Michel Sauval - Psicoanalista Jacques Lacan, Seminario "La angustia", Lectura y comentarios de Michel Sauval

Notas y comentarios
Sesión del 14 de noviembre de 1962

El eje del movimiento

1 - Emoción

La emoción se asocia a la reacción catastrófica (1).
Esto permite delimitar la reacción catastrófica de la angustia propiamente dicha o, en otro sentido, señalar la limitación de esa noción para precisar la de la angustia.

Encontraremos un ejemplo de emoción en el caso de la joven homosexual femenina. Cuando la escena del acting out pierde su valor por la desaprobación que la joven percibe en la mirada del padre, lo primero que surge es "el supremo embarazo. Luego viene la emoción (...) La emoción la invade por la súbita imposibilidad en que se encuentra de hacer frente a la escena que le hace su amiga" (2) (ver notas y comentarios)

2 - "Emoi": ¿turbación? ¿conmoción?

Respecto de la traducción de "émoi" por "conmoción" o "turbación", es llamativo ver cómo una discusión interesante, como la planteada en su momento por Rodríguez Ponte respecto de la traducción de Irene Agoff, puede no obstante concluir en falacias y tonterias. Retomo lo interesante de esa discusión, ya que valdría también para la traducción que hace Enric Berenguer para la edición oficial en Paidos (coincidente con la de Agoff)

Para Rodriguez Ponte:

Argumentar una traducción apelando a los sentidos de la lengua receptora en el punto mismo donde Lacan, en la lengua de origen, se jacta de que "aquí la etimología me favorece de una manera literalmente fabulosa", sería contrasentido.
Pero tampoco estaría la solución en un diccionario etimológico del castellano, cuando Lacan siempre sostuvo lo que por ejemplo, entre mil otros, leemos en la sesión del 1º de Febrero de 1961, clase 10 del Seminario 8, La transferencia en su disparidad subjetiva, su pretendida situación, sus excursiones técnicas —establecimiento del texto, traducción y notas de Ricardo E. Rodríguez Ponte, para circulación interna de la Escuela Freudiana de Buenos Aires— a propósito del término agalma: "Sepan simplemente que es de la multiplicidad del despliegue de las significaciones que yo les desprendo la función central, que hay que ver en el límite de los empleos. Pues, desde luego, en la línea de la enseñanza que les doy, no tenemos la idea de que la etimología consiste en encontrar el sentido en la raíz".
Pero, y por sobre todo, ¿por qué no anticipar desde ahora, que en la sesión del 25 de Junio de 1963, anteúltima clase de este Seminario sobre La angustia, Lacan propondrá que "el émoi, en esta correlación, no es otra cosa que el a mismo", lo que a mi entender, dado el alcance de la apuesta —cf. las notas de "resto", de "real", de "causa", etc. que este peculiar "objeto" adquirirá en el curso de este Seminario—, desbarata cualquier intento serio de traducción?
Salvo que, tampoco, tenemos por qué suponer que Lacan, en la primera clase del mismo, tenía adquirido lo que ofrecería en la anteúltima, por lo que por el momento ofrezco una traducción, provisoria por todo lo antedicho, que juzgo preferible a la que por hoy suele emplearse.
Digo entonces que la palabra conmoción contiene en sus empleos una ambigüedad por la que remite tanto al sentido de un sacudimiento o perturbación violenta, al tumulto y al desorden, incluso a un movimiento sísmico, como, vía su empleo en medicina, a la pérdida de potencia en el aturdimiento de una conmoción cerebral, por ejemplo. Pero, fundamentalmente, la opción por conmoción para traducir émoi, aparte de —relativamente— ajustada, me parece preferible al término turbación por el que optó la versión IA, que unos párrafos más adelante, cuando Lacan diga L’émoi, c’est le "se troubler" le plus profond..., la obligará a "traducir" de esta manera: "El émoi es el turbarse más profundo..." para evitar la tautología. —

La siguiente, en cambio, es la nota n° 5 que Irene Agoff agrega en su traducción del seminario (Ficha de la Escuela Freudiana de Buenos Aires, p.119-120)

Aquí resulta imprescindible la remisión a la conferencia inaugural de este seminario, dictada el 14 de noviembre de 1962. Su versión castellana corresponde a la Ficha n° 18 de la Serie I, y en la página 6 de la misma Lacan expone las razones de su empleo del vocablo émoi. La nota de traducción (4) de esa Ficha apenas si dejó traslucir la dificultad de traducción de este término, acrecentada por el sentido específico que Lacan le reconoce y que funda en su etimología. La traducción de entrada, optó por "turbación", pero en ese primer tiempo no justificó la preferencia. Al respecto, puede decirse (sin que la argumentación siguiente se pretenda taxativa y, menos aún, concluyente):

