Comentario de Textos

Lectura y comentario de
"La cosa freudiana"

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Michel Sauval - La relación de exclusión

Tercera Parte (x)

Volvamos entonces a donde habíamos quedado la vez pasada.

Hoy tenemos que abordar la cuestión de ese hacer analítico consistente en un "aportar" .. algo. ¿Qué cosa?... "el signo primordial de la exclusión", que connota el vel lógico de la alienación.

La reunión pasada la dedicamos a analizar el primer párrafo de esta página 602 de los Escritos I, de la sección de "la acción analítica", y el párrafo referido a la "significación decisiva", de la página 601.

Los volvemos a leer, incluyendo de ahora en mas las correcciones de traducción que ya señalamos.

El párrafo de la página 601 dice :

" la significación decisiva para nosotros de la alienación constituyente del Urbild del yo aparece en la relación de exclusión que estructura desde ese momento en el sujeto la relación dual de yo a yo".

El primer párrafo de la acción analítica dice :

" Por eso enseñamos que no hay en la situación analítica dos sujetos presentes sino dos sujetos provistos cada uno de dos objetos que son el yo y el otro, dando a este otro el índice de una a minúscula inicial. Ahora bien, en razón de las singularidades de una matemática dialéctica con las cuales habrá que familiarizarse, su reunión en el par de los sujetos S y A solo cuenta en total con cuatro términos, por la razón de que la relación de exclusión que juega entre a y a' reduce a las dos parejas así anotadas a una sola en la confrontación de los sujetos".

Respecto de las correcciones de la traducción que remiten a la "razón", subrayemos que la primera es "en razón", y la segunda es "por la razón de que". Ambos aspectos señalan diferentes modos de implicar a la "razón" en la operación de reunión.

Es :

- "en razón de" ..... las singularidades de una matemática dialéctica; y

- "por la razón de que" ... la relación de exclusión reduce los pares a-a' a uno solo ..

La partícula "por" acentúa la dimensión de la causa en tanto que la partícula "en" subraya el carácter formal del proceso u operación.

Las traducciones "en virtud de" y "debido a que" respetan este distingo y, en ese sentido, son muy acertadas. Pero no subrayan suficientemente el carácter lógico de estas relaciones.

En otras palabras : la "reunión" de los sujetos es acorde a la ratio (a la razón, a la formalidad, que implican las singularidades de cierta matemática dialéctica). Pero a la misma se llega "por la razón", la necesariedad lógica, que impone la relación de exclusión que juega entre los a-a'. La "reunión" solo "cuenta" 4 términos por la relación de exclusión.

Y los elementos "comunes", condición necesaria para que la reunión dé menos que la suma, no son los S, sino los a-a'.

El lazo social queda definido a esta altura por la intersubjetividad simbólica que escribe el esquema Lambda. La palabra distingue, en esta relación intersubjetiva, las posiciones S y A. Por eso los S no son los elementos comunes. En su "reunión" surge el distingo, básicamente como las posiciones del hablante y del oyente.

Esa articulación entre los sujetos, que es la palabra, eso que organiza la intersubjetividad como modo del lazo social, no puede realizarse sino es a partir, o en relación a, cierto imbricamiento con el nivel imaginario. Los sujetos S, para transformarse en el par S-A, requieren de cierto imbricamiento entre sus objetos a-a'.

Y este imbricamiento sigue cierta lógica particular : se realiza a partir de la desaparición de uno de los pares a-a', y la estructuración del restante en lo que Lacan llama la "confrontación de los sujetos".

Los diferentes registros no juegan en forma independiente. Se articulan en la constitución de ese lazo social, que a esta altura de la enseñanza de Lacan, es planteado en términos de la función de la palabra y el campo del lenguaje.

Por eso los S no son los elementos comunes. De todas maneras, esto lo vamos a retomar.

Es de hacer notar, no obstante, en todo esto, que el estatuto de los elementos es algo que se establece retroactivamente a la misma operación de reunión : la diferencia entre S y A es algo retroactivo y no a priori; es el resultado del acto de la palabra. El sujeto ..... de la palabra, el sujeto que, como señala Lacan en "Variantes...", "supone" el acto de la palabra, es .. precisamente ... supuesto!! ......se constituye en ese mismo acto de la palabra. Tendremos que ver mas en detalle, entonces, cual es el agente de ese acto.

Pero, por ahora, el asunto es, ¿qué pasa con los pares a-a' en la operación de reunión?

Hay algo propio, interno, a la relación imaginaria a-a', que es la razón por la cual uno de esos pares desaparece, constituyendo dicha "desaparición" el fundamento de la "comunidad" de dichos pares. La exclusión es algo interno a la relación a-a'.

La estructura de "la alienación constituyente del Urbild del yo" puede reconducirse a, o pensarse desde, la lógica del vel de la alienación que encontramos, por ejemplo, clara y ampliamente desarrollada a la altura del Seminario XI.

El 'o tu - o yo' puede ordenarse desde el 'o bien - o bien'. Y la prueba de ello la constituye la acción analítica misma.

La vez pasada señalábamos que el Estadio del espejo se plantea como una precipitación desde una insuficiencia a una anticipación.

Tenemos un primer tiempo, presubjetivo, donde no hay nada mas que el real biológico.

