Michel Sauval - Psicoanalista Jacques Lacan, Seminario "La angustia", Lectura y comentarios de Michel Sauval

Notas y comentarios
Sesión del 29 de mayo de 1963

El falo evanescente

Orgasmo y pulsión

En la sesión del 15 de mayo (ver notas y comentarios), Lacan planteó el orgasmo como equivalente de la angustia, ubicándolo en el campo interior del sujeto, dejando, provisoriamente, la castración en esa única marca -, y es evidente que no se puede separar su signo de la intervención del Otro como tal, que es quien amenaza de castración (1).

La indicación de esa equivalencia podría haber sido suficiente para entender la función del orgasmo y la satisfacción que comporta. Pero las preguntas de un par de alumnos relanza la cuestión de su relación con el goce y, en particular, puesto que se trataba de percibir la relación de un punto donde ya no haya angustia si el orgasmo la recubre, con el punto de deseo en tanto que se señala por la ausencia del objeto a bajo la forma del -, ¿que habría de esa relación en la mujer? (2)

Para ordenar la respuesta, Lacan precisa, primero, que no dijo que la satisfacción del orgasmo se identifique con lo que definió en el seminario sobre la Etica sobre el lugar del goce, y segundo, que no ve porqué el "poco de satisfacción" que aporta el orgasmo habría de ser el mismo, y en el mismo punto, que el otro "poco" que le es ofrecido en el coito a la mujer.
La satisfacción del orgasmo no es comparable con la satisfacción asociada al aplastamiento de la demanda, en el plano oral (3). En ese nivel, la distinción de la necesidad con la demanda es fácil de sostener. Pero que, en ese nivel eso no resuelva del todo donde situar la pulsión, en el nivel genital no podemos dudar en referir la estructura de la pulsión como siendo soportada por la fórmula $<>D ( $ relación de deseo a la demanda D) (4).
Por lo tanto, se plantea la cuestión de qué es demandado a nivel genital, y a quien.

Para esto Lacan vuelve a retomar la trajinada correlación, con sus referencias biológicas, de la aparición de la bisexualidad y la función de la muerte individual. Correlación que anuda estrechamente el acto de la copulación, por un lado, a la supervivencia de la especie; y por el otro, a lo que hemos teorizado bajo el término de "pulsión de muerte" (5).
En suma, lo que le demandamos a nuestro partenaire es que satisfaga una demanda que tiene cierta relación con la muerte, "la pequeña muerte". "La pulsión está intimamente ligada a esta función de la demanda" (6).
Lacan lo presenta con un juego de palabras: demandamos "faire l'amour" (hacer el amor), con el que, agregándole un "ir" al final, resultan varias opciones homofónicas: "faire l'amourir" (hacer el amorir), "faire la mourir" (hacer morir ahí), "faire l'amour rire" (hacer el amor reir), y hasta "mourir de rire" (morir de risa).

En efecto, si en el post orgasmo, lo que se satisfizo es esta demanda, es "una satisfacción a buen precio", puesto que uno sobrevive.

Para Lacan, la ventaja de esta explicación es dar razon de las apariciones de la angustia en cierto número de maneras de obtener el orgasmo, por ejemplo, como Freud ya lo señalaba desde su primera aprensión, el coitus interruptus (7).

Esto no significa que la angustia de castración sea una angustia de muerte. Es una angustia que se relaciona con el campo donde la muerte se anuda estrechamente a la renovación de la vida, es una angustia que, si la localizamos en ese punto, nos permite comprender que sea interpretable, en la última concepción de Freud, como la señal de una amenaza al status del "yo" (je) defendido (8). Ella se relaciona con el más allá de ese "yo" (je) defendido, en ese punto de llamada de "un goce que sobrepasa nuestros límites en tanto el Otro es evocado en ese registro de real, que es aquello por lo cual cierto tipo, cierta forma de vida, se transmite y se sostiene" (9).
Se trata de un real, de algo que mantiene lo que Freud articuló al nivel de su principio de nirvana como siendo esa propiedad de la vida, de deber volver a pasar, para arribar a la muerte, por formas que reproducen las que dieron ocasión, a la forma individual, de aparecer por medio de la conjunción de dos células sexuales.

Relaciones sexuales

Esto quiere decir, al nivel del objeto, que esa "satisfacción a buen precio" no es realizada satisfactoriamente si no en razón de que "el órgano nunca es susceptible de sostenerse mucho en la vía del llamado del goce" (10). En relación a este fin del goce, de alcanzar ese llamado del Otro en su término, que sería trágico, este órgano amboceptor "siempre cede prematuramente". En el momento en que podría ser el objeto sacrificial, por lo común hace tiempo que desapareció de la escena, que no es más que un trapito. Ya no está más que como testimonio, recuerdo de ternura para el partenaire.