Como señalaba anteriormente, la argumentación de Rodriguez Ponte en cuanto a las referencias etimológícas para precisar una traducción del término "émoi" es interesante pero su conclusión con la opción "conmoción" no me parece ni acertada, ni precisa o útil. Y la tomada de pelo por la eventual tautología en la que caeria Agoff es absolutamente desleal y caprichosa ya que la misma resultaría de las vicisitudes de la traducción de otro término: "troubler". En efecto, la frase completa, en francés, es: "L'émoi c'est le trouble, le se toubler en tant que tel, le se troubler le plus profond dans la dimensión du mouvement" (3), cuya traducción en Paidós es "la turbación (émoi) es el trastorno, el trastornarse en cuanto tal, el trastornarse mas profundo en la dimensión del movimiento" (4). La eventual tautología en la traducción de Agoff resulta de traducir "trouble" por "turbación" en lugar de "trastorno". El significado de "troubler" es "alterar la claridad, la transparencia / interrumpir o perturbar el curso normal de algo". Me parece que usar "trastornar" como traducción es preciso. De hecho, esto nos va acercando al sentido de "émoi".

Las referencias etimológicas a las que apela Lacan (5) conducen "hasta el latin esmagare, que significa hacer perder el poder, la fuerza" (6). Reencontramos esto en la sesión del 19 de diciembre 1962 donde Lacan asocia "émoi" nuevamente a "esmayer", que es "la evocación del poder que no aparece, la experiencia de lo que le falta a uno en la necesidad" (7).

El sentido de interrumpir, perturbar, "el trastornarse más profundo", es tomado en la discusión respecto a la traducción de un término de Freud. Lacan señala que "la traducción que ha sido admitida de Triebregung por émoi pulsional es del todo impropia, y precisamente por la distancia que hay entre la emoción y la turbación (émoi). La turbación (émoi) es trastorno, caída de potencia, la regung es estimulación, llamada al desorden, incluso al motin" (8).

Paradójicamente Triebregung ya fue utilizado por Lacan en el seminario 8 sobre la transferencia, en su análisis del esquema óptico y su variante N (retomado en este seminario en la sesión del 28 de noviembre, ver notas y comentarios), en un sentido más cercano a la asociación que hace, en este seminario, en la sesión del 26 de junio 1963, cuando dice que "la turbación ( émoi) en cuestión es, nada más y nada menos, que el a mismo, al menos en las correlaciones que tratamos de explorar (...) las relaciones entre el deseo y la angustia" (9) (ver notas y comentarios). En efecto, en el seminario 8, señala que "lo que constituye el Triebregung que está en función en el deseo - el deseo en su función privilegiada, distinguido de la demanda y de la necesidad - tiene su sede en el resto, al cual le corresponde en la imagen aquel espejismo por el que dicha imagen es identifica precisamente con la parte que le falta y cuya presencia invisible le aporta lo que se llama la belleza, su brillo (...) Este es el punto central en torno al cual se juega lo que tenemos que pensar de la función de a minúscula" (10).

Para JAM, si Lacan "se hubiese dado cuenta de que lo que constituye la Triebregung en función en el deseo tiene su sede en el objeto a, cosa que no dice [pero que si habría dicho en el seminario 8], el conjunto del seminario sería más legible" (11).

Notas

(1) Kurt Goldstein (Kattowitz, 1878-Nueva York, 1965) Psiquiatra y neuropsicólogo estadounidense de origen alemán. Fue director del departamento de neurología del hospital de Berlín y posteriormente, en 1935, se trasladó a EE UU. Influido por el gestaltismo, defendió la teoría de que el organismo funciona como un todo y la enfermedad lo modifica en su totalidad. Cada lesión cerebral provoca un trastorno determinado y es la reacción general del organismo la que permite comprender el síntoma. Entre las numerosas obras que escribió destaca La estructura del organismo (1934), donde figura un capítulo titulado "El fenómeno de la angustia", que sería al que refiere Lacan con su "sentido goldsteiniano".