En un segundo tiempo, que es a partir del cual se constituye la subjetividad, tenemos esa imagen en la que el sujeto se aliena.

Y en un tercer tiempo, este paso anterior se revela como la ruptura del circulo del Innenwelt al Umwelt y el engendramiento de "la cuadratura inagotable de las reaseveraciones (récolements) del yo"; es decir una serie infinita de reemparchamientos o remiendos de esa primera imagen.

Una vez planteada la relación a-a', a' remite a una a'', y esta a una a''', y así sucesivamente como en los juegos de los laberintos de espejos. Esta reduplicación al infinito constituye la alienación propiamente dicha.

Lo que debemos comprender es que lo que ella revela es que esa insuficiencia biológica de la prematuración, ese real biológico, no deja de inscribirse en la subjetividad al modo de otro tipo de "insuficiencia" : insuficiencia de toda imagen para garantizar la unidad del Uno, insuficiencia de ser, insuficiencia de la imagen/significante para dar cuenta de esa ruptura con lo natural, es decir para dar cuenta de esa muerte en la, y a partir de la, cual se constituye ese sujeto.

"La acción analítica"

Vamos entonces al párrafo que tenemos que analizar. Lo volvemos a leer :

"En esta partida entre cuatro, el analista actuará sobre las resistencias significativas que lastran, frenan y desvían a la palabra, aportando él mismo al cuarteto el signo primordial de la exclusión que connota el 'o bien - o bien' de la presencia o de la ausencia, que desentraña formalmente la muerte incluida en la Bildung narcisista. Signo que falta, obsevémoslo de pasada, en el aparato algorítmico de la lógica moderna que se intitula simbólica, y que demuestra en él la insuficiencia dialéctica que la hace todavía inepta para la formalización de las ciencias humanas".

Insisto en leer y releer una y otra vez el texto que tenemos que analizar porque entiendo que no se puede entrever lo que allí se dice (en este texto como en cualquier otro sometido a cierta exégesis) si no se tiene lo suficientemente "presente" cada uno, y el "conjunto", de los términos entre los cuales habrá que hurgar.

Bien, aquí tenemos varios puntos para desmenuzar antes de poder hilar las conclusiones :

 

"el analista actuará..."

"..el analista actuará..."

Actuar es un verbo que deriva de un sustantivo : acto.

Acto proviene del latín actum que es un sustantivo derivado del participio pasado de agere, que significa "hacer".

En español es habitual hacer de este sustantivo un verbo. Pero en francés no. En español se dice "el analista actuará". Pero en francés no se hace verbo de acto. Al menos no de esa forma. Pueden verificarlo constatando que el Petit Robert (P.R.) no trae el verbo actuar, pero sí el sustantivo acto.

En francés se dice "agir", término que deriva directamente del agere latino al que hacíamos referencia antes.

Agir tiene (lo mismo que acto, por derivación) un fuerte sentido jurídico. Significaba, originalmente, accionar judicialmente, y aún conserva ese sentido. Y todos sabemos que solo se acciona judicialmente cuando se está interesado en algo. En otros términos, se trata de un hacer que implica al agente.

También significa realizar una actividad que transforma, mas o menos, lo que es (en particular al propio agente). Como dice Claudel :"ce n'est pas être, pour un homme, que de ne pas agir"("un hombre no es si no actúa, "no es ser, para un hombre, de no actuar"), es decir, el ser del hombre depende del actuar, el actuar hace a su ser.

Agir también se usa para dar cuenta de la modalidad del hacer. El equivalente en español, en este caso, estaría del lado del sentido que se asocia al verbo "comportarse", o "portarse".

Pero lo mas interesante que tiene el verbo agir, sin embargo, radica en el extenso uso que tiene con el pronombre impersonal ( calcado de su uso en latín como agitur de). Así, agir señala lo que está en causa, abordado o tratado en la ocasión. En español el uso mas cercano para este sentido es el de "se trata".

En particular, esta es la vía por la cual se puede subrayar un deber relativo al hacer, lo importante en la conducta que debe seguirse.

Estos señalamientos vienen a subrayar la importancia de ciertas cuestiones de gramática para pensar la dimensión del hacer, y en particular del acto analítico.

No es lo mismo decir "acto analítico" que decir "el analista actúa". "El analista actúa" nos ubica en plena voz activa, con la expresa equivalencia entre sujeto y agente del acto en la persona, o del lado del, analista. El "acto analítico" deja en suspenso la respuesta a la cuestión del agente.

Transformar sustantivos en verbos es algo que no ocurre de la misma manera en todos los idiomas. En inglés, por ejemplo, una palabra es sustantivo o verbo por su ubicación en la frase. Drink puede ser tanto un sustantivo como un verbo, lo mismo que dog.

Esto abre posibilidades muy especiales. En particular, su aprovechamiento no deja de ser uno de los aspectos principales que marcan a la poesía inglesa.

Por ejemplo, en "El mercader de Venecia", a poco de comenzar, Shakespeare le hace decir a Gratiano:

"There a sort of men, whose visages
Do cream and mantle
like a standing pond;
And do a wilful stillness entertain,
With purpose to be dress' d in an opinion
Of wisdom, gravity, profound conceit;
As who should say, ' I am Sir Oracle,
And, when I ope my lips, let no dog bark !'

