Notas
y comentarios
Sesión del
13 de marzo de 1963
Erotología analítica
1 - Aforismo
Luego de las recapitulaciones (ver notas y comentarios), Lacan retoma el tema de la contratransferencia aunque, como ya lo señaló, no es "lo que por mi mismo habría decidido" (1) . Hay dos cuestiones que permiten "acometer algo que es del orden del resorte del deseo en el goce": por un lado, que las mujeres parecen moverse "con más comodidad" que los hombres en el tema de la contratransferencia; por el otro, que las mujeres parecerían comprender muy bien "qué es el deseo del analista" (2)
Para avanzar por esta vía, que no deja de confrontarlo con el permanente malentendido que implica el tema de "las relaciones entre el hombre y la mujer"(3), Lacan apelará al recurso de algunas formulaciones aforísticas. Un aforismo, según el diccionario de la RAE es un "sentencia breve y doctrinal que se propone como regla en alguna ciencia o arte". Para Lacan, "lo único que distingue al aforismo del desarrollo doctrinal es que renuncia al orden preconcebido"(4).
El primer aforismo que presenta, es uno que se ha vuelto por demás famoso: "Solo el amor permite al goce condescender al deseo"(5) , donde el amor reemplaza a la angustia como medium, lo cual le permitirá articular la nueva secuencia de la división subjetiva en el contexto del dispositivo analítico, es decir, de la transferencia.
Veamos cómo abordar esta sentencia.
2 - De la división subjetiva al amor
Como ya vimos, el objeto a no es el acceso al goce sino al Otro: "es todo lo que queda de él a partir del momento en que el sujeto quiere hacer su entrada en ese Otro" (6). Si recordamos el esquema de la división subjetiva (ver notas y comentarios), "cuando S vuelve a salir de este acceso al Otro, este es el inconsciente, o sea el Otro tachado" (7) (el cociente de la división de A por S es el ). El A, entonces, queda en relación a la caída de a. Y por eso Lacan subraya que "desear al Otro, A mayúscula, nunca es más que desear a"(8)
¿Cómo ubicar el amor en relación a esto? Pensarlo como sublimación del deseo es algo que ya habian articulado los moralistas de antes de Freud, pero el hecho de que no pueda haber amor sin cultura (9) no nos resuelve la cuestión.
¿Cómo lo aborda Lacan? Retoma las referencias al erastes y el eromenos, el amor en tanto erótica. Pero ahora, la invención del objeto a (ver notas y comentarios) permite precisar que quien se proponga como deseante, se ubique en el lugar de eron, se ofrece como "falta de a, y por esa vía abro la puerta al goce de mi ser" (10). El "carácter aporético" de este nuevo aforismo anticipa que "la declinación más al alcance de esta empresa es que yo sea apreciado como eromenos, amable", cosa que no deja de ocurrir pero que indica que "algo anda errado en el asunto" (11).
3 - Erotología analítica
Lacan proseguirá con una serie de formulaciones sobre las relaciones entre el hombre y la mujer, no sin cierta ironía y la advertencia que podría tener un "cierto aire de prédica". Pero señala que no le teme "al ridículo" y que "cuando se avanza por este terreno no se deja de correr tal riesgo", esperando de su audiencia un tiempo para desarrollarlas, antes de reirse (12).
Resumamos los comentarios que habrá que pensar y analizar:
- En primer lugar, la "exigencia de a", por parte del hombre, en la vía del encuentro con la mujer "no puede sino desencadenar la angustia del Otro, precisamente porque no hago de él más que a, porque mi deseo lo a-íza, por asi decir" .
Y esta es la vía por la que "el amor-sublimación permite al goce condescender al deseo" (13)- En la dirección opuesta, pero confirmando "la no reversibilidad de este recorrido" que "condesciende a mi deseo", lo que el Otro quiere, "aunque no sepa en absoluto lo que quiere, es necesariamente mi angustia" (14).