En el complejo de castración, es de esto de lo que se trata, y solo se convierte en un drama en tanto que el cuestionamiento del deseo deposite toda su confianza en la consumación genital. Si relegamos ese ideal de culminación, dándonos cuenta de lo que tiene de estructuralmente, de felizmente, engañoso, no hay ninguna razón para que la angustia ligada a la castración no se nos aparezca en una correlación mucho más flexible con su objeto simbólico y en una apertura muy diferente con los objetos de otro nivel (11).

Con estas indicaciones, Lacan entiende que pueden ubicarse algunos aspectos en las relaciones entre el hombre y la mujer.
Por un lado, teniendo en cuenta la relación de la angustia con el deseo del Otro, la mujer se encuentra frente al hombre no sin cierta inquietud respecto de hasta donde la llevará ese camino del deseo.
En cambio, una vez que han hecho el amor, y el hombre se encuentra "desarmado", si ella no obtuvo de esa relación algún provecho sensible, por lo menos habrá ganado, a partir de ese fin, cierta tranquilidad respecto de las intenciones de su partenaire (12).

Retomando el capítulo del libro de T.S. Eliot, que ya mencionó en la sesión del 20 de marzo, cuando refería a la vieja teoría en la que Tiresias testimonia de la superioridad de la mujer en el plano del goce, Lacan señala el siguiente verso:

Original inglés
Traducción de Lacan
Traducción al castellano
When lovely woman stoops to folly and
Paces about her room again, alone,
she smoothes her hair with automatic hand,
and puts the record on the gramophon
quand une jolie femme s'abaisse à la folie
pour enfin se trouver seule,
elle arpente la chambre en lissant ses cheveux
d'une main automatique, et change de disque
Cuando una mujer hermosa se abaja a la locura y
vuelve a pasear por su habitación, sola,
ella se alisa el cabello con mano automática,
y pone el disco en el gramófono

Tal como mencionamos en ocasión de la discusión sobre "stoop" y "bend" respecto del caso de Lucia Tower (ver notas y comentarios), aquí Lacan cuestiona la traducción francesa de "stoop" como abandonarse (s'abandonne) y propone abajarse (s'abaisse), recordando que esa primera frase del verso es de una canción de la obra de Oliver Goldsmith, "El Vicario de Wakefield".

La versión de O. Goldsmith del abajamiento de la mujer a la locura es el siguiente:

When lovely woman stoops to folly,
And finds too late that men betray,
What charm can sooth her melancholy?,
What art can wash her guilt away?
Cuando la mujer hermosa se inclina a la locura,
Y descubre demasiado tarde que los hombres traicionan,
¿Qué encanto puede calmar su melancolía?,
¿qué arte puede lavar su culpa?

La alusión literaria hecha por T.S. Eliot yuxtapone valores y períodos de tiempo diferentes. En el siglo XVIII, cuando una mujer hermosa se abaja a la locura, la única forma de ocultar su vergüenza, la única solución cuando perdió la castidad y el hombre la traicionó, es la muerte. En el siglo XX, cuando una mujer hermosa se abaja hacia la locura, simplemente camina de un lado a otro, sola en su habitación, mientras se alisa el cabello con una mano automática y pone un disco en el gramófono.

Esa es la respuesta de Lacan a la pregunta que le hacían sus alumnos por el deseo de la mujer.
Ese deseo también está gobernado por la cuestión de su goce. Que de ese goce ella esté, no solo más cerca que el hombre, sino doblemente gobernada, es lo que la teoría analítica nos indica desde siempre.

El lugar de ese goce está ligado al carácter enigmático, insituable de su orgasmo, en un punto suficientemente arcaico para ser más antiguo que el tabicamiento presente de la cloaca, lo que ya fue perfectamente señalado por Joan Riviere (13).
El deseo no es el goce, y "está ubicado donde debe encontrarse según la naturaleza, es decir tubaria", "como lo designa el deseo de aquellas a quienes se llama histéricas" (14). Esto ya fue abordado en la sesión del 19 de diciembre del año anterior, cuando planteaba "transparentar la "tiniebla inviolada" que aún conserva "la naturaleza del orgasmo vaginal" (ver notas y comentarios, y notas a pie de página 14, 15 y 16 de esas notas).

Es porque el hombre nunca llevará hasta ese extremo la punta de su deseo que podemos decir que el goce del hombre y la mujer nunca se conjugan orgánicamente.
Es justamente en la medida del fracaso del deseo del hombre que la mujer es conducida a la idea de tener el órgano del hombre, en tanto que éste sería un verdadero amboceptor.
Es esto lo que se llama falo.

Y es porque el falo no realiza, si no es en su desvanecimiento, el encuentro de los deseos, que deviene el lugar común de la angustia

Lo que la mujer nos demanda al final de un análisis, conducido según Freud, es un pene, Penisneid, pero para hacer mejor que el hombre.
Y s
in el análisis, la manera de superar ese penisneid (si debemos presuponerlo) se evidencia en forma más ordinaria de la seducción entre los sexos: ofrecer al deseo del hombre el objeto del que se trata, el objeto de la reivindicación fálica, el objeto no detumescente, "hacer de sus atributos femeninos los signos de la omnipotencia del hombre, para sostener su deseo" (15).