O my Antonio, I do know of these,
That therefore only are reputed wise
For saying nothing; when, I am very sure,
If they should speak, would almost damn those ears,
Which, hearing them, would call their brothers fools
."

 

Esto es traducido por Luis Astrada Marín como :

"Hay una especie de hombres cuyos rostros son semejantes a la espuma sobre la superficie de un agua estancada, que se mantienen en un mutismo obstinado, con objeto de darse una reputación de sabiduría, de gravedad y profundidad, como si quisieran decir : ' Yo soy el Señor Oráculo, y cuando abro la boca, que ningún perro ladre !'

Oh, mi Antonio! Sé de esos que solo deben su reputación de sabios a que no dicen nada, y que si hablaran, inducirían, estoy muy seguro, a la condenación a aquellos de sus oyentes que se inclinan a tratar a sus hermanos de locos".

Como agrega Gratiano, les "diré mas sobre el asunto en otra ocasión" ! Saben que no elijo los ejemplos al "tun tun". Pero no nos vamos a detener ahora, ni en las correcciones de traducción ni en el texto en si.

Solo marco lo subrayado.

"Do cream and mantle ..." es traducido como "son semejantes a la espuma sobre la superficie".

Les diré que, a pesar de lo espantosa que me parece, no es de las peores traducciones que he leído.

Cream es "crema" y mantle es "manto" . Por supuesto que, es ante todo el arte del poeta el que hace jugar la polisemia de cada término en las combinaciones que construye. Pero podríamos decir que, en este caso, el hecho de poder usar estos sustantivos como verbos ayuda, y mucho. Pues permite subrayar, no que los rostros "son semejantes a ...", sino que esos rostros son los agentes, los hacedores de esa semejanza.

Si estuviese permitido decirlo traduciría esto como que estos rostros "mascarean..", haciendo de máscara un verbo. Y mas precisamente "cremean" y "mantean". Estas cosas no están admitidas aún en el diccionario de la R.A.E.

Como ven, mas allá de lo imposible de toda traducción, para acercarnos a esta, por lo menos en este caso, solo nos queda el recurso de la paráfrasis.

En el español, en cambio, como en francés, una palabra se reconoce como un verbo o un sustantivo, en general, por el tipo de terminación que tiene. Tragar se distingue de trago. Los verbos terminan en ar, er, ir, y los sustantivos en vocal. Lo que no impide las excepciones, como por ejemplo "yugular", que es tanto sustantivo como verbo.

Uno de los efectos de estas formalizaciones, en nuestro idioma, es que acentúan el uso de los verbos en la voz activa, obligándonos cada vez mas al uso de la paráfrasis para dar cuenta de las modalidades de las voces pasiva y media.

Creo que "agir" está mas cerca que "actuar", de esa modalidad de la voz media. Y eso tiene importancia para pensar el acto analítico. Estas consideraciones no dejan de hacer eco a una indicación que da Lacan en la clase del 14 de diciembre del 66, en el Seminario XIV, cuando remite a un artículo de Benveniste sobre la voz media en sánscrito y el oficio religioso del Brahma, para luego preguntarse acerca de las analogías respecto de la situación analítica, en particular para preguntar por ¿quien oficia?, y ¿para quien?, en dicha situación. Cuestión retomada en la clase del 18 de enero del mismo seminario cuando dice que "no es sino en un mundo de lenguaje que el sujeto de la acción va a surgir, así como la pregunta que lo soporta, a saber : para quien actúa? (pour qui agit-il?)".

 

En síntesis, y empalmando con las cosas que dijimos antes sobre el "trabajar", cuando decimos "el analista actúa", no habría que pensar en el analista como la persona, el sujeto del derecho , del inconsciente, etc. Como dijimos en ese momento, cuando el analista actúa como tal, mantiene una posición atópica respecto des esas condiciones de "trabajador", "sujeto", "persona", etc.

Cuando decimos "el analista actúa", en el sentido de agir, debemos mantener en reserva, todavía, la cuestión del agente del acto.

Bien, sigamos.

 

"En ...."

"En esa partida entre cuatro, el analista actuará ..."

El analista actúa en, y no con (como figura en la versión en español), esa partida. Quiere decir que no es un elemento externo al cuarteto. Su acción no consiste en, desde afuera, agregar o importar algo extraño a esa estructura de partida.

Esto puede parecer contradictorio con lo que sigue en la misma frase, puesto que, según la versión en español, "el analista actuará......aportando él mismo al cuarteto, el signo primordial de la exclusión...".

Ya nos vamos a abocar a este "aportar".

Pero antes veamos esto del "al".

Si fuera así, en francés tendría que decir au, pero la versión en francés dice dans, es decir "en". Tanto dans, como "en", provienen del latín popular intus, y son preposiciones que, según el P.R., "indican la situación de una persona o una cosa en relación a aquello que la contiene", donde situación viene a expresar lugar, modo o tiempo, de esa contención.

"..aportando ... al (a el).." da el sentido de un agregado. Pero la traducción correcta seria "..aportando ... en el ...".

El "aportando" se realiza "en" el cuarteto mismo. No hay un "afuera" del cuarteto (porque tampoco hay un "adentro"). Hay la estructura de este cuarteto, en la cual la acción analítica, no por ser particular deja de ser acorde a la misma.