Más precisamente, lo que la mujer quiere es el goce del hombre, y ello no deja de suscitar la angustia en la medida en que solo puede alcanzarlo castrándolo, ya que "no hay deseo realizable que no implique la castración" (15).En la sesión del 19 de diciembre 1962 tuvimos una primer referencia a la sexualidad femenina a partir, por un lado, del comentario de un párrafo de "Thalassa, ensayo sobre la teoría de la genitalidad" (16), un texto de Ferenczi (ver notas y comentarios), de donde concluía que "la vagina entra en la relación genital mediante un mecanismo estrictamente equivalente a cualquier otro mecanismo histérico" (17), y por el otro, de una referencia a su intervención en el Congreso de Amsterdam de 1960 sobre dicho tema, intervención plasmada, finalmente (ver nota), en el escrito "Ideas directivas para un congreso sobre sexualidad femenina" (18). El fragmento que Lacan pesca en Ferenczi abre la pregunta acerca de "la parte femenina, si es que éste término tiene sentido, de lo que se pone en juego en la relación genital" (19), pero no alcanza a disipar la "tiniebla inviolada" en que permanece "la naturaleza del orgasmo vaginal" (20)
En su escrito sobre la sexualidad femenina, luego de repasar las discusiones históricas que se plantearon en la IPA sobre el tema de la sexualidad femenina, Lacan señala que "la cuestión de la fase fálica en la mujer redobla su problema por la circunstancia de que después de haber hecho furor entre los años 1927 - 1935, haya sido dejada desde entonces en una tácita indivisión al capricho de las interpretaciones de cada uno"(21).
Recordemos brevemente que Freud ordenó la sexualidad femenina en torno a la primacía del falo, es decir, en función de un monismo sexual y una esencia masculina para toda libido humana (ver la recopilación de notas que hemos realizado sobre las posiciones sostenidas por Freud en sus trabajos de esa época). Esta posición fue defendida por varias psicoanalistas mujeres, como Marie Bonaparte (22), Helene Deutsch (23), Jeanne Lampl-De Groot (24) y Ruth Mack-Brunswick (25).
Pero a partir de 1920, esa tesis comenzó a ser cuestionada por varias mujeres de la escuela inglesa, entre las cuales Melanie Klein (26), Josine Müller (27), y sobre todo Karen Horney (28). Este debate tuvo su punto cúlmine en el congreso internacional de 1927 en Innsbruck, donde Ernest Jones presentó el artículo "La fase precoz del desarrollo de la sexualidad femenina" (29), donde plantea reemplazar el complejo de castración por la noción de afanisis como eje estructurante de la subjetividad, cuestionando el monismo libidinal freudiano y la primacía del falo, y proponiendo un dualismo sexual. Así, la escuela inglesa se fue orientando en la idea de una libido específicamente "femenina", con la consiguiente complementariedad entre un polo femenino y otro masculino.En el contexto de esta "querella sobre el falo" (30), Lacan adopta una "perspectiva androcéntrica", consonante con el monismo fálico de Freud. Ya había resaltado el caracter "esencialmente androcéntrico o patrocéntrico" (31) del Edipo, en el seminario IV "Las relaciones de objeto". También había anticipado la necesidad de esta perspectiva en el seminario IX "La identificación", en la sesión del 21 de febrero 1962, cuando analizó el fenómeno amoroso por medio del "esquema N" (ver notas y comentarios), y en este seminario, en la sesión del 9 de enero 1963, cuando abordó los modos de la degradación de la vida amorosa (ver notas y comentarios).
En esta perspectiva, la mujer es planteada como falo, o como gran Otro, manteniendo la salvedad, claro está, que no es ni lo uno ni lo otro.