(2) Jacques Lacan, El Seminario, Libro X, La angustia, Editorial Paidos, página 124

(3) Jacques Lacan, Le Séminaire, Livre X, L'angoisse, Seuil, página 22

(4) Jacques Lacan, El Seminario, Libro X, La angustia, Editorial Paidos, página 22

(5) Referencias etimológicas:

Dictionnaire historique de la langue française, Paris, Robert, 1992.

ÉMOI n. m. représente le déverbal (v. 1175, esmai: fin XHIe s., esmoï) de l'ancien français esmaier "inquiéter, effrayer", issu du bas latin exmagare "priver qqn de ses forces", de ex- privatif et de °magare, verbe hypothétique d'origine germanique auquel se rattache l'anglais mai/ (cf gotique et ancien haut allemand magen "avoir le pouvoir, la force"; on relève dans les langues romanes l'italien smagare "écourager", le portugais esmagar "écraser", l'ancien provençal esmagar, esmaiar "(se) troubler". P. Guiraud reprend l'hypothèse de Meyer-Lübke qui rattache exmagare à magus "sorcier" (- mage), le verbe signifiant proprement "faire sortir de soi en jetant un sort"; cette formation permet d'expliquer les variantes amaier, entmayer, l'espagnol amargar "menacer".
Émoi désigne un trouble provoqué par la crainte ou l'inquiétude. Le mot, très employé au XVIe s., tombe en désuétude à l'époque classique et est qualifié de "vieux mot" au début du XVIII siècle. II est repris au XlXe s. par les romantiques et les symbolistes (1835), avec les sens de "trouble agréable", d'ordre sentimental ou esthétique", "trouble provoqué par une émotion vive", mais reste littéraire. Les expressions en émoi, avec émoi concernent cet emploi.

Dictionnaire étymologique de la langue française, O. Bloch et W. von Wartburg (p. 219)

ÉMOI, XII" (esmais; esmoi apparait au XIII s., mais ne triomphe qu' au XVIo). Tiré de l'anc. verbe esmayer " troubler, effrayer" et "se troubler" d'où esmoyer, verbe encore usité dans les patois, lat. pop. *exmagäre "faire perdre son pouvoir, sa force", dér. de bonne heure du verbe germanique occidental *magan " pouvoir", cf. anc. haut all. et gotique magan "id." ,auquel se rattachent l'all. mögen et l'angl to may. Aussi it. smagare ° se décourager, port. esmagar " écraser", a. pr. esmagar, esmaiar " troubler, se troubler". Le sentiment linguistique rapproche aujourd'hui émoi du verbe émouvoir, d'où l'expression doux émoi (dp. 1835).

ÉMOTION , v. Émouvoir

ÉMOUVOIR. Jusqu'au XVIIe s. signifie aussi "mettre en mouvement". Lat. pop. *exmôvëre, lat. class. ëmovëre, qui signifie surtout "mettre en mouvement", d' où le sens d' "émouvoir" a dû se développer a basse ép., cf. it. smuovere "mouvoir, émouvoir", a. pr. esmover "id.". - Dér.: émoute, XIIs., sur le modèle de meute qui avait un sens analogue ; signifie d'abord "mouvement, émotion". (Encore chez La Fontaine, Fables, X, 3); le sens moderne ne parait pas antérieur au XVIIIe s.; émotion, 1538, d'abord "mouvement", d'où "agitation populaire", au XVIIe s., dér. sur le modèle de motion, alors de sens analogue, d'après le rapport de celui-ci avec mouvoir, d'où émotionner, 1829 ; émotif, fin XlXe, d'après emotus, part. passé de emovere.

Petit Robert, p, 627 Paris,1989.

ÉMOI [emwa]. n. m. (XlIIe; esmai, Xlle; de l'a. fr. esmayer "troubler", lat. pop. exmagare "priver de sa force", germ. magan). Littér. -1- Agitation, effervescence. "II avait faillit l'interner. Grand émoi dans le village" (Mart. du G.j. Etre en émoi. -2- Trouble qui naît de l'appréhension, ou d'une émotion sensuelle. V. Émotion. "Je vins m'asseoir à cote d'elle non sans émoi, car j'étais fort jeune " (Maurois). - ant. Calme

(6) Jacques Lacan, El Seminario, Libro X, La angustia, Editorial Paidos, página 23

(7) Idem, página 89

(8) Idem, página 23

(9) Idem, página 336

(10) Jacques Lacan, El Seminario, Libro VIII La Transferencia , Editorial Paidos, página 430

(11) Jacques-Alain Miller, "La Angustia. Introducción al Seminario X de Jacques Lacan", Editorial ELP, página 110

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