El analista no introduce nada nuevo al cuarteto que no sea el manejo particular de ciertos "elementos" o aspectos de esa misma estructura cuaternaria, tal como lo indica Lacan en un párrafo de "Variantes de la cura tipo" (que en instantes vamos a analizar) cuando dice que "el analista se distingue en que hace, de una función que es común a todos, un uso que no está al alcance de todos cuando porta la palabra".

Tendremos que ver cual es el lugar que designa ese "en".

Pasemos entonces al "aportar".

" .. aportando ...."

¿Cómo "actúa" el analista ??

Aportando, él mismo, algo.

Según el diccionario de la lengua española de la real academia española (R.A.E), "aportar" significa llevar, conducir, o traer; que son los mismos sinónimos usados para "portar".

También significa contribuir, añadir, o dar.

Jurídicamente implica el llevar cada cual la parte que le corresponde al grupo o ámbito social de pertenencia. Mas comúnmente, llevar bienes o valores, el marido o la mujer, a la sociedad conyugal

Puede parecerles que nos empezamos a ir por las ramas, pero no es así. Para alimentar vuestra paciencia les recuerdo lo que Lacan señala en la página 567 de los Escritos 2, a poco de empezar el artículo sobre "La dirección de la cura y los principios de su poder", cuando comienza a enumerar las cosas que el analista deberá pagar/aportar "en el depósito de fondos de la empresa común" con el paciente. Habrá entonces que relacionar, mas adelante, ese algo que "aporta" el analista ("el signo primordial de la exclusión"), con lo que en "Dirección de la cura .." figura como las cosas con las que el analista debe pagar para "cumplir" con su "cuota" en esa "empresa común".

 

Sigamos entonces.

"Aportar" tiene la raíz "portar", a la cual se le agrega este "a". "Aportar" proviene del latín aportãre, que resulta de la conjunción de ad y de portãre.

Esta partícula a no remite, por lo tanto, al prefijo derivado del griego ? que denota privación o negación, sino que deriva del ad latino. En tanto tal se la usa, o como preposición, en cuyo caso el diccionario de la R.A.E. da al menos 24 posibilidades de las mas variadas, o como prefijo ... "sin significación precisa", según expresa aclaración del mismo diccionario. Es decir que esa partícula permite una polisemia increíble, muy vasta. Y por la misma razón, no deja de jugar, también, como una partícula asemántica.

"Portar", por su parte, proviene de portãre, que pertenecía al latín popular, siendo el correspondiente término literario o culto ferre, que significa "ayuda", "favor" (¿podríamos agregar, quizás, de nuestra parte, "oficiar"?).

Para el diccionario de la R.A.E. significa llevar o traer, es decir los mismos sinónimos que para aportar.

Luego agrega :

Del P.R., en francés, señalemos los siguientes significados.

Para aportar (apporter) encontramos :

Para el verbo "portar", los sentidos que podemos subrayar del P.R. son :

En tanto verbo transitivo directo

Como verbo pronominal (se porter)

Doy todos estos sentidos porque, para tratar de entender que quiere decir esto de "aportar, él mismo, al cuarteto, el signo primordial de la exclusión", vamos a pasar primero por un párrafo de "Variantes ..." que juega ampliamente con esta variedad semántica.

 

" .. porta la palabra."

En la página 337 de los Escritos I, en "Variantes de la cura tipo", Lacan usa el término portar para definir la acción analítica. Allí dice que :

"el analista se distingue en que hace de una función que es común a todos los hombres un uso que no está al alcance (a la portée) de todo el mundo cuando porta la palabra".

El analista porta la palabra (¿Cual?, ¿la del paciente ? ¿ qué palabra ??)

Y este portar (que no deja de hacer eco con ese fuera del alcance/portée de todo el mundo) es un término subrayado en el texto por el propio Lacan.

La función de la palabra es algo común a todos los hombres. ¿ En qué sentido "común"? ¿En el sentido de algo que no siendo privativo de ninguno, pertenece o se extiende a varios? ¿O en el de algo corriente, recibido y admitido de todos, frecuente y muy sabido?

Hago estas preguntas, en realidad, no para plantear que haya que optar entre ellas, sino para subrayar los matices en juego.

La función de la palabra no es algo particular, sino algo común : atributo de todos, sabida por todos. En la palabra cada cual no se reencuentra mas que como participe en una propiedad o un saber ..... común !!!

Ahora bien, el analista "hace un uso" especial de esa función. Ese uso especial consiste en "portar la palabra". Y es ese uso especial, en cuanto tal, el que no está al alcance de todos. Es decir, la palabra no es algo "portable" por todos.

¿Cual es entonces el o los usos que sí están al alcance de todos? Evidentemente aquellos que mantengan a la función de la palabra en su dimensión común ( no deja de ser interesante pensar en una definición general del lazo social como el conjunto de los modos de mantener a la función de la palabra en su condición de común, los modos de comunización de la palabra)

En cambio, la palabra, en tanto "portada" (casi podríamos decir "bien portada"), dejaría de ser una función común a todos.

Estos detalles son necesarios para poder entender lo que sigue :

"Pues es efectivamente eso lo que hace (el analista) para la palabra del sujeto, aún con solo acogerla ... en el silencio del oyente".