Respecto a la relación de la mujer con el falo, Lacan nos recuerda que el enfoque freudiano conlleva que "la relación de privación o carencia de ser" que el mismo simboliza, "se establece de manera derivada sobre la carencia de tener que engendra toda frustración particular o global de la demanda" (32) (ver recordatorio de las relaciones entre privación y castración). Esta sustitución pone de manifiesto la función de equivalencia del falo "en el advenimiento de todo objeto del deseo" (33). Por esta vía, el clítoris, tras quedar bajo el "signo de una minusvalía orgánica", da lugar a una serie de "nuevos objetos (en primer lugar el niño por venir)" (34). No obstante, Lacan cuestiona la posibilidad que dicha mediación fálica pueda drenar "todo lo que puede manifestarse de pulsional en la mujer" (35)
Respecto al gran Otro, Lacan señala que la mujer también debe proseguir, a préstamo, por la vía androcéntrica: "el hombre sirve de relevo para que la mujer se convierta en ese Otro para si misma, como lo es para él" (36).
Encontramos allí una formulación bien cercana con esta sesión del 13 de marzo
- En el articulo de los Escritos: "la sexualidad femenina aparece como el esfuerzo de un goce envuelto en su propia contiguidad (de la que tal vez toda circuncisión indica la ruptura simbólica) para realizarse a porfía del deseo que la castración libera en el macho dándole su significado en el falo" (37)
- En esta sesión del 13 de marzo: "es en tanto que ella [la mujer] quiere mi goce, es decir, gozar de mí, lo cual no puede tener otro sentido la mujer suscita mi angustia; y esto por una razón muy simple, inscripta desde hace mucho en nuestra teoría: que no hay deseo realizable por la vía en la que lo situamos sino implicando la castración. Es en la medida en que se trata de goce, es decir, en que es mi ser lo que ella quiere, que la mujer no puede alcanzarlo sino castrándome" (38)
Como señalamos antes, la sexualidad femenina no queda definida en una dialéctica simétrica de deseos, sino como un goce que, no por ello, es específicamente femenino (puesto que la circuncisión puede señalar su ruptura simbólica).
No es el goce de una mujer sublime o ideal, encarnación perfecta de su género.
La especificidad "femenina" de ese goce viene dada por su articulación con un deseo "masculino", en la medida en que su realización es "a porfía del deseo que la castración libera en el macho" (37), es decir, es un goce que la mujer realiza "rivalizando, compitiendo con un deseo", respecto del cual no hay ni envida ni celos, sino "una manera de jugar, de hacer con, que se añade a ese deseo" (39).Lacan aclarará que la articulación que acaba de formular, "aunque ello coincida con la experiencia más manifiesta, no debe tomarse por una fatalidad, es decir, no significa que esté escrito" (40), es decir, no es una fórmula de la relación sexual.
Lacan terminará la sesión señalando que el hecho de que a la mujer no le falta nada, que ella no tenga nada que desear en el camino del goce, no le soluciona la cuestión del deseo, en la medida en que la función del a desempeña, tanto para ella como para el hombre, todo su papel. Pero para Lacan, "interesarse en el objeto como objeto del deseo del hombre les plantea menos complicaciones" (41). Y así prometerá retomar estos análisis en la sesión siguiente, a la que incluso le propone un título posible: "de las relaciones de la mujer, como psicoanalista, con la posición de Don Juan"(42)
Notas
(1) Jacques Lacan, El Seminario, Libro X, La angustia, Editorial Paidos, página 193
Recordemos que la contratransferencia es el tema que A. Green dejó planteado en su intervención en la sesión del 20 de febrero, en particular con la presentación del artículo de Lucia Tower.(2) Idem. página 194
(3) Idem
(4) Idem
(5) Idem
(6) Idem
(7) Idem
(8) Idem
(9) Francois de La Rochefoucauld, "Réflexions ou sentences et maximes morales" (1664) (disponible aquí) (hay traducción al castellano, aquí)
La cita en Seuil es "Combien de gens n'auraient jamais aimé s'ils n'avaient entendu parler de l'amour" (página 210 de la edición Seuil)
La versión original, de La Rochefoucauld, es "Il y a des gens qui n'auraient jamais été amoureux s'ils n'avaient jamais entendu parler de l'amour" ("hay gente que jamás se hubiera enamorado si nunca hubiesen oído hablar del amor")(10) "Carácter aporético".
