Michel Sauval - Psicoanalista Jacques Lacan, Seminario "La angustia", Lectura y comentarios de Michel Sauval

Notas y comentarios
Sesión del 12 de diciembre de 1962

Psicoanálisis, filosofía y terapéutica

El prejuicio al que se refiere Lacan, al comienzo de esta sesión del 12 de diciembre de 1962, de una supuesta oposición entre un psicoanálisis (1) de "carácter más filosófico" y otro que se ajustaría a una "experiencia mas concreta", no parece facil de extinguir, puesto que más de 40 años después de estas críticas de Lacan, sigue siendo habitual leer o escuchar críticas a las supuestas "complicaciones" teóricas de Lacan, acompañadas de imputaciones de supuestas carencias "clínicas", es decir, una reproducción de esa división según el esquema de teoría vs concreto.
No es casual, y no nos sorprende, puesto que dicha división responde a la pregnante e infinita repartición de los campos de la representación (el representante y la referencia), problema que retomaremos un poco mas adelante, cuando veamos el problema de las huellas (ver
notas y comentarios).

El punto es que, aunque el psicoanálisis no se ajusta a este reparto, Lacan no deja de utilizarlo para señalar los desplazamientos que implica respecto de cada uno de estos.

Por un lado, el psicoanálisis mantiene vínculos con la filosofía en la medida en que "cuestiona en el plano teórico el deseo de conocer" (2). No han faltado las comparaciones de estos cuestionamientos con la radicalidad que suele marcar cada innovación filosófica que busca constituirse como la última filosofía (Hegel, Heidegger, etc.). Pero, justamente, si hay algo que marca la diferencia del psicoanálisis con cualquier filosofía, es que el primero se sitúa "en un más acá, anterior al momento del conocimiento". Que estas discusiones, entonces, puedan darle al discurso de Lacan "cierto tinte filosófico", no significa que dicha enseñanza se transforme en un discurso sobre el conocimiento, es decir, en una filosofía.

Por similares razones, tampoco abandona Lacan la referencia a la "experiencia directa" a otra forma de "conocimiento", supuestamente mas "concreto", ya que el "lugar del deseo" reclama a la "posición terapéutica" no dejarse llevar "por una vía falsa". La indicación, que aún hoy no deja de escandalizar a muchos, que "en el análisis la curación viene por añadidura", nos recuerda que nada es mas vacilante que el "concepto de curación", y que no es este el que puede brindarnos un punto que nos garantice que "no hacemos trampa con lo que es nuestro propio instrumento, es decir, el plano de la verdad" (3).

"Lo que no hay que olvidar en ningún momento es que el lugar que hemos designado en este pequeño esquema como el de la angustia, ocupado actualmente por el (-), constituye un cierto vacío. Todo lo que se puede manifestar en este lugar nos desorienta, por así decir, en cuanto a la función estructurante de dicho vacío" (4).

El esquema al que refiere es esa combinación de esquema óptico y esquema N que hemos encontrado ya en las sesiones previas, y que figura del siguiente modo al comienzo de la estenotipia de esta sesión

Sigue, entonces, un debate respecto de ciertos experimentos, como una nueva vuelta sobre los diferentes abordajes que pueden engañarnos respecto del problema de la angustia (ver notas y comentarios)

Notas

(1) En los dos primeros renglones de la página 67 de Paidos (y 69 de Seuil) dice "un segmento del psicoanálisis", cuando en la estenotipia figura una corrección que indica "una enseñanza del psicoanálisis" (por lo que corresponde también cambiar el género de los pronombres que la refieren en lo que sigue de esa frase)

(2) La traducción de Paidos pone "cuestiona" para "met en cause". "Mêttre en cause", literalmente "poner en causa", tiene un sentido mas radical: acusar, atacar, impugnar, desenvolver un pleito, incriminar, inculpar, alegar, sospechar.

(3) En este contexto viene el ejemplo provocativo del segundo párrafo de la página 68 en Paidos que, por los problemas de traducción que plantea, sugiero comparar con la traducción que hace Rodríguez Ponte de la estenotipia:
"¿Acaso un análisis, que se termina con la entrada del paciente o de la paciente en el Tercer-orden, es una curación? Incluso si su sujeto se encuentra con ello mejor en cuanto a sus síntomas, cierta elección, cierto orden que ha reconquistado enuncia las reservas más expresas respecto de los caminos, desde entonces, a su modo de ver, perversos, por donde lo hemos hecho pasar para hacerlo entrar en el reino de los cielos"

(4) Página 68

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