 

El portar la palabra es lo que el analista hace ... "para la palabra del sujeto".

Podríamos entonces pensar que no es la mismo "la palabra", a secas digamos, que porta el analista, que "la palabra del sujeto". Todo depende de como entendamos este "para".

"Para" es una de las posibles traducciones de pour, que es el término que figura en la versión en francés. "Para" es una preposición con la que se denota el fin o término a que se encamina una acción.

La otra traducción de pour, y la que comparte la misma etimología, es "por" (del latín pro, "delante"), que funciona como preposición con la que se indica la persona agente en las oraciones en pasiva. Otro de sus usos interesantes es el reemplazo que hace del verbo traer (que era uno de los sinónimos de portar) antecedido de la preposición a (del latín ad), como por ejemplo cuando digo que "voy por leña".

Por el lado del francés, el P.R. señala, dentro del grupo de las significaciones que marcan la idea de intercambio, equivalencia, correspondencia o reciprocidad, el uso del "por" para indicar que se está tomando el lugar de, como cuando se dice agir pour quelqu'un (actuar o intervenir en nombre, o por, o en el lugar de, alguien), o cuando se dice que se hace algo pour le directeur (por/para el director), o pour le chef de service (por/para el jefe de servicio).

Creo entonces que la traducción "para" debe pensarse con ese trasfondo del "por" y las implicancias de :

(Con lo cual volvemos a encontrar este sentido de oficiante que mencionábamos antes en relación al Brahma del artículo de Benveniste)

Y prosigue :

".. aún con solo acogerla ( a la palabra del sujeto)... en el silencio del oyente". Es decir que el, o al menos uno, de los modos en que el analista hace lo que tiene que hacer por/para "la palabra del sujeto", consiste en acogerla en el silencio del oyente.

Este silencio, por su parte, "comprende (en francés es comporte, es decir "comporta") la palabra". No es ausencia de ruido sino un "callar en lugar de responder"("il se tait au lieu de répondre"). En el lugar de la respuesta, del responder, el analista calla, acoge la palabra del sujeto, se hace él mismo el silencio del oyente, ese que "com-porta la palabra". El analista anuda así un lugar con un hacer.

"Comprender", que es el término que figura en la versión castellana, es uno de los sentidos de "comportar".

"Comporter" (del latín cum y portãre, comportare = transportar, soportar) significa incluir en sí, ser la condición de, estar compuesto de, y también, conducirse, actuar de cierto modo (como verbo pronominal).

Quizás les parezca que estoy exagerando con esto del "portar". Es porque todavía no se han fijado en lo que sigue en los renglones siguientes :

"No iremos mas lejos por este camino antes de preguntar : ¿qué es la palabra? Y trataremos de que aquí todo lo que se diga sea efectivo".

Por supuesto, adivinen, ....en francés dice "et l'on essaiera qu'ici tous les mots portent"

Las palabras (mots) que siguen deben decir de que trata la palabra de un modo concordante con la estructura del "portar".

 

Como ven, en 10 renglones hemos encontrado 4 usos del portar :

No tenemos tiempo ahora para hacerlo, pero es un buen ejercicio tratar de articular cada uno de estos sentidos con cada una de las cuatro causas aristotélicas. Veremos si tenemos ocasión de hacerlo en el futuro.

Por hoy solo trataremos de dibujar como este "portar la palabra" no deja de ubicar al analista en el lugar de la causa de la palabra del paciente.

Resumamos lo leído hasta aquí.

El uso especial que el analista hace de la función de la palabra (la palabra en gral.), consistente en portarla, es algo que el hace para la palabra del paciente (la palabra en particular). Y uno de los modos en que esto se realiza consiste en acoger esta palabra del paciente en el silencio que la comporta : el del oyente.

Por lo tanto, "portar la palabra" no es equivalente a "portar la palabra del sujeto". Entre ambas expresiones hay una relación topológica homóloga a la que hay entre el silencio del oyente y la palabra del sujeto.

Un término que podría servir para ayudarnos a entender esta relación, es el que figura en o otro texto de Lacan : "solidaridad"

Lacan da una definición interesante de lo que seria el psicoanálisis, en un texto del 67 titulado "Del psicoanálisis en sus relaciones don la realidad", texto que pueden encontrar en el mismo "Intervenciones y Textos 2" de donde leíamos la conferencia sobre el síntoma en ginebra, a partir de la página 43.

En la página siguiente Lacan se pregunta que es lo que hay de común a todos los psicoanálisis, mas precisamente, qué es lo que hace que un psicoanálisis sea freudiano, planteando de ese modo, a este carácter de "freudiano", el rasgo común a los diferentes psicoanálisis, lo que hace que estos sean psicoanálisis.

Según Lacan, responder a esa pregunta "conduce hasta donde la coherencia de un procedimiento, cuya característica general se conoce con el nombre de asociación libre (pero que no se libra sin embargo), impone presupuestos sobre los que la intervención y, principalmente, la que aquí está en discusión : la intervención del psicoanalista, carecen de asidero".

Agregando, unos renglones después, que "el procedimiento es desde el origen solidario del modo de intervención freudiano" (el subrayado es de Lacan).

¿Lo vemos de nuevo?