En francés es "caracter aporique". Roussan indica como anotaciones de CC y JO la opción "aphorique", es decir, con h, que supondría una posible dervación de "aphorisme", es decir, aforismo. Pero "aphorique" no existe en francés.
Rodriquez Ponte lo traduce por "aporístico", término inexistente en castellano. La traducción correcta es la de Paidos.
Aporético: perteneciente o relativo a la aporía / Aporía: enunciado que expresa o que contiene una inviabilidad de orden racional(11) Jacques Lacan, El Seminario, Libro X, La angustia, Editorial Paidos, página 195
(12) Idem
(13) Idem
(14) Idem
(15) Idem, página 196
(16) Sandor Ferenczi, "Thalassa, ensayo sobre la teoría de la genitalidad" (disponible aquí), incluido en el tercer tomo de la traducción al castellano de las Obras Completas editadas en Madrid en 1981 por Espasa-Calpe (traducción de Francisco Javier Aguirre realizada desde la edición francesa de las Obras Completas, con prefacio de M. Balint) páginas 303 a 383
Ver el sitio web de Sandor Ferenczi(17) Jacques Lacan, El Seminario, Libro X, La angustia, Editorial Paidos, página 83
(18) Jacques Lacan, "Ideas directivas para un congreso sobre sexualidad femenina", Escritos 2, Editorial Siglo XXI, nueva edición argentina 2008
(19) Idem, página 689
(20) Idem, página 691
(21) Idem
(22) Ya hemos comentado antes (ver aquí) de qué modo tan "particular"
(23) Helene Deutsch es sobre todo conocida por el despliegue que le dió a la cuestión del "masoquismo femenino".
Ver, por ejemplo, su artículo "The significance of masochism in the mental life of women", International Journal of Psychoanalysis 11 (1930), 48-60. Hay traducción al castellano, "La importancia del masoquismo en la vida mental de la mujer" (1930), en R. Fliess (comp.), "Escritos psicoanalíticos fundamentales", Buenos Aires, Paidós, 1981. Hay otra traducción publicada como "La significación del masoquismo en la vida mental femenina", en revista Buscón 1.(24) Jeanne Lampl-de Groot, "The evolution of the Oedipus complex in women", International Journal of Psychoanalysis IX (1928)
(25) Lo mismo que Marie Bonaparte y Jeanne Lampl-De Groot, Ruth Mack-Brunswick perteneció al "círculo de las mujeres" de Sigmund Freud. Fue su paciente, y después una de sus discípulas más fervorosas, especialista en el tratamiento de la psicosis (Freud le derivó, en su momento, a Sergius Pankejeff, el "hombre de los lobos") y apasionada por la cuestión de las relaciones preedípicas.
Ver biografías: en castellano, y en inglés (de Paul Roazen)(26) El desplazamiento hacia atrás del complejo de Edipo que propone Melanie Klein modifica completamente las características e importancia que Freud le asigna a la ligazón-madre de la fase preedipica. En particular, ver su artículo "Early stages of the oedipus conflict", International Journal of Psychoanalysis, 9:167-180. (1928), del que hay traducción al castellano: "Estadíos tempranos del conflicto edípico", disponible aquí.
(27) Josine Müller, "Ein Beitrag zur Fage der Libidoentwicklung des Mädchens in der genitalen Phase", en Internationale Zeitschrift für PsychoanaLyse, 17 (1931), pp. 50 ss. "A Contribution to the Problem of Libidinal Development of the Genital Phase in Girls", International Journal of Psycho-Analysis 13( 1932):361-68f.