Esto es lo que Joan Riviere aborda con su noción de la "femineidad como mascarada".
Por esa vía la mujer debe tener en poco ("faire bon marché") su goce, lo que da lugar a la renovación de la reivindicación fálica, que se convierte en rehén de aquello que se le demanda, que tome a su cargo el fracaso del Otro.

Lacan retomará está función del falo en la relación hombre mujer, en las próximas sesiones (utilizando para ello la lógica de los círculos de Euler).

Notas

(1) Jacques Lacan, El Seminario, Libro X, La angustia, Edición Paidós, página 282.

(2) Idem, página 283

(3) Ver, por ejemplo, en su Seminario IV, sobre "La relación de objeto y las estructuras freudianas", 1956-1957

(4) Traducción de la estenotipia.
Página 283 de la edición Paidós

(5) Traducción de la estenotipia.
Página 284 de la edición Paidós

(6) Traducción de la versión de Staferla.
En la página 284 de la edición Paidós dice: "la pulsión está íntimamente relacionada con la demanda de hacer el amor. Lo que demandamos es morir, incluso morirnos de risa", en una traducción coincidente con la versión Seuil (página 304).
En la versión de Roussan, en cambio, leemos lo siguiente: "la pulsion est intimement mêlée à cette fonction de la demande, que nous demandons à « faire l'amour » si vous voulez à « faire l'àmourir », c'est à mourir, c'est même à mourir de rire", que podemos traducir del siguiente modo: "La pulsión está intimamente ligada a esta función de la demanda, que demandamos "hacer el amor", si quieren "hacerla morir", es para morirse, es incluso para morir de risa" (subrayado mío).
El "a esta función" plantea alguna ambiguedad sobre si se está refiriendo a "la función" anteriormente señalada: "la demanda de la pequeña muerte", o a la que sigue: "demanda hacer el amor". La modificación que introducen Seuil y Paidós es una resolución forzada de esa ambiguedad en términos de la segunda opción.
Amén de la cuestión ya señalada tantas veces sobre cómo el "establecimiento del texto" de JAM está plagado de este tipo de "resoluciones" forzadas y sin aviso, tampoco me parece que esta sea la solución más adecuada, ya que lo que sigue en el texto en cuanto a "hacer el amor" es un juego de palabras que viene a realimentar el planteo anterior de una demanda de muerte (así sea por la vía de la "risa").
Cabe señalar, incluso, que con su modificación, las versiones Seuil y Paidós practicamente eliminan ese juego de palabras al que apela Lacan para llegar desde el "hacer el amor" al "morirse de risa". Si esto lo hubiesen hecho solo en la versión Paidós, podríamos pensarlo como una forma de ahorrarse el trabajo de traducir ese juego de palabras. Pero, en la versión Seuil, en francés, no se ve cual sería el mérito de borrar todo eso.

Finalmente, cabe agregar un detalle extra. En la versión de Rodriguez Ponte se encontraran con esta traducción de la estenotipia: "la pulsión está íntimamente mezclada con esta pulsión de la demanda" (subrayado mio).
Es una traducción válida, puesto que en la estenotipia figura "la pulsion est intimement mêlée à cette pulsion de la demande" (subrayado mio), que, como vemos, no es igual a la versión de Roussan, que utilicé y transcribí más arriba.
Porqué preferir la versión de Roussan?.
La sola voluntad de "corregir" de la incoherencia de la frase de la estenotipia, no podría ser argumento suficiente.
También ocurre que, afortunadamente, esta es una de las sesiones de las que hay registro sonoro. Si escuchan el mismo, entre los tiempos 1:03:19 y 1:03:36, podrán verificar que la transcripción de Roussan es la correcta.

(7) Sigmund Freud, "Sobre la justificación de separar de la neurastenia un determinado síndrome en calidad de «neurosis de angustia»", Obras Completas Editorial Amorrortu, Tomo III, página a

(8) Sigmund Freud, "Esquema del psicoanálisis", Obras Completas, Editorial Amorrortu, Tomo XXIII, página,
"El yo se ha propuesto la tarea de la autoconservación, que el ello parece desdeñar. Se vale de las sensaciones de angustia como de una señal que indica los peligros amenazadores para su integridad"

(9) Traducción de la estenotipia.
Página 284 de la edición Paidós.

(10) Traducción de la estenotipia.
Página 285 de la edición Paidós

(11) Jacques Lacan, op. cit., página 285

(12) Idem, páginas 285/6

(13) Joan Rivière, "Womanliness as a masquerade", Journal of Psycho-Analysis, X, 303-313; incluido en "Female Sexuality The Early Psychoanalytic Controversies", Traducción al castellano: "La femineidad como máscara", Athenea Digital - núm. 11: 219-226

(14) Traducción de la estenotipia.
Página 286 de la edición Paidós.

(15) Traducción de la estenotipia.
Página 287 de la edición Paidós.

 

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