Vamos al revés.

1) El modo de intervención freudiano es solidario de un procedimiento.

Como la pregunta es acerca de qué hace que un psicoanálisis sea freudiano, podemos cambiar freudiano por analítico y dejar de lado, por ahora, esta cuestión del "origen".

El modo de intervención analítico es solidario de un cierto procedimiento.

2) Este procedimiento tiene dos cosas : una "característica general" que se conoce con el nombre de asociación libre (AL), y una "coherencia".

3) Esta coherencia, amen de limitar esa supuesta libertad de la asociación haciéndola no tan libre, es la que impone ciertos presupuestos.

Es sobre estos presupuestos sobre lo que la intervención analítica carece de asidero.

¿En qué consiste entonces esa solidaridad entre el modo de intervención analítico y este procedimiento así definido ?

Mas adelante vamos a retomar esta pregunta mas a fondo, sobre todo para pensar en esta polaridad entre "coherencia" y "libertad" de la asociación.

Por ahora, y viendo la hora que es, solamente vamos a señalar lo siguiente.

Solidario proviene del latín jurídico in solidum = "por el todo". Significa común a varias personas, requiriendo de ellas que respondan por el todo, o cada una por la otra. Se dice por ende de las cosas que dependen las unas de las otras, que funcionan juntas.

De alguna manera son "solidarios" aquellos que son "partenaires". Y si el procedimiento, en su característica general, consiste en la convocatoria al sujeto de la asociación libre, podemos decir que el analista es aquél que hace de "partenaire" de la palabra que se despliega según el modo de la "asociación libre".

Bastará con acoger a ese despliegue "en el silencio del oyente", y estarán constreñidos, por así decirlo, a la posición analítica.

Pero también podemos decir que no habrá despliegue de esa palabra del sujeto sin un analista que soporte ese procedimiento cuya característica general es la asociación libre.

Es en el despliegue de la asociación libre que la palabra del sujeto dejará de ser una función "común" para "alcanzar" su particularidad. (en francés lo diríamos así : pour enfin mêttre à portée ...)

"Portar la palabra" es hacerse el "partenaire" de la asociación libre, es instaurar la asociación libre.

"Portar la palabra" no es hacerse esclavo de la asociación libre. Eso es lo que le corresponde al analizante, en tanto esa es la definición misma del "trabajar".

"Portar la palabra" es causar la asociación libre, en el viejo sentido del término griego "?????". Eso es lo que el analista hace "para" la palabra del sujeto. Ese es el uso, fuera del alcance (hors de la portée) de todos, que hace de esa función "común" a todos. Y si ese uso no está al alcance de todos ello se debe a que requiere de cierta operación o ubicuidad especial, por parte de quien hará de oficiante.

En su aspecto de función común a todos, la palabra se diluye en el campo del lenguaje. "Bien portada", por el contrario, revela otra cosa, mas precisamente, la cosa otra.

 

"..porta la palabra .."

Pasemos entonces a la palabra.

Para ello volvemos al párrafo de "Variantes .." que estábamos viendo.

Lacan señala, en la página siguiente, que "ningún concepto da el sentido de la palabra, ni siquiera el concepto del concepto, pues ella (la palabra) no es el sentido del sentido. Pero da al sentido su soporte en el símbolo que ella encarna con ( en francés es par = por medio de, a través de) su acto."

¿Cual es el símbolo que la palabra encarna por su acto?? ¿Qué relación hay entre ese símbolo, soporte del sentido, y el signo primordial de la exclusión?? (hemos estado dando muchas vueltas, pero no olvidemos de donde hemos partido, porque ahí es donde debemos volver)

¿Cómo podemos relacionar "portar la palabra" con el "aportar el signo primordial de la exclusión" ??

Primero veamos mas en detalle en qué consiste la palabra.

La palabra, señala Lacan en el renglón siguiente, "es un acto, y como tal, supone un sujeto".

Fíjense : la primera característica que indica de ese acto es que "supone un sujeto".

Cubre, al sujeto que la gramática convoca automáticamente confundiéndolo con el agente del acto (asociando acto a verbo y sujeto del acto a sujeto de la oración o proposición que incluya a ese verbo), bajo el manto de una suposición.

¿Cual es entonces la relación que hay entre el sujeto y el acto de la palabra??

¿Como interviene ahí la suposición?

Sigamos leyendo :

"Pero no basta (ce n'est pas assez) decir que, en ese acto, el sujeto supone otro sujeto..". El sujeto que supone el acto de la palabra es otro sujeto, es el sujeto de la intersubjetividad.

En otras palabras, la intersubjetividad no es mas que una suposición del sujeto. Pero aún mas, decir esto es todavía un modo insuficiente de decir aquello de lo que se trata. "No basta" con decir eso.

Pues "antes bien (el sujeto) se funda en él (en el acto de la palabra) como siendo el otro, pero en esa unidad paradójica del uno y del otro de la que hemos mostrado mas arriba que, por su intermedio, el uno se atiene ( s'en remet ) al otro para hacerse ( pour devenir ) idéntico a sí mismo". (subrayado mío)

"S'en remêttre" significa confiarse, fiarse (Remêttre proviene del latín remittere que significa renvoyer, laisser, es decir reenviar, dejar ir).