(28) Karen Horney, "Die Flucht aus der Weiblichkeit", Internationale Zeitschrift für Psychoanalyse, 12: 360-74 (1926). "The Flight from Womanhood: The Masculinity Complex in Women as Viewed by Men and by Women", International Journal of Psychoanalysis, 7: 324-39. Reprinted in Feminine Psychology, 54-70. Hay traducción al castellano "La huida de la feminidad", en Psicología femenina (págs. 57-75). Buenos Aires: Psique, 1970
Karen Horney, "Gehemmte Weiblichkeit: Psychoanalytischer Beitrag zum Problem der Fridigitit", Zeitschrift für Sexualwissenschaft, 13: 67-77 (1926). "Inhibited Femininity: Psychoanalytical Contribution to the Problem of Frigidity", English version in Feminine Psychology, 54-70 (1926). Hay traducción al castellano "La feminidad inhibida. Contribución psicoanalítica al problema de la frigidez", enPsicología femenina (págs. 77-91). Buenos Aires: Psique, 1970
Ver también Karen Horney en Wikipedia(29) Ernest Jones, "The early development of female sexuality", The International Journal of Psycho-Analysis, Vol VIII, Out 1927.
Hay traducción al castellano "La fase precoz del desarrollo de la sexualidad femenina", incluida (junto con artículos de J. Lacan, J. Riviere y H. Deutsch) en "La sexualidad femenina", Editorial Homo Sapiens, 1979, y también "La sexualidad femenida temprana", publicada en la revista Diva n° 3 de agosto 1998.
Ver notas y comentarios(30) Jacques Lacan, "La significación del falo", Escritos 2, Editorial Siglo XXI, nueva edición argentina 2008, página 656
(31) Jacques Lacan, El Seminario, Libro IV, "La relación de objeto", Editorial Paidos, página 205 (sesión del 6 de marzo 1957)
El androcentrismo es una visión del mundo y de las relaciones sociales centrada en el punto de vista masculino(32) Jacques Lacan, "Ideas directivas para un congreso sobre sexualidad femenina", Escritos 2, Editorial Siglo XXI, página 693
(33) Idem
(34) Idem
(35) Idem
(36) Idem, página 695
(37) Idem, página 698
(38) Traducción de la estenotipia.
Paidos redacta este fragmento (página 196) de este otro modo: "si la mujer suscita mi angustia, es en la medida en que quiere mi goce, o sea, gozar de mí. Esto por la muy simple razón, inscripta desde hace tiempo en nuestra teoría, de que no hay deseo realizable que no implique la castración. En la medida en que se trata de goce, o sea que ella va por mi ser, la mujer solo puede alcanzarlo castrándome"(39) Jean Allouch, "Homenaje de J. Lacan a la mujer castradora", Revista Litoral nº 28 "La opacidad sexual II" página 12 (disponible aquí la versión en francés)
(40) Jacques Lacan, El Seminario, Libro X, La angustia, Editorial Paidos, página 196
(41) Idem, página 197
(42) Cabe recordar aquí el señalamiento de Allouch respecto al final de la primera sesión de este seminario (la del 14 de noviembre de 1962), cuando Lacan plantea que no está desarrollando "una psico-logía, un discurso sobre esa realidad irreal que se llama la psique, sino sobre una praxis que merece un nombre, erotología". Como vimos oportunamente (ver notas y comentarios), para Allouch, en ningún otro lado como en este seminario, Lacan habría fomentado "una teoría tan explícita del coger (ni "acto" sexual, ni "contacto", ni "relación" son convenientes, y "coito" es en verdad demasiado feo), en ninguna parte el número de observaciones a ese respecto, su carácter articulado, su centro sostenido, su concentración le dan, como en este caso, el aspecto de una teoría del coger en buena y debida forma" (Allouch, "Homenaje de J. Lacan a la mujer castradora", Revista Litoral nº 28 "La opacidad sexual II" página 13).