsión de repetición devuelve también vivencias pasadas que no contienen posibilidad alguna de placer, que tampoco en aquél momento pudieron ser satisfacciones, ni siquiera de las mociones pulsionales reprimidas desde entonces" (20)

"Los neuróticos repiten en la transferencia todas estas ocasiones indeseadas y estas situaciones afectivas dolorosas, reanimándolas con gran habilidad" (21). Y eso que el psicoanálisis revela en los fenómenos de transferencia, también se encuentra en la vida de personas no neuróticas, en las que tenemos la impresión de un destino que las persiguiera.

Este "eterno retorno de lo igual" nos sorprendería menos cuando se trata de un conducta activa, pero también nos sorprende en casos en que la persona parece vivenciar pasivamente algo sustraído a su poder.

"En vista de estas observaciones relativas a la conducta durante la transferencia y al destino fatal de los seres humanos, osaremos suponer que en la vida anímica existe realmente una compulsión de repetición que se instaura más allá del principio de placer" (22)

"La hipótesis de la compulsión de repetición (...) nos aparece como más originaria, mas elemental, mas pulsional [Triebhaft: lo impulsivo, apasionado, irreflexivo, lo opuesto a la conducta racional y esclarecida] que el principio de placer que ella destrona" (23)

IV - La protección antiestímulo. El apronte angustiado

Freud señala que lo que hay en este capítulo, es sobre todo especulación.

El aparato psíquico tendría una protección antiestímulo frente al mundo exterior. Y llamamos traumáticas a las excitaciones externas que poseen fuerza suficiente para perforar la protección antiestímulo. Cuando ocurre una situación así el principio de placer queda abolido y "la tarea planteada es la de dominar el estímulo, ligar psíquicamente los volúmenes de estímulo que penetraron violentamente a fin de conducirlos, después, a su tramitación" (29) Para ello es movilizada energía para crear una enorme "contrainvestidura".

En función de estas especulaciones, podríamos entender la neurosis traumática "como el resultado de una vasta ruptura de la protección antiestímulo". Correlativamente, podemos considerar el apronte angustiado como "la última trinchera de la protección antiestímulo". Los sueños traumáticos buscarían "recuperar el dominio sobre el estímulo por medio de un desarrollo de angustia cuya omisión causó la neurosis traumática" (31)

Esos sueños traumáticos, así como aquellos que nos devuelven el recuerdo de los traumas psíquicos de la infancia, ya no serían cumplimientos de deseos."Mas bien obedecen a la compulsión de repetición, que en el análisis se apoya en el deseo (promovido ciertamente por la sugestión) de convocar lo olvidado y reprimido".

V - La pulsión de muerte I

Las mociones que parten de las pulsiones no obedecen al tipo de proceso nervioso ligado, sino al del proceso libremente móvil que esfuerza en pos de la descarga. "La tarea de los estratos superiores del aparato anímico sería ligar la excitación de las pulsiones que entra en operación en el proceso primario. El fracaso de esta ligazón provocaría una perturbación análoga a la neurosis traumática, sólo tras una ligazón lograda podría establecerse el imperio irrestricto del principio de placer (y su modificación en el principio de realidad). Pero hasta ese momento, el aparato anímico tendría la tarea previa de dominar o ligar la excitación, desde luego que no en oposición al principio de placer, pero independientemente de él y en parte sin tomarlo en cuenta" 35)

¿Como se entraman lo pulsional con la compulsión de repetición?

"Una pulsión sería entonces un esfuerzo, inherente a lo orgánico vivo, de reproducción de un estado anterior que lo vivo debió resignar bajo el influjo de fuerzas pertubadoras externas; serían una suerte de elasticidad orgánica o, si se quiere, la exteriorización de la inercia en la vida orgánica" (36)

Este carácter conservador de las pulsiones lleva a suponer que la meta de toda vida es la muerte, ya que lo inanimado estuvo antes que lo vivo. En ese sentido, las pulsiones de autoconservación no serían mas que "pulsiones parciales destinadas a asegurar el camino hacia la muerte peculiar del organismo y a alejar otras posibilidades de regreso a lo inorgánico que no sean las inmanentes": "el organismo sólo quiere morir a su manera" (39) El organismo vivo lucha contra influencias que podrían ayudarlo a alcanzar su meta vital por el camino mas corto. "Esta conducta es justamente lo característico de un bregar puramente pulsional, a diferencia de un bregar inteligente" (29) Las pulsiones que cuidan del destino de las células germinales son conservadoras en el mismo sentido que las otras, en cuanto espejan estados anteriores de la sustancia viva, pero por esta finalidad (conservan la vida por lapsos mas largos), son las genuinas pulsiones de vida.

VI - La pulsión de muerte II

"Todo ser vivo tiene que morir por causas internas" (43)

"Desde que las células del cuerpo se dividieron en soma y en plasma germinal, una duración ilimitada de la vida individual habría pasado a ser un lujo carente de finalidad (...) Desde entonces el soma de los seres vivos superiores perece por razones internas en periodos determinados, pero los protistas han permanecido inmortales" (45)

Estudio de los protozoos.

Repaso de las concepciones del conflicto pulsional, y los problemas que genera en ellas la inclusión del yo.

¿El masoquismo primario podría ser un ejemplo de pulsión de muerte? (53)

"Si no queremos abandonar la hipótesis de las pulsiones de muerte, hay que asociarlas desde el comienzo mismo con unas pulsiones de vida. Pero es preciso confesarlo: trabajamos ahí con una ecuación de dos incógnitas" (55)

Este tercer paso de la doctrina de las pulsiones "no puede reclamar la misma certeza que los dos anteriores, a saber, la ampliación del concepto de sexualidad y la tesis del narcisismo. Esas innovaciones eran transposiciones directas de la observación a la teoría (...) La afirmación del caracter regresivo de las pulsiones descansa también, es cierto, en un material observado, a saber, los hechos de la compulsión de repetición. Sólo que quizá he sobrestimado su importancia" (57)

VII - Lo que no puede tomarse volando hay que alcanzarlo cojeando !!

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