Atenerse significa arrimarse, adherirse a una persona o cosa teniéndola por mas segura; ajustarse a alguien en sus acciones.

En el acto de la palabra el sujeto se constituye en un fiarse de una suposición, se funda como otro, "se atiene al otro para hacerse idéntico a si mismo". Aquí también, como en el primer párrafo de la sección "La acción analítica", el esquema Lambda y la intersubjetividad simbólica, están fundadas a partir de la alienación constituyente del estadio del espejo.

Sea que lo pensemos por la imagen o por el significante, el sujeto se constituye a partir de los elementos del campo del campo del otro, en relación al campo del otro.

Ahora bien, en esta, como en toda delegación, al otro, algo hay allí que se pierde, que desaparece : la identidad propia. El sujeto confía y delega en el otro, la tarea de lograr esa identidad, la posibilidad misma de lograrla. Es decir que la única identidad posible para el sujeto es la que pueda llegarle del otro : que el Otro pueda nombrar su ser. "Pero - como dice Lacan en la página 333 de los Escritos I - esta imagen solo le es dada como imagen del otro, es decir le es hurtada. Así, el Yo no es una vez mas sino la mitad del sujeto; y aún así es la que él pierde al encontrarla".

El "ser" del sujeto solo se "realiza" (léase, si se quiere, simboliza) en la medida en que se incluye, inscribe en el Otro.

Pero esta inscripción/inclusión no es sin un resto. Y aquí es donde entra en juego el tema de la muerte, pues "solo al hombre esa imagen revela su significación mortal, y de la muerte al mismo tiempo : que él existe"(ídem) (subrayado mío).

Esta forma de pensar la muerte no es exactamente la misma que la que resulta de la lectura habitual de la expresión "el símbolo es el asesinato de la cosa", pues esta expresión, o al menos ciertas lecturas de ella, no indican con precisión la imposibilidad de eliminar todo resto de esa operación. "El asesinato de la cosa" por el símbolo indica una operación de sustitución : el símbolo reemplaza a la cosa, el lenguaje reemplaza a nuestra condición animal o natural.

Esta sustitución, habitualmente, no deja de pensarse como una sustitución metafórica, olvidando la heterogeneidad que hay entre los elementos en juego.

Y lo que con ello se olvida es el resto irreductible de esta operación. En lo que hay que fijarse, en esta expresión, es en el acto del asesinato, en el asesinato mismo, pues este es la parte de esa sustitución que queda fuera de la misma, que no es asimilable a la misma.

 

La constitución del sujeto vía delegación en el otro no es otra cosa que esta operación misma de sustitución de la "cosa" por el símbolo, de la identidad propia, del ser propio, si lo hubiese, por la identidad que nos provee el otro. Como se darán cuenta, las posibilidades que brinda esta vía para "devenir idéntico a si mismo" dependen de la posibilidad de la pureza de esta operación de sustitución.

Pero aquí se subraya que hay un resto en esa operación. Esa operación consiste en incluirse en lo simbólico. Pero esa inclusión misma, en tanto revela que una parte de lo que se incluye no alcanza a incluirse, no deja de testimoniar de la falta de un símbolo que pudiera realizar en forma acaba dicha sustitución.

Es lo que dice Lacan cuando, refiriéndose a la alienación constituyente del estadio del espejo indica, en ese párrafo que acabamos de leer, que "solo al hombre esa imagen revela su significación mortal, y de la muerte al mismo tiempo : que él existe"(ídem) (subrayado mío).

Existir no es lo mismo que ser.

Tal como está dicho aquí, la existencia implica la muerte del ser. Esa es la significación mortal. Lo muerto del ser es lo que de él falta al existir, el resto que hace incompleta, por así decirlo, a la sustitución.

Pero para esta "Bedeutung mortal" no hay símbolo que la haga "existir".

El símbolo que falta seria aquél que pudiese representar a la muerte misma, aquel que pudiese nombrar a la negatividad misma del lenguaje.

Ahora bien, esa negatividad del lenguaje, este permanente asesinato de la cosa, es el soporte mismo del sentido, de la significación.

En ese sentido, el símbolo que da sus soporte al sentido, y que es el que encarna el acto de la palabra, es ese símbolo que nombraría a esa negatividad esencial al acto de hablar.

(Los remito a la clase de mi seminario del año pasado en que analizamos en detalle la dialéctica Hegeliana).

Ese símbolo que falta, pero que aún faltando, no deja de ser, y sobre todo de soportar al sentido, este símbolo "de la muerte", está incluido en el seno de la palabra misma, en la medida en que esta no sea palabra vacía, sino palabra plena, es decir verdadera.

Que esta significación mortal es una Bedeutung lo explica Lacan, con otros términos, en la página 308 de los Escritos I, hacia el final de "Función y campo ...",donde podemos leer lo siguiente :

"Cuando queremos alcanzar en el sujeto lo que había antes de los juegos seriales de la palabra, y lo que es primordial para el nacimiento de los símbolos, lo encontramos en la muerte, de donde su existencia toma todo el sentido que tiene. Es como deseo de muerte, en efecto, como se afirma para los otros; si se identifica con el otro, es coagulándolo en la metamorfosis de su imagen esencial, y ningún ser es evocado nunca por él sino entre las sombras de la muerte.

Decir que este sentido mortal revela en la palabra un centro exterior al lenguaje es mas que una metáfora y manifiesta una estructura. Esa estructura es diferente de la especialización de la circunferencia o de la esfera en la que algunos se complacen en esquematizar los límites de lo vivo y de su medio : responde mas bien a ese grupo relacional que la lógica simbólica designa topologicamente como un anillo.

...es a la forma tridimensional de un toro a la que habría que recurrir, en virtud de que su exterioridad periférica y su exterioridad central no constituyen sino una única región" (subrayados míos).

Una nota a pie de página indica que estas son las premisas de la topología que pone en practica desde el 61.

 

Vamos por partes.

Lo que hubiese de ser del sujeto, antes de pasar a la existencia que brinda la palabra, y que es lo primordial para el nacimiento de los símbolos, lo encontramos en la muerte. Si hubiese un símbolo primero o primordial, deberíamos encontrarlo en la muerte. Y es de ahí que toma todo su sentido la existencia del sujeto.

En otros términos, en la muerte es donde deberíamos encontrar ese símbolo que la palabra encarna por su acto y que es el que da su soporte al sentido.

Pero ese "sentido mortal", y por ende su símbolo si lo tuviese, no forman parte del conjunto de los símbolos, es decir del lenguaje, sin por ello dejar de ser su centro. Y esto no es metáfora. Manifiesta una estructura.

Cerrando ...

Y como ya se está haciendo tarde, es hora de ir "cerrando", digamos que esta relación topológica no deja de ser la misma que Lacan plantea, en nuestro párrafo de "la acción analítica" respecto del signo primordial de la exclusión :

Si volvemos a la página 602 de los Escritos I leemos de ese signo, que "falta .. en el aparato algorítmico de la lógica moderna .... y que demuestra en él la insuficiencia dialéctica que la hace todavía inepta para la formalización de las ciencias humanas".

Se trata de un signo, que aún faltando en cierto conjunto de signos, "demuestra" en él algo, incide en él, es eficiente. Y justamente .. por faltar!!!

Si el analista es aquél que "porta la palabra", el partenaire de la asociación libre; y si la palabra es el acto por el que se encarna el símbolo que soporta al sentido, que de existir seria el símbolo de la negatividad, de la muerte; cuando el analista aporta el signo primordial de la exclusión, lo que "hace" es portar la palabra en el sentido de aportar la dimensión de la causa del despliegue de la palabra en el modo de la AL, aportar la heterogeneidad de ese campo del Otro que, no por ser heterogénea deja de ser eficiente, deja de ser causa.

En otros términos, aporta la causa objetal; aporta ese "centro exterior al lenguaje" que "el sentido mortal" de lo "primordial para el nacimiento de los símbolos" "revela en la palabra".

La dialéctica imaginario/simbólico encubre, sutura, esta realidad mortal, está significación decisiva.

El asunto es cómo hacer aparecer, en el lugar mismo del punto donde se estructura esa sutura, es decir, en el lugar de la relación de exclusión, en tanto la que estructura la relación dual de yo a yo, esa Bedeutung, esa significación que tiene relación con lo real.

La alienación imaginario/simbólica es una de las dimensiones de la causalidad psíquica, pero por detrás (y en cierto sentido, desde "antes") juega una segunda causa real : la muerte. Reencontramos así la lógica de la doble causalidad propia del psicoanálisis.

Lacan lo dice muy sencillamente en esa misma página 602 :

"el analista interviene directamente en la dialéctica del análisis haciéndose el muerto, ..., ya sea por su silencio donde es el Otro, .. , ya sea anulando su propia resistencia allí donde es el otro ....En los dos casos, ..., presentifica la muerte".

Toda la cuestión es no perder de vista qué quiere decir la muerte en todo esto y que operaciones implica este "hacerse el muerto".

Para eso dimos todas las vueltas que dimos hoy.

Lo que debemos comprender es que "hacerse el muerto" no se reduce a lo que ya ha devenido una especie de moralina : el analista no debe intervenir con su yo, no debe intervenir con sus ideales.

Como buena moralina esto no es mas que un ideal mas : el ideal del autocontrol del analista. Pues así planteadas las cosas, solo se trata del autocontrol de los ideales propios de los cuales el analista es consciente. Pero esto ubica su actuar al nivel de la conciencia, de su conciencia.

"Hacerse el muerto" tiene un valor lógico como operatoria que no se reduce a una actuación teatral.

La clase de hoy fue un poco larga. La próxima vez vamos a retomar este mismo párrafo de la página 602 . Retomaremos esta cuestión de la muerte y del yo, a ver si podemos terminar de dibujar esta operación que es la exclusión, y entender qué quiere decir que la acción analítica implica hacer caer esta exclusión sobre el analista, y que ese es el modo en que el analista queda ubicado, finalmente, en el lugar de la causa, del objeto.

Y para ver esas cosas tendremos que abordar la cuestión del vel de la alienación y sus relaciones con la exclusión.

Eso no ira llevando hacia el Parménides y el Seminario XIV (sucesivamente).

(sigue en la cuarta parte)

Notas

(x) Este comentario de fragmentos del texto "La cosa freudiana" fue realizada a lo largo de 4 clases, entre abril y junio de 